Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Un forista propone un tema, cadáver exquisito, jugar a escribir haikus encadenados, escribir poemas a un autor consagrado (fallecido o no), debatir sobre un tema literario, sobre un autor consagrado, sobre un recurso literario, etc.
Cuando ese forista lo da por terminado propone a un nuevo forista para que se ocupe de una nueva actividad conjunta.
Administración Alaire
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Administración Alaire »

La belleza y el ansia se desnudan
en cada verso de tus lúcidos poemas.
Hay música del cielo, grito humano,
un paisaje sublime que nos deja ciegos.

Porque es lícita la luz
si sacudí las cenizas de mis párpados
para ofrendarte palabras pequeñas
que se deslumbran al contemplar tu rastro.

Es la inquietud de las madres volcadas sobre el abismo,

unas tetas que nutren a cachorros de pino
en las sierras; una huella que duele
sin que hiera, el canto del autillo.

Por la escalera sube una mujer
de pan caliente y manos frías,
sombra de acero y plomo en la mirada
y un reflejo amarillo de cansancio.

Mujer, rango invernal empeñado en las letras,
como el aire que busca ser paloma; mujer, parte de un todo
y partícula sola de un verso sin espacio en el poema. Mujer,
es perverso el idioma pero es enjundia de mi cuerpo.

Has dibujado el mundo en una mentira luminosa

llenando de cristales la pura geometría espacial,
reconstruyendo ojos sin autobuses ni paisajes en tu horizonte
y ahora eres mendigo de la luz en un hueco de mi galaxia.

Cuando nazcan las cerezas y despierte la tórtola

mi corazón migrante volverá
a ti, madre, que dejas la fruta madura
en el secreto gris de mi almohada.

Teníais, para uniros,
a un hombre de pretexto,
y versos, tierra roja y un río.
A eso, ahora, me uno yo.

Yo vi su piel trabajada por relámpagos,
tocaban las manos de una mujer
de hermosura seducida
en la enramada de los años.

Piso la luz sobre los vertederos
en los desagües de la tarde.
En la piel de las algas piso tu olor manando a borbotones
de arterias cercenadas por el hacha.

Ah la pureza de los cuchillos abandonados.

Los pájaros inmóviles cruzan mis venas en el vértigo
que enloquece el rostro blanco del olvido.
Pero aún la quietud clama en los sauces de la misericordia.
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Rafel Calle
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

Es más cierto el temor a perder el caudal de los tropos
insolentes, que la seguridad en desorden de un anciano a desgana.
He aquí un dios menor y la sed ante su Santo Grial.
Mientras tanto, la tortura ha pactado con las palabras.
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Marisa Peral
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Marisa Peral »

Háblame para que conozca la pureza de las palabras inútiles
porque dudo de la razón aleatoria que te lleva
a perseguir el incierto Grial de las metáforas
o la irrealidad de los besos fugitivos.
—-
Marisa Peral Sánchez
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Julio Gonzalez Alonso
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Julio Gonzalez Alonso »

Ah, sé hábil, habita suavemente la sombra,
que la luz se derrame en viento de palabras.
Por dónde ha de volver el miedo
a morder la memoria de los años. Por dónde
la aurora.
Administración Alaire
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

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La belleza y el ansia se desnudan
en cada verso de tus lúcidos poemas.
Hay música del cielo, grito humano,
un paisaje sublime que nos deja ciegos.

Porque es lícita la luz
si sacudí las cenizas de mis párpados
para ofrendarte palabras pequeñas
que se deslumbran al contemplar tu rastro.

Es la inquietud de las madres volcadas sobre el abismo,
unas tetas que nutren a cachorros de pino
en las sierras; una huella que duele
sin que hiera, el canto del autillo.

Por la escalera sube una mujer

de pan caliente y manos frías,
sombra de acero y plomo en la mirada
y un reflejo amarillo de cansancio.

Mujer, rango invernal empeñado en las letras,
como el aire que busca ser paloma; mujer, parte de un todo
y partícula sola de un verso sin espacio en el poema. Mujer,
es perverso el idioma pero es enjundia de mi cuerpo.

Has dibujado el mundo en una mentira luminosa
llenando de cristales la pura geometría espacial,
reconstruyendo ojos sin autobuses ni paisajes en tu horizonte
y ahora eres mendigo de la luz en un hueco de mi galaxia.

Cuando nazcan las cerezas y despierte la tórtola

mi corazón migrante volverá
a ti, madre, que dejas la fruta madura
en el secreto gris de mi almohada.

Teníais, para uniros,
a un hombre de pretexto,
y versos, tierra roja y un río.
A eso, ahora, me uno yo.

Yo vi su piel trabajada por relámpagos,
tocaban las manos de una mujer
de hermosura seducida
en la enramada de los años.

Piso la luz sobre los vertederos
en los desagües de la tarde.
En la piel de las algas piso tu olor manando a borbotones
de arterias cercenadas por el hacha.

Ah la pureza de los cuchillos abandonados.
Los pájaros inmóviles cruzan mis venas en el vértigo
que enloquece el rostro blanco del olvido.
Pero aún la quietud clama en los sauces de la misericordia.

Es más cierto el temor a perder el caudal de los tropos
insolentes, que la seguridad en desorden de un anciano a desgana.
He aquí un dios menor y la sed ante su Santo Grial.
Mientras tanto, la tortura ha pactado con las palabras.

Háblame para que conozca la pureza de las palabras inútiles
porque dudo de la razón aleatoria que te lleva
a perseguir el incierto Grial de las metáforas
o la irrealidad de los besos fugitivos.

Ah, sé hábil, habita suavemente la sombra,
que la luz se derrame en viento de palabras.
Por dónde ha de volver el miedo
a morder la memoria de los años. Por dónde
la aurora.
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J. J. Martínez Ferreiro
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Registrado: Lun, 19 Nov 2007 13:27
Ubicación: Santiago de Compostela

Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por J. J. Martínez Ferreiro »

Amé. Es incomprensible como el temblor de los árboles,
como el cuerpo excavado por cauces secos.
Amé. Y hundí mis versos y levanté la tierra
enalteciendo el pulso de mi gente.
"Yo es otro" (Arthur Rimbaud)
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Felipe Fuentes García
Mensajes: 1629
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Felipe Fuentes García »

Alguien ahora enciende el eco de los surcos,
oye lentas campanas redoblando en ellos.
Es un hombre. Va solo por el campo
donde la sangre cárdena golpea en el talud del grito.
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Alonso Vicent
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Alonso Vicent »

Yo sé que en cada rostro se ve el mundo,
que el árbol se expresa en su silencio,
que nos han de interpretar las intensidades
cuando el destino llegue y forme parte de la niebla.
Ana Muela Sopeña
Mensajes: 12027
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Ana Muela Sopeña »

Tú, que silbas en la noche
durante un sueño sumergido en la tormenta,
sabes que el tiempo
es solo una visión de la memoria.
La Luz y la Tierra, explosión que abre el corazón del espacio.
http://www.laberintodelluvia.com
Administración Alaire
Mensajes: 2682
Registrado: Lun, 19 Nov 2007 12:51

Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Administración Alaire »

La belleza y el ansia se desnudan
en cada verso de tus lúcidos poemas.
Hay música del cielo, grito humano,
un paisaje sublime que nos deja ciegos.

Porque es lícita la luz
si sacudí las cenizas de mis párpados
para ofrendarte palabras pequeñas
que se deslumbran al contemplar tu rastro.

Es la inquietud de las madres volcadas sobre el abismo,
unas tetas que nutren a cachorros de pino
en las sierras; una huella que duele
sin que hiera, el canto del autillo.

Por la escalera sube una mujer

de pan caliente y manos frías,
sombra de acero y plomo en la mirada
y un reflejo amarillo de cansancio.

Mujer, rango invernal empeñado en las letras,
como el aire que busca ser paloma; mujer, parte de un todo
y partícula sola de un verso sin espacio en el poema. Mujer,
es perverso el idioma pero es enjundia de mi cuerpo.

Has dibujado el mundo en una mentira luminosa
llenando de cristales la pura geometría espacial,
reconstruyendo ojos sin autobuses ni paisajes en tu horizonte
y ahora eres mendigo de la luz en un hueco de mi galaxia.

Cuando nazcan las cerezas y despierte la tórtola

mi corazón migrante volverá
a ti, madre, que dejas la fruta madura
en el secreto gris de mi almohada.

Teníais, para uniros,
a un hombre de pretexto,
y versos, tierra roja y un río.
A eso, ahora, me uno yo.

Yo vi su piel trabajada por relámpagos,
tocaban las manos de una mujer
de hermosura seducida
en la enramada de los años.

Piso la luz sobre los vertederos
en los desagües de la tarde.
En la piel de las algas piso tu olor manando a borbotones
de arterias cercenadas por el hacha.

Ah la pureza de los cuchillos abandonados.
Los pájaros inmóviles cruzan mis venas en el vértigo
que enloquece el rostro blanco del olvido.
Pero aún la quietud clama en los sauces de la misericordia.

Es más cierto el temor a perder el caudal de los tropos
insolentes, que la seguridad en desorden de un anciano a desgana.
He aquí un dios menor y la sed ante su Santo Grial.
Mientras tanto, la tortura ha pactado con las palabras.

Háblame para que conozca la pureza de las palabras inútiles
porque dudo de la razón aleatoria que te lleva
a perseguir el incierto Grial de las metáforas
o la irrealidad de los besos fugitivos.

Ah, sé hábil, habita suavemente la sombra,
que la luz se derrame en viento de palabras.
Por dónde ha de volver el miedo
a morder la memoria de los años. Por dónde
la aurora.

Amé. Es incomprensible como el temblor de los árboles,
como el cuerpo excavado por cauces secos.
Amé. Y hundí mis versos y levanté la tierra
enalteciendo el pulso de mi gente.

Alguien ahora enciende el eco de los surcos,
oye lentas campanas redoblando en ellos.
Es un hombre. Va solo por el campo
donde la sangre cárdena golpea en el talud del grito.

Yo sé que en cada rostro se ve el mundo,

que el árbol se expresa en su silencio,
que nos han de interpretar las intensidades
cuando el destino llegue y forme parte de la niebla.

Tú, que silbas en la noche
durante un sueño sumergido en la tormenta,
sabes que el tiempo
es solo una visión de la memoria.
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Rafel Calle
Mensajes: 24319
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

Habitas en ti misma o en la sien de las rosas,
dibujando el aroma del azar y motivos
cuyo significado desconoces,
ahora, cuando una lágrima demasiado viva podría herir tu rostro.
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Javier Bustamante
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Javier Bustamante »

Cuando escucho el llamado de ese verso
que nace del caudal de poesía
yo no encuentro en mis huesos cobardía,
si he de poblar de letras mi universo.
¿Qué sabes tú del brillo que se apaga
en el ocaso del amor maltrecho?
¿viste la fuente que brotó del pecho
cuando el desprecio se vistió de daga?

- Javier

https://versosenlibertad.blogspot.com/
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Julio Gonzalez Alonso
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Registrado: Vie, 23 Nov 2007 20:56
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Julio Gonzalez Alonso »

De ti a mí vienen los recuerdos anudados
en imágenes,
los mejores y alocados sueños
llegan de ti a mí.
Aunque quizá estamos ya separados por un hilo de sombra.
Administración Alaire
Mensajes: 2682
Registrado: Lun, 19 Nov 2007 12:51

Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

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La belleza y el ansia se desnudan
en cada verso de tus lúcidos poemas.
Hay música del cielo, grito humano,
un paisaje sublime que nos deja ciegos.

Porque es lícita la luz
si sacudí las cenizas de mis párpados
para ofrendarte palabras pequeñas
que se deslumbran al contemplar tu rastro.

Es la inquietud de las madres volcadas sobre el abismo,
unas tetas que nutren a cachorros de pino
en las sierras; una huella que duele
sin que hiera, el canto del autillo.

Por la escalera sube una mujer

de pan caliente y manos frías,
sombra de acero y plomo en la mirada
y un reflejo amarillo de cansancio.

Mujer, rango invernal empeñado en las letras,
como el aire que busca ser paloma; mujer, parte de un todo
y partícula sola de un verso sin espacio en el poema. Mujer,
es perverso el idioma pero es enjundia de mi cuerpo.

Has dibujado el mundo en una mentira luminosa
llenando de cristales la pura geometría espacial,
reconstruyendo ojos sin autobuses ni paisajes en tu horizonte
y ahora eres mendigo de la luz en un hueco de mi galaxia.

Cuando nazcan las cerezas y despierte la tórtola

mi corazón migrante volverá
a ti, madre, que dejas la fruta madura
en el secreto gris de mi almohada.

Teníais, para uniros,
a un hombre de pretexto,
y versos, tierra roja y un río.
A eso, ahora, me uno yo.

Yo vi su piel trabajada por relámpagos,
tocaban las manos de una mujer
de hermosura seducida
en la enramada de los años.

Piso la luz sobre los vertederos
en los desagües de la tarde.
En la piel de las algas piso tu olor manando a borbotones
de arterias cercenadas por el hacha.

Ah la pureza de los cuchillos abandonados.
Los pájaros inmóviles cruzan mis venas en el vértigo
que enloquece el rostro blanco del olvido.
Pero aún la quietud clama en los sauces de la misericordia.

Es más cierto el temor a perder el caudal de los tropos
insolentes, que la seguridad en desorden de un anciano a desgana.
He aquí un dios menor y la sed ante su Santo Grial.
Mientras tanto, la tortura ha pactado con las palabras.

Háblame para que conozca la pureza de las palabras inútiles
porque dudo de la razón aleatoria que te lleva
a perseguir el incierto Grial de las metáforas
o la irrealidad de los besos fugitivos.

Ah, sé hábil, habita suavemente la sombra,
que la luz se derrame en viento de palabras.
Por dónde ha de volver el miedo
a morder la memoria de los años. Por dónde
la aurora.

Amé. Es incomprensible como el temblor de los árboles,
como el cuerpo excavado por cauces secos.
Amé. Y hundí mis versos y levanté la tierra
enalteciendo el pulso de mi gente.

Alguien ahora enciende el eco de los surcos,
oye lentas campanas redoblando en ellos.
Es un hombre. Va solo por el campo
donde la sangre cárdena golpea en el talud del grito.

Yo sé que en cada rostro se ve el mundo,

que el árbol se expresa en su silencio,
que nos han de interpretar las intensidades
cuando el destino llegue y forme parte de la niebla.

Tú, que silbas en la noche
durante un sueño sumergido en la tormenta,
sabes que el tiempo
es solo una visión de la memoria.

Habitas en ti misma o en la sien de las rosas,
dibujando el aroma del azar y motivos
cuyo significado desconoces,
ahora, cuando una lágrima demasiado viva podría herir tu rostro.

Cuando escucho el llamado de ese verso
que nace del caudal de poesía
yo no encuentro en mis huesos cobardía,
si he de poblar de letras mi universo.

De ti a mí vienen los recuerdos anudados
en imágenes,
los mejores y alocados sueños
llegan de ti a mí.
Aunque quizá estamos ya separados por un hilo de sombra.
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Felipe Fuentes García
Mensajes: 1629
Registrado: Jue, 11 Jul 2013 13:52
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Re: Poema compartido, homenaje a Antonio Gamoneda

Mensaje sin leer por Felipe Fuentes García »

Veo la sombra en la sustancia roja del crepúsculo.
En lo más negro el ascua hostil agoniza
sobre la mansedumbre del pájaro que cae.
Su casi luz es el enigma del límite amarillo.
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