te contemplo mientras sesgan tu epidermis cirujanos,
expertos en construcciones primera línea de playa.
Y el ahogo de las olas cada vez más cercenadas.
¿ dónde el cangrejo ermitaño ?
los erizos abrevan entre corrientes ficticias
y las lapas - un intento de soborno -
ya no pueden adherirse a esas rocas de argamasa sin aristas,
se me deslizan las algas entre puertos de burgueses.
¿ Dónde la panzuda barca ensoñando las farolas ?
¡ Cómo duele tu sutura, mar tan mío, amordazado en cemento !
Ya no duermen cormoranes los riscos y acantilados,
las mansiones se deslizan como nichos hasta arrancarte la entraña.
¿ Y aún les cabe el asombro si vomitas
de vez en cuando la pena ?
( Ni siquiera mi roca está donde siempre, ni siquiera las gaviotas pueden tejer calceta a la sombra del salitre, nada, nada nos dejan, mar de mío tan adentro, donde acomodar la cadencia de tus olas. Noche en Alicante y este poema de 2008, sigue tan vigente desgraciadamente, como en 1960)