Putas de hotel y morgue

[Alejandro Costa López]

Hay momentos que no se enorgullecen de serlo,
instantes ataviados con trajes de danzarinas en celo,
visillos colgantes con pliegues de princesa abandonada,
y, algunas farolas adornadas con luz incandescente.

Entre sábanas se ondulan los cabellos de rameras,
con papeles de diferente color dando un toque de pasión,
una copa y whisky de garrafón, una pulsera de rastro chino,
un sujetador con aros oxidados, las inútiles bragas, algún sargento retirado.

Entre tanto cocodrilo, el río se abre camino entre una pelvis desgarrada,
estrangulada, sin olor a perfume de hotel de lujo y alfombras persas,
bañera de fina porcelana, ramos de flor al corte, clavel de mañana, marchita samaritana,
un ambientador de droguería a granel y el sudor rabalero de unos billetes.

Un perro rasca el cuello amotinado, un hilo delgado de parásitos,
el humo de un cigarro invade el cielo agrietado del aposento,
tras un momento, un instante, y el placer construido entre babas,
las piernas abiertas reclaman un tiempo de descanso.

El siguiente, espera tras la puerta astillada y negruzca,
apenas tres paños refrescantes, uno bajo, dos delante,
el tintero de nuevo preparado, algún que otro desgarro,
la ropa de saldo, una mano, dos pechos, el dolor penetrado y una vela.

Un descapotable, reloj de sol y oro, hotel cinco estrellas,
medias de seda, lencería de encaje, fresas y champagne,
delicadeza, perfume de embriagador aroma, cabellos dorados,
tacones de aguja, un te quiero susurrado, abrazo de pasión, ojos de hielo.

Talón al portador y varios ceros, la señora a su jardín,
portal de mugre y cucarachas, noche sábanas arrugadas y muchachas,
té, licor, galletas de mantequilla, aristócrata de mansión y piscina,
señora rica, muchacha pobre, putas de hotel y morgue.

[Lourdes Spin]

estimado amigo, observando el tema, pienso que cuando se habla de la prostituciôn de la mujer siempre es duro y facil. Gracias por este poema. saludos cordiales


Spin

[Javier Dicenzo]

Un poema social duro saludos amigo
javier