Diálogo con Robert Zimmerman

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F. Enrique
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Diálogo con Robert Zimmerman

Mensaje sin leer por F. Enrique »

A Jesús M. Navas que me trae cada película que ...# She


Robert Zimmerman’s Nightmare # 2

[RIGHT]Oh, mama, can this really be the end
To be stuck inside of Mobile
with the Memphis blues again[/RIGHT]


Ella me mira, me ha llamado, pero no dice nada.
Cada vez que se agacha
a recoger el poema esculpido en el suelo,
sujeta los tirantes del vestido,
negándole a mis ojos aquellos pechos
que tantas veces,
tras un velo transparente, me mostraba,
cuando no podía amarla, y todos lo asumían,
también ella y el árbol de la esquina.

Quizás sea porque ya no se siente tan bella
como antes,
o porque le asalte el pecado
del que le hablaron en aquella juventud
que se desmorona en el más firme recuerdo.

Ella desea que esta culpa sea tan sólo mía,
sin comprender que, en su caso, no llegaría a sentirla,
ahora que dudo de todo lo que me contaron
dejando a un lado esta estúpida manía
que coarta mis ansias de vivir y me avergüenza.

Lo que no soportaría es su rechazo;
creo que volvería el muchacho herido
cuando llueve sin consuelo
sobre el sol de la mañana,
tal es mi fragilidad en estos días,
aunque llegara a decirme alguna vez
que fue contra sus propios deseos
y por la paz en nuestro mundo…
Ella espera que sólo yo arda en este infierno,
ya que es mi costumbre, no la suya,
cuando, cruel paradoja
que me lleva a reír y llorar, a hablar como un payaso
de Triana en una radio argentina
o al profundo silencio, en la misma mañana,
posiblemente sea la única mujer
con la que podría yacer toda una noche
sin sentir remordimientos, y por la que verdaderamente
sufra cuando muera , por no haberla amado.

18/06/2011 Escrito en la turbulencia de un deseo no realizado - 17 P.M.



Para Nico en All Tomorrow’s Parties

Yo sé que la tristeza inundaba tu acento,
que sentías la emoción del artista que sufre
y cantabas
persiguiendo la cruz
de tus venas, tu sangre
en una oda triste con música pausada.

No pude transmitirte mi ansia de pasión,
de amor triste como yo, humilde como un sauce.

En aquellos días, en aquella colina,
aprendí a perder con las cartas marcadas
con el mar en el fondo moviendo nuestro verso
y el rumor de la tarde enredando el paisaje
en donde te adentrabas.

Y te fuiste sin decir adiós,
mujer de los misterios
de los bosques oscuros;
no pudiste beber mi primera locura,
apartaste la dulzura que derramé en tu pelo,
el sueño de amor sincero
que volviste a evocarme.

(En la colina que domina el Atlántico – Poema de la duda 06/05/2011)

Desencanto nocturno

Ahora con estos años y con este silencio y con este pesar,
no sé como volverme, como entregar las flores
que cuidó mi arrogancia en este puerto ingrato, lleno de indiferencia,
su cobardía ha hecho que dos buenas personas no se quieran hablar,
que pasen, no se miren.

No se escucha el flamenco profundo del quejío
en la noche desierta sin Billie Holiday;
te esperaré en el alba, reina de la tristeza,
en el muro que para el mar, las emociones.

Cuando caigan los cuervos y alienten los suspiros,
te esperaré sabiendo que no regresarás;
como un amor sin pulso vives en el silencio
de lo que no dijiste y, acaso, no recuerdas.



(Poema de la Duda – En el Poblado Marinero)

***
Unos versos caídos en el cielo de la noche
me recuerdan la soledad del mundo cuando no estás,
la tristeza de una sonrisa que no puede desplegarse
cuando no encuentra el camino de tus labios./align]
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