El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Un forista propone un tema, cadáver exquisito, jugar a escribir haikus encadenados, escribir poemas a un autor consagrado (fallecido o no), debatir sobre un tema literario, sobre un autor consagrado, sobre un recurso literario, etc.
Cuando ese forista lo da por terminado propone a un nuevo forista para que se ocupe de una nueva actividad conjunta.
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Ara López
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ara López »

Este sueño bien podría ser un despertar suspendido
y la realidad un traje que se ajusta a la piel del portador.
Múltiples existencias convergen como un trazo tembloroso.
¿Acaso somos la prolongación de una mirada sostenida?

En la prolongación de cada sueño sucumbe el que despierta
pues va de quien lo anuncia a quien apoya.
El sueño se afianza en el temblor que cada día viene
de la existencia misma a la propia mirada .
¿Por fin propone que hay ficción quien vuela a la deriva?

Podría ser, mas todo es equilibrio.
Incluso en el desorden hay fractales
que explican algoritmos del azar.
No sabemos si el mundo es un teatro,
una ficción fingida por los seres
habitantes del alma del planeta
o nuestra realidad de cada día
surgida sin pretextos.
¿Somos protagonistas de la Historia
o simples portadores
de guiones inventados
por aliens del espacio sideral?

Eso soy, una verdad aterradora en tu iliada.
Eso, un viajero interceptado en tu sueño,
uno que sigue viniendo del futuro a la noche absurda
sólo por ver el amanecer.
¿Has visto desvelar la mirada del recién nacido?
¿la mirada láser de los prófugos del tiempo?
¿cuántas veces y de cuántas formas viste mi rostro agónico
mostrar el escape electri que soy?

No tengo una respuesta a tus preguntas,
yo he perdido el hilo de este cuento
y en vuelo sólo alcanzo media altura,
aterrizo donde puedo y despierto
entre sudores fríos y versos rotos.
¿Aún crees que nos salva la poesía?

Esta somnolencia parte el amanecer en mil esquirlas,
debería dejar de regar la ciudad con susurros de olvido,
y fluir a ambos lados del espejo, como un espectro onanista...
¿cómo despertar de este parpadeo que lo arrasa todo?

Cuidado con el aire que es letal.
Los chemtrails nos corrompen la conciencia.
El agua nos convierte en puros zombis
con el flúor que nos trae esclavitud.
¿Cuándo esta distopía dará paso
a un nuevo amanecer del adn?

A veces el zumbido de las moscas es cuanto me acompaña, sí,
una botella de vodka barato, me puso en el tacho, indigente, borracho de vida,
esperando el camión de la basura para llegar a la montaña donde se
agrupa toda nuestra hambre de volar.
¿Acaso no ves la vida escarbar la montaña en busca de nuestro cadáver?

No, no puedo verla, pero la presiento en la nuca erizada
y la antesala a lo terrorífico me apuñala el pecho.
Mi grito es como el clamor de un rayo de luz que ilumina sin eco
e inmóvil veo a los gusanos apareándose en dantesco frenesí.
¿Este hervidero pútrido es el espectáculo que anhelabas presenciar?

Que fenezca el zumbido de las moscas,
que el pensamiento y el sentir no pongan condición.
Que no haya misereres compartidos.
que venga el agua con la sed poniendo el rato a meditar.
¿Por qué me vengo si no voy y a quién le importa si no vengo?

No, no me vengo, he de quedarme.
¿Hay quien pueda separar la sombra del silencio?
¿Hay quien pueda distinguir entre la tarde y la nube?
¿Hay algún ocaso anclado para siempre a un cielo?
¿Hay gaviotas sin espuma?
¿Hay horizonte?

El zumbido de las moscas es un litigio que lleva al desconcierto,
ruidos para saber ¡qué poco hemos volado!
Ay, el zumbido de las moscas, ¿es un ardid
que te obliga a abrigarte con un tejido más o menos animal
de vuelo tremendamente apurado?

No hay apuro en llegar al animal que me habita,
ni volar al abismo para lamer tu silencio,
lo que me obliga es el día que muere frente a mí,
me dice que despierte, que oiga lo que no se dice,
¿puedes oler el aroma a despedida del mundo?

Lo percibo en pliegues añejos
de cortezas que alguna vez fueron piel,
es la propia finitud la que apesta.
Alégrate si hay hedor y zumbidos, o es que...
¿acaso crees que hay olor o sonido tras la muerte?
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La belleza es el disimulo de la muerte
Ara López
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Javier Dicenzo
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Javier Dicenzo »

No hay ocasos tras la muerte, no hay delirio místico,
los rostros, los otros rostros son del sicario;
las lunas pasan, el sentido de la vida es del guerrero,
tus manos no son de la muerte del delito.
¿Esas runas aplanarán otro cuchillo en tu vientre santo?
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Ara López
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ara López »

Gracias Javier, maravillosos versos.

Saludos.
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Ana Muela Sopeña
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ana Muela Sopeña »

Por supuesto que las piedras con sus símbolos antiguos
convertirán el cuchillo en la puerta del número áureo.
Entonces la muerte azul se transformará en esfera
y la vida trepidante sólo amará la galaxia
de Andrómeda en noches frías.
¿Hasta cuándo los susurros de los hombres cavernarios
atraparán en sus cápsulas a las hembras estelares?
La Luz y la Tierra, explosión que abre el corazón del espacio.
http://www.laberintodelluvia.com
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Ara López
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ara López »

Mi querida Ana, gracias por esta colaboración.

¡Un abrazo enorme!
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ana Muela Sopeña »

Gracias a ti, Ara:

Ahora te queda colocar la versión última ¿no?

Un beso
Ana
La Luz y la Tierra, explosión que abre el corazón del espacio.
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Alejandro Costa
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

Hasta que tú no me digas cuando,
y yo deje de ignorar donde.
Mientras los cielos se plieguen al acecho de la noche,
y en la sotana del deseo
queden atrapados todos los sueños inimaginables.

¿Acaso no es la ignorancia el mejor antídoto para el dolor?
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…


Me sobra el corazón (Miguel Hernández)
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Ara López
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ara López »

Ana Muela Sopeña escribió:Gracias a ti, Ara:

Ahora te queda colocar la versión última ¿no?

Un beso
Ana
A eso voy mi querida Ana.

Un beso grande.
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ara López »

Alejandro Costa escribió:Hasta que tú no me digas cuando,
y yo deje de ignorar donde.
Mientras los cielos se plieguen al acecho de la noche,
y en la sotana del deseo
queden atrapados todos los sueños inimaginables.

¿Acaso no es la ignorancia el mejor antídoto para el dolor?
Estimado Carlos, gracias por tu contribución. La estrofa completa me gusta y me encantaron en particular estos versos:

"y en la sotana del deseo
queden atrapados todos los sueños inimaginables."

¡Saludos!
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Ara López
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ara López »

Este sueño bien podría ser un despertar suspendido
y la realidad un traje que se ajusta a la piel del portador.
Múltiples existencias convergen como un trazo tembloroso.
¿Acaso somos la prolongación de una mirada sostenida?

En la prolongación de cada sueño sucumbe el que despierta
pues va de quien lo anuncia a quien apoya.
El sueño se afianza en el temblor que cada día viene
de la existencia misma a la propia mirada .
¿Por fin propone que hay ficción quien vuela a la deriva?

Podría ser, mas todo es equilibrio.
Incluso en el desorden hay fractales
que explican algoritmos del azar.
No sabemos si el mundo es un teatro,
una ficción fingida por los seres
habitantes del alma del planeta
o nuestra realidad de cada día
surgida sin pretextos.
¿Somos protagonistas de la Historia
o simples portadores
de guiones inventados
por aliens del espacio sideral?

Eso soy, una verdad aterradora en tu iliada.
Eso, un viajero interceptado en tu sueño,
uno que sigue viniendo del futuro a la noche absurda
sólo por ver el amanecer.
¿Has visto desvelar la mirada del recién nacido?
¿la mirada láser de los prófugos del tiempo?
¿cuántas veces y de cuántas formas viste mi rostro agónico
mostrar el escape electri que soy?

No tengo una respuesta a tus preguntas,
yo he perdido el hilo de este cuento
y en vuelo sólo alcanzo media altura,
aterrizo donde puedo y despierto
entre sudores fríos y versos rotos.
¿Aún crees que nos salva la poesía?

Esta somnolencia parte el amanecer en mil esquirlas,
debería dejar de regar la ciudad con susurros de olvido,
y fluir a ambos lados del espejo, como un espectro onanista...
¿cómo despertar de este parpadeo que lo arrasa todo?

Cuidado con el aire que es letal.
Los chemtrails nos corrompen la conciencia.
El agua nos convierte en puros zombis
con el flúor que nos trae esclavitud.
¿Cuándo esta distopía dará paso
a un nuevo amanecer del adn?

A veces el zumbido de las moscas es cuanto me acompaña, sí,
una botella de vodka barato, me puso en el tacho, indigente, borracho de vida,
esperando el camión de la basura para llegar a la montaña donde se
agrupa toda nuestra hambre de volar.
¿Acaso no ves la vida escarbar la montaña en busca de nuestro cadáver?

No, no puedo verla, pero la presiento en la nuca erizada
y la antesala a lo terrorífico me apuñala el pecho.
Mi grito es como el clamor de un rayo de luz que ilumina sin eco
e inmóvil veo a los gusanos apareándose en dantesco frenesí.
¿Este hervidero pútrido es el espectáculo que anhelabas presenciar?

Que fenezca el zumbido de las moscas,
que el pensamiento y el sentir no pongan condición.
Que no haya misereres compartidos.
que venga el agua con la sed poniendo el rato a meditar.
¿Por qué me vengo si no voy y a quién le importa si no vengo?

No, no me vengo, he de quedarme.
¿Hay quien pueda separar la sombra del silencio?
¿Hay quien pueda distinguir entre la tarde y la nube?
¿Hay algún ocaso anclado para siempre a un cielo?
¿Hay gaviotas sin espuma?
¿Hay horizonte?

El zumbido de las moscas es un litigio que lleva al desconcierto,
ruidos para saber ¡qué poco hemos volado!
Ay, el zumbido de las moscas, ¿es un ardid
que te obliga a abrigarte con un tejido más o menos animal
de vuelo tremendamente apurado?

No hay apuro en llegar al animal que me habita,
ni volar al abismo para lamer tu silencio,
lo que me obliga es el día que muere frente a mí,
me dice que despierte, que oiga lo que no se dice,
¿puedes oler el aroma a despedida del mundo?

Lo percibo en pliegues añejos
de cortezas que alguna vez fueron piel,
es la propia finitud la que apesta.
Alégrate si hay hedor y zumbidos, o es que...
¿acaso crees que hay olor o sonido tras la muerte?

No hay ocasos tras la muerte, no hay delirio místico,
los rostros, los otros rostros son del sicario;
las lunas pasan, el sentido de la vida es del guerrero,
tus manos no son de la muerte del delito.
¿Esas runas aplanarán otro cuchillo en tu vientre santo?

Por supuesto que las piedras con sus símbolos antiguos
convertirán el cuchillo en la puerta del número áureo.
Entonces la muerte azul se transformará en esfera
y la vida trepidante sólo amará la galaxia
de Andrómeda en noches frías.
¿Hasta cuándo los susurros de los hombres cavernarios
atraparán en sus cápsulas a las hembras estelares?

Hasta que tú no me digas cuando,
y yo deje de ignorar donde.
Mientras los cielos se plieguen al acecho de la noche,
y en la sotana del deseo
queden atrapados todos los sueños inimaginables.
¿Acaso no es la ignorancia el mejor antídoto para el dolor?

Placebos en forma de sonrisas, que se borran en la oscuridad,
porque no hay escondite para el alma cuando el dolor ha anidado.
Sólo queda el zumbido de las moscas tropezándose unas con otras,
un hervidero de conciencias en una orgía de preguntas.
¿Y este sueño, después de todo, bien pudo ser un despertar suspendido?
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Ara López
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ara López »

Queridos compañeros,

Doy por terminada esta actividad en conjunto y me tomé la libertad de contribuir con la estrofa de cierre.

Agradezco la colaboración de cada uno de ustedes para que este zumbido estuviese cargado de tantas incógnitas, de tantos versos hermosos, creativos, sensibles, profundos, sinceros...

Debo confesar que me fue imposible no intentar responder cada una de sus preguntas, sólo para mí y sin fines de publicación en ninguna parte, sólo no pude resistirme. Resultaron más que un cuestionario, un reto. ¡Amigos, qué ustedes plantean unas cosas maravillosas! Me obligaron a escarbar, sensibilizarme, buscar dentro, incluso donde no se quiere mirar mucho a veces, a cuestionar mis propias preguntas... ¡Un viaje espectacular a través de sus propias dudas expuestas!

Espero que se hayan divertido y disfrutado, tanto como yo, este zumbido que creamos.

¡Un abrazo enorme para todos y, sinceramente, gracias!

___

El testigo se lo paso a una mujer que, sin duda alguna, me atrapó con sus letras y su personalidad. Admiro su mente brillante, viva, creativa, su sentido del humor, la humanidad que me ha transmitido. Combatiente y conciliadora a la vez. Siempre transportándome con sus poemas a donde quiera llevarme. Mi querida y estimada E.R.A.
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Marisa Peral
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Marisa Peral »

Ara López escribió:
Este sueño bien podría ser un despertar suspendido
y la realidad un traje que se ajusta a la piel del portador.
Múltiples existencias convergen como un trazo tembloroso.
¿Acaso somos la prolongación de una mirada sostenida?

En la prolongación de cada sueño sucumbe el que despierta
pues va de quien lo anuncia a quien apoya.
El sueño se afianza en el temblor que cada día viene
de la existencia misma a la propia mirada .
¿Por fin propone que hay ficción quien vuela a la deriva?

Podría ser, mas todo es equilibrio.
Incluso en el desorden hay fractales
que explican algoritmos del azar.
No sabemos si el mundo es un teatro,
una ficción fingida por los seres
habitantes del alma del planeta
o nuestra realidad de cada día
surgida sin pretextos.
¿Somos protagonistas de la Historia
o simples portadores
de guiones inventados
por aliens del espacio sideral?

Eso soy, una verdad aterradora en tu iliada.
Eso, un viajero interceptado en tu sueño,
uno que sigue viniendo del futuro a la noche absurda
sólo por ver el amanecer.
¿Has visto desvelar la mirada del recién nacido?
¿la mirada láser de los prófugos del tiempo?
¿cuántas veces y de cuántas formas viste mi rostro agónico
mostrar el escape electri que soy?

No tengo una respuesta a tus preguntas,
yo he perdido el hilo de este cuento
y en vuelo sólo alcanzo media altura,
aterrizo donde puedo y despierto
entre sudores fríos y versos rotos.
¿Aún crees que nos salva la poesía?

Esta somnolencia parte el amanecer en mil esquirlas,
debería dejar de regar la ciudad con susurros de olvido,
y fluir a ambos lados del espejo, como un espectro onanista...
¿cómo despertar de este parpadeo que lo arrasa todo?

Cuidado con el aire que es letal.
Los chemtrails nos corrompen la conciencia.
El agua nos convierte en puros zombis
con el flúor que nos trae esclavitud.
¿Cuándo esta distopía dará paso
a un nuevo amanecer del adn?

A veces el zumbido de las moscas es cuanto me acompaña, sí,
una botella de vodka barato, me puso en el tacho, indigente, borracho de vida,
esperando el camión de la basura para llegar a la montaña donde se
agrupa toda nuestra hambre de volar.
¿Acaso no ves la vida escarbar la montaña en busca de nuestro cadáver?

No, no puedo verla, pero la presiento en la nuca erizada
y la antesala a lo terrorífico me apuñala el pecho.
Mi grito es como el clamor de un rayo de luz que ilumina sin eco
e inmóvil veo a los gusanos apareándose en dantesco frenesí.
¿Este hervidero pútrido es el espectáculo que anhelabas presenciar?

Que fenezca el zumbido de las moscas,
que el pensamiento y el sentir no pongan condición.
Que no haya misereres compartidos.
que venga el agua con la sed poniendo el rato a meditar.
¿Por qué me vengo si no voy y a quién le importa si no vengo?

No, no me vengo, he de quedarme.
¿Hay quien pueda separar la sombra del silencio?
¿Hay quien pueda distinguir entre la tarde y la nube?
¿Hay algún ocaso anclado para siempre a un cielo?
¿Hay gaviotas sin espuma?
¿Hay horizonte?

El zumbido de las moscas es un litigio que lleva al desconcierto,
ruidos para saber ¡qué poco hemos volado!
Ay, el zumbido de las moscas, ¿es un ardid
que te obliga a abrigarte con un tejido más o menos animal
de vuelo tremendamente apurado?

No hay apuro en llegar al animal que me habita,
ni volar al abismo para lamer tu silencio,
lo que me obliga es el día que muere frente a mí,
me dice que despierte, que oiga lo que no se dice,
¿puedes oler el aroma a despedida del mundo?

Lo percibo en pliegues añejos
de cortezas que alguna vez fueron piel,
es la propia finitud la que apesta.
Alégrate si hay hedor y zumbidos, o es que...
¿acaso crees que hay olor o sonido tras la muerte?

No hay ocasos tras la muerte, no hay delirio místico,
los rostros, los otros rostros son del sicario;
las lunas pasan, el sentido de la vida es del guerrero,
tus manos no son de la muerte del delito.
¿Esas runas aplanarán otro cuchillo en tu vientre santo?

Por supuesto que las piedras con sus símbolos antiguos
convertirán el cuchillo en la puerta del número áureo.
Entonces la muerte azul se transformará en esfera
y la vida trepidante sólo amará la galaxia
de Andrómeda en noches frías.
¿Hasta cuándo los susurros de los hombres cavernarios
atraparán en sus cápsulas a las hembras estelares?

Hasta que tú no me digas cuando,
y yo deje de ignorar donde.
Mientras los cielos se plieguen al acecho de la noche,
y en la sotana del deseo
queden atrapados todos los sueños inimaginables.
¿Acaso no es la ignorancia el mejor antídoto para el dolor?

Placebos en forma de sonrisas, que se borran en la oscuridad,
porque no hay escondite para el alma cuando el dolor ha anidado.
Sólo queda el zumbido de las moscas tropezándose unas con otras,
un hervidero de conciencias en una orgía de preguntas.
¿Y este sueño, después de todo, bien pudo ser un despertar suspendido?

Mi felicitación a todos los que han participado y a ti, Ara, por la interesante idea que acabar siempre con una pregunta.
No tuve tiempo de enviar mi aportación en esta ocasión, son días de trabajo complicados.
Un fuerte abrazo.
—-
Marisa Peral Sánchez
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Ara López
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ara López »

Marisa Peral escribió:
Ara López escribió:
Este sueño bien podría ser un despertar suspendido
y la realidad un traje que se ajusta a la piel del portador.
Múltiples existencias convergen como un trazo tembloroso.
¿Acaso somos la prolongación de una mirada sostenida?

En la prolongación de cada sueño sucumbe el que despierta
pues va de quien lo anuncia a quien apoya.
El sueño se afianza en el temblor que cada día viene
de la existencia misma a la propia mirada .
¿Por fin propone que hay ficción quien vuela a la deriva?

Podría ser, mas todo es equilibrio.
Incluso en el desorden hay fractales
que explican algoritmos del azar.
No sabemos si el mundo es un teatro,
una ficción fingida por los seres
habitantes del alma del planeta
o nuestra realidad de cada día
surgida sin pretextos.
¿Somos protagonistas de la Historia
o simples portadores
de guiones inventados
por aliens del espacio sideral?

Eso soy, una verdad aterradora en tu iliada.
Eso, un viajero interceptado en tu sueño,
uno que sigue viniendo del futuro a la noche absurda
sólo por ver el amanecer.
¿Has visto desvelar la mirada del recién nacido?
¿la mirada láser de los prófugos del tiempo?
¿cuántas veces y de cuántas formas viste mi rostro agónico
mostrar el escape electri que soy?

No tengo una respuesta a tus preguntas,
yo he perdido el hilo de este cuento
y en vuelo sólo alcanzo media altura,
aterrizo donde puedo y despierto
entre sudores fríos y versos rotos.
¿Aún crees que nos salva la poesía?

Esta somnolencia parte el amanecer en mil esquirlas,
debería dejar de regar la ciudad con susurros de olvido,
y fluir a ambos lados del espejo, como un espectro onanista...
¿cómo despertar de este parpadeo que lo arrasa todo?

Cuidado con el aire que es letal.
Los chemtrails nos corrompen la conciencia.
El agua nos convierte en puros zombis
con el flúor que nos trae esclavitud.
¿Cuándo esta distopía dará paso
a un nuevo amanecer del adn?

A veces el zumbido de las moscas es cuanto me acompaña, sí,
una botella de vodka barato, me puso en el tacho, indigente, borracho de vida,
esperando el camión de la basura para llegar a la montaña donde se
agrupa toda nuestra hambre de volar.
¿Acaso no ves la vida escarbar la montaña en busca de nuestro cadáver?

No, no puedo verla, pero la presiento en la nuca erizada
y la antesala a lo terrorífico me apuñala el pecho.
Mi grito es como el clamor de un rayo de luz que ilumina sin eco
e inmóvil veo a los gusanos apareándose en dantesco frenesí.
¿Este hervidero pútrido es el espectáculo que anhelabas presenciar?

Que fenezca el zumbido de las moscas,
que el pensamiento y el sentir no pongan condición.
Que no haya misereres compartidos.
que venga el agua con la sed poniendo el rato a meditar.
¿Por qué me vengo si no voy y a quién le importa si no vengo?

No, no me vengo, he de quedarme.
¿Hay quien pueda separar la sombra del silencio?
¿Hay quien pueda distinguir entre la tarde y la nube?
¿Hay algún ocaso anclado para siempre a un cielo?
¿Hay gaviotas sin espuma?
¿Hay horizonte?

El zumbido de las moscas es un litigio que lleva al desconcierto,
ruidos para saber ¡qué poco hemos volado!
Ay, el zumbido de las moscas, ¿es un ardid
que te obliga a abrigarte con un tejido más o menos animal
de vuelo tremendamente apurado?

No hay apuro en llegar al animal que me habita,
ni volar al abismo para lamer tu silencio,
lo que me obliga es el día que muere frente a mí,
me dice que despierte, que oiga lo que no se dice,
¿puedes oler el aroma a despedida del mundo?

Lo percibo en pliegues añejos
de cortezas que alguna vez fueron piel,
es la propia finitud la que apesta.
Alégrate si hay hedor y zumbidos, o es que...
¿acaso crees que hay olor o sonido tras la muerte?

No hay ocasos tras la muerte, no hay delirio místico,
los rostros, los otros rostros son del sicario;
las lunas pasan, el sentido de la vida es del guerrero,
tus manos no son de la muerte del delito.
¿Esas runas aplanarán otro cuchillo en tu vientre santo?

Por supuesto que las piedras con sus símbolos antiguos
convertirán el cuchillo en la puerta del número áureo.
Entonces la muerte azul se transformará en esfera
y la vida trepidante sólo amará la galaxia
de Andrómeda en noches frías.
¿Hasta cuándo los susurros de los hombres cavernarios
atraparán en sus cápsulas a las hembras estelares?

Hasta que tú no me digas cuando,
y yo deje de ignorar donde.
Mientras los cielos se plieguen al acecho de la noche,
y en la sotana del deseo
queden atrapados todos los sueños inimaginables.
¿Acaso no es la ignorancia el mejor antídoto para el dolor?

Placebos en forma de sonrisas, que se borran en la oscuridad,
porque no hay escondite para el alma cuando el dolor ha anidado.
Sólo queda el zumbido de las moscas tropezándose unas con otras,
un hervidero de conciencias en una orgía de preguntas.
¿Y este sueño, después de todo, bien pudo ser un despertar suspendido?

Mi felicitación a todos los que han participado y a ti, Ara, por la interesante idea que acabar siempre con una pregunta.
No tuve tiempo de enviar mi aportación en esta ocasión, son días de trabajo complicados.
Un fuerte abrazo.

Mi estimada Marisa, no sabes lo que lamento haber cerrado el poema antes de poder contar con una estrofa tuya en él. Tus poemas me encantan.

Un abrazo muy grande y gracias, de igual forma, por pasar a dejar este comentario por acá.
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Mensaje sin leer por Javier Dicenzo »

Ara, debería ser publicado en la revista de alaire, el resultado es muy bueno, diría que superior a todo lo anterior.
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Re: El zumbido de las moscas (Poema compartido)

Mensaje sin leer por Ara López »

Javier Dicenzo escribió:Ara, debería ser publicado en la revista de alaire, el resultado es muy bueno, diría que superior a todo lo anterior.
Javier, gracias por tus palabras y considerar de esa manera el resultado. Ya queda de parte de Rafel qué hacer con él ajajajajajaja

Saludos.
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