Lou Reed - Canción triste - Candy dice
Publicado: Dom, 11 Abr 2021 4:49
[BBvideo 560,340][/BBvideo]
Mirando el álbum de fotografías
se parece a María, reina de Escocia,
la veía tan regia;
esto solo muestra lo equivocado
que uno puede estar.
Voy a dejar de perder el tiempo,
algún otro le hubiera roto los brazos.
Canción triste, canción triste
canción triste, canción triste...
Mi castillo, mis niños y el hogar...
creía que ella era María, reina de Escocia,
lo intentaba con desperación,
esto muestra lo equivocado
que uno puede llegar a estar.
Voy a dejar de perder el tiempo,
algún otro le hubiera roto los brazos.
Canción triste, canción triste...
(Lou Reed - Canción triste)
se parece a María, reina de Escocia,
la veía tan regia;
esto solo muestra lo equivocado
que uno puede estar.
Voy a dejar de perder el tiempo,
algún otro le hubiera roto los brazos.
Canción triste, canción triste
canción triste, canción triste...
Mi castillo, mis niños y el hogar...
creía que ella era María, reina de Escocia,
lo intentaba con desperación,
esto muestra lo equivocado
que uno puede llegar a estar.
Voy a dejar de perder el tiempo,
algún otro le hubiera roto los brazos.
Canción triste, canción triste...
(Lou Reed - Canción triste)
Te agradezco, Simón, el comentario, empecé a contestarte sin saber lo que quería decir, desde qué perspectiva abordar una obra sin luz y lacerante, quizás lo que buscaba era capturar la atmósfera sombría de la canción, ahondar sin contemplaciones en lo que pasó para imaginar lo que podría haber sido, expresar que nunca un cumpleaños feliz había sonado tan amargo, incluso aterrador y profetizando la venida del infierno de las drogas, de una ciudad corrupta y dividida.
Lou Reed era un gran poeta y podía articular un poema con analogías turbadoras y exigentes, metáforas inquietantes, paradojas doloridas, consciente como era de que ya habría otros que exaltaran el lado brillante de la vida y su falta de implicación con la realidad.
Pero, una pequeña concesión a la esperanza, para él Europa no debía ser el edificio en ruinas que había quedado seccionado después de la guerra más terrible, seguía siendo una parte esencial de nuestra forma de ver el mundo. Pero, para que tomara consciencia de ello, era preciso hurgar en las heridas, identificarlas, digerirlas, para encontrar una posible redención. Una obra devastadora y trágica que, desde los abismos, busca desesperadamente una salida, dejar atrás unos tiempos que nos mostraron el lado más perverso del hombre, que abrazaron los uniformes y la represión arrinconando la libertad y la palabra.
La canción triste lo sería aunque tuviera el nombre más festivo que podamos imaginar, su música planea sobre los humedales del sótano más tétrico y oscuro donde habitan el dolor de vivir y el tormento aterrador del olvido que nunca llama a quien camina por las llagas de la culpa, por el espíritu de una memoria flagelante. Lou Reed había escrito esta canción para el último disco con los Velvet Underground y la desechó como haría con unas veinte más, había auténticas obras maestras. Lo demostró insertando algunas de ellas en sus tres primeros álbumes en solitario
Lou Reed era un gran poeta y podía articular un poema con analogías turbadoras y exigentes, metáforas inquietantes, paradojas doloridas, consciente como era de que ya habría otros que exaltaran el lado brillante de la vida y su falta de implicación con la realidad.
Pero, una pequeña concesión a la esperanza, para él Europa no debía ser el edificio en ruinas que había quedado seccionado después de la guerra más terrible, seguía siendo una parte esencial de nuestra forma de ver el mundo. Pero, para que tomara consciencia de ello, era preciso hurgar en las heridas, identificarlas, digerirlas, para encontrar una posible redención. Una obra devastadora y trágica que, desde los abismos, busca desesperadamente una salida, dejar atrás unos tiempos que nos mostraron el lado más perverso del hombre, que abrazaron los uniformes y la represión arrinconando la libertad y la palabra.
La canción triste lo sería aunque tuviera el nombre más festivo que podamos imaginar, su música planea sobre los humedales del sótano más tétrico y oscuro donde habitan el dolor de vivir y el tormento aterrador del olvido que nunca llama a quien camina por las llagas de la culpa, por el espíritu de una memoria flagelante. Lou Reed había escrito esta canción para el último disco con los Velvet Underground y la desechó como haría con unas veinte más, había auténticas obras maestras. Lo demostró insertando algunas de ellas en sus tres primeros álbumes en solitario
*** *** *** *** ***
Bob Dylan trató la City como un mito que permitía la injusticia, y lo exponía de una forma más razonada de lo que pudiera parecer teniendo en cuenta su deriva metafórica, Paul Simon en la alienación de los individuos que luchaban contra sus limitaciones en la soledad más tumultuosa de la isla, Cohen, en su segunda etapa de esplendor, como el faro ciego, insolidario y pretencioso de Occidente y Reed insistió entre la indiferencia o el desapego de sus compatriotas, en el perfil sórdido y más oscuro, lleno de desesperación inundado por el alcohol y otras drogas duras, la ambigüedad y las perversiones sexuales, hablaba, simplemente, de aquellos a quienes conocía de primera mano y se desenvolvían a toda prisa. Algunos de ellos, entre el arte y el desenfreno, no llegarían a cumplir los treinta.
*** *** *** *** ***
Carlos Marcos habla sobre el Lou Reed de 1973 y sobre el Berlín. 10 de enero de 2023.
Carlos Marcos habla sobre el Lou Reed de 1973 y sobre el Berlín. 10 de enero de 2023.
¿Quién es? El éxito arrolló a Lou Reed en 1972 con la edición de Transformer y temas como Walk on the Wild Side. Motivo de felicidad para cualquiera, pero Reed se consideraba demasiado artista como para vanagloriarse de sonar en las radios. Su próxima entrega sería compleja y poco radiable: Berlin.
¿Por qué es tan bueno Berlin? Un álbum que cuenta una historia, la de la relación tóxica de una pareja que se topará con el sufrimiento y la muerte. Como Reed casi siempre describe realidades, en las letras del disco hay muchas similitudes con la destrucción de su propio matrimonio con Bettye Kronstad, que se estaba produciendo justo cuando escribía las letras. Un disco que ofrece una narración sombría, un trabajo duro e intenso. La propia Kronstad dijo que escucharlo era “una experiencia devastadora”. Una curiosidad. Reed nunca estuvo en Berlín antes de publicar este álbum. Lo que atraía al músico de la localidad alemana era la metáfora de una ciudad dividida (en aquella época) por un muro: dos personajes, dos mundos separados.