
vemos pasar el pregón de los retoñosarrastrando cobijas en cada primaveracuando los troncos dicen nuestros nombrescon una débil voz que se deshojamientras la ciudad guarda composturaal iniciarse una tregua entre los dos
y así crecerán las guaridascon los copos arrugando las manos-nuestras manos-dos brújulas perfectas que se buscanen los párrafos del vientocuando celebramos onomásticosencapsulados de fechasque se ahogan en el calendario...