Me han de llamar idiota

[Alejandro Costa López]

Me han de llamar idiota,
y acaso lo merezco,
pero, por verte junto a la aurora,
aún hoy por ti muero.
Yo, que siempre fui el acosador anónimo,
el alacrán rastreador de tu presencia,
el que pedía clemencia,
cuando sentía haber pecado,
el que perseguía tu sombra,
con la única intención de estar a su lado.
Fui paraguas en días de lluvia,
parasol en el eterno verano,
aquel que apaciguó tu sed
con el agua del pantano,
el que mendigaba por una mirada tuya,
y aunque nunca fue suya,
tarde tras tarde, te esperaba en el rellano.
Y en las noches tristes,
rincones y luces demandaba,
para, que tus sueños durmieran,
entre estrellas y luceros,
y que un resplandor y un te quiero,
desde la luna te llegara.
Me han de llamar idiota
por sentirme enamorado,
por respirar de tu sombra,
y, por vivir tarde a tarde,
anhelándote en el rellano.

[Pilar Morte]

Es triste no ser correspondido, pero amar llena el corazón de vida. Un placer leerte
Abrazos
Pilar

[Josefa A. Sánchez]

Amar siempre es una lucha. Bien expresado.
Un abrazo.
Pepa

[Concha Vidal]

Yo no te he de llamar idiota... si acaso, recordarte que me debes otro helado.

(Cómo ha cambiado tu forma de escribir mi querido Robín, ché)

[José Manuel F. Febles]

El desamor es muy amargo, querido amigo, pero la vida da muchas vueltas, y aquello que no ocurre en toda una vida, pasa en un segundo.

Un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

[Tristany Joan Gaspar]

Hola Alejandro.

Un poema con mucha fuerza, mucha pasión por ese desamor e incluso concierta ironía que me ha gustado mucho.

Un placer de lectura.

Un afectuoso abrazo

Joan

[Ramón Ataz]

Estoy de acuerdo con los comentarios de los compañeros, y en particular con Joan, que ha hecho referencia a la ligera ironía que se asoma a los versos.

Me ha gustado especialmente ese paraguas/parasol, que viene como anillo al dedo a lo que pretende decir el poema.

Un cordial saludo.