El símbolo en poesía. ¿Eres un poeta simbolista?

Aquí tendrán cabida discusiones y todo tipo de estudios sobre temas relacionados con el ámbito literario: técnica, oficio, valores poéticos, etc.
Administración Alaire
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El símbolo en poesía. ¿Eres un poeta simbolista?

Mensaje sin leer por Administración Alaire »

Queridos amigos:
Abrimos este post para debatir sobre el símbolo en poesía.
-¿Qué es el símbolo en poesía?
-¿Qué importancia tiene el símbolo en la poesía?
-El símbolo es inherente a la poesía?
-¿Qué función tiene el símbolo en poesía?
-¿Cómo se desarrolla el símbolo en poesía?
-¿Hay o puede haber diferentes niveles de simbolismo en el poema?
-¿Eres un poeta simbólico?
- ¿Te consideras un simbolista de la Escuela Alaire?
-¿Diferencias entre simbolismo y surrealismo?
Estas y otras cuestiones que se nos puedan ocurrir son susceptibles de ser comentadas y debatidas en este post.
Un abrazo.
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Javier Dicenzo
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Registrado: Mié, 12 Mar 2008 1:19
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Re: El símbolo en poesía. ¿Eres un poeta simbolista?

Mensaje sin leer por Javier Dicenzo »

En mi caso, intento dejar un mensaje de ahí a ser un simbolista, muchas veces pensé en las alegorias. tal vez soy un simbolista, siempre pienso que en narrativa y en poesía no hay temas menores. Cada autor hace lo que puede. Tomar atajos en letras no sirve tampoco creo que las letras sea la fama o vender. Creo firmemente en la capacidad de los autores. El reconocimiento no tiene que ver con las letras. En el caso de los anti poetas es valido podemos creer, y pensar cualquier cosa de la poesía pero la realidad objetiva de un obra es esa lo que logró literariamente el poeta o narrador. Por otro lado no creo en los premios, ni en el nobel. El símbolo encierra un encadenamiento de ideas, la unidad es relativa, siempre que hablamos de algún tema llegamos a un laberinto poético, y por ende las alternativas son muchas. Si hablamos de un pez, siempre lo relacionaremos con nuestras vivencias y nuestras experiencias en nuestra realidad que variará según cada autor, lo mismo para relato, lo mismo para novela.
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Luis M
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Re: El símbolo en poesía. ¿Eres un poeta simbolista?

Mensaje sin leer por Luis M »

-Bueno, yo entiendo el símbolo como un tipo de metáfora no personal, o sea más "entendible" y común para todos los lectores. Por ejemplo, si escribo: "mi esperanza en este mundo es ser paloma" ese "paloma" es un símbolo de que quiero ser libre y vivir en paz...

-La importancia del símbolo en la poesía es máxima, ya que es una figura literaria comprensible, estética y no demasiado coloquial.

- No sé si es inherente a la poesía en general, ya que existen tantos tipos y estilos de poesía, pero pienso que es difícil encontrar poesía que prescinda totalmente de los símbolos. Incluso en el realismo cabe perfectamente su uso.

-En mi opinión la función del símbolo en poesía es enriquecer el propio lenguaje poético.

-¿cómo se desarrolla en la poesía?, ...supongo que de la misma manera que la metáfora, el símil o cualquier otra figura literaria.

-Creo que puede haber poesía más o menos "simbólica", al igual que más o menos surrealista, realista, etc.

- Personalmente tiendo más al realismo, lo cual no me impide utilizar el símbolo o la metáfora en lo que escribo. Pienso que encerrarse en un estilo limita mucho la creatividad. En la poesía "todo vale, mientras se utilice con ingenio, gusto y lucidez.

-No creo que en Alaire haya poetas "puramente" simbolistas, algunos más que otros, pero creo que casi todos utilizamos el símbolo en alguna ocasión y en mayor o menor medida.

Diría que el surrealismo es más "irracional" e irreal. El símbolo se encuentra en el subconsciente colectivo, el surrealismo (sobre todo el más extremo) se alimenta casi únicamente de la imaginación y la subjetividad temática y estética del autor.
Personalmente creo que a veces puede resultar difícil diferenciarlos, (o se "entremezclan"), y que el surrrealismo poético "puro" hoy en día es muy raro, aunque por otro lado, también pienso que la poesía en sí misma y de algún modo alberga una "raíz" surrealista en su origen y método.

Abrazos.

-
Última edición por Luis M el Mar, 12 Jun 2018 17:58, editado 2 veces en total.
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Jerónimo Muñoz
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Re: El símbolo en poesía. ¿Eres un poeta simbolista?

Mensaje sin leer por Jerónimo Muñoz »

A principios del siglo XX, la poesía experimentó un cambio total como no lo había experimentado desde los poetas griegos clásicos. Este fue la inclusión en la poesía de un elemento de irracionalidad: el simbolismo.
El simbolismo consiste en la utilización de palabras que nos emocionan no ya (o no únicamente) en cuanto portadoras de conceptos, sino en cuanto portadoras de asociaciones irreflexivas con otros conceptos que son los que realmente conllevan la emoción.
Hasta entonces, la emoción estética era el resultado de que el lector (u oyente), en primer lugar, entendía y, por haber entendido lo que el autor le quería transmitir, se emocionaba. Este tipo de expresión subsiste, naturalmente, en nuestros días, pero, paralelamente, con mayor o menor seguimiento, según los “ismos” de la precaria actualidad, el simbolismo ha brillado con luz propia.
Con la poesía simbólica o irracional, primero nos emocionamos y después, si acaso entendemos, entendimiento que puede ser muy vario y que no es necesario en absoluto desde el punto de vista estético.
Manteniendo siempre este principio de asociación irracional, encontramos varias clases de simbolismo.
En primer lugar se nos aparece un simbolismo “lógico”, llamado así porque existe en el poema una primera significación lógica que puede ser entendida por cualquier lector. Pero, a la vez, este lector se ve arrastrado de forma inconsciente hacia un significado totalmente extraño a los meros conceptos que las palabras expresan.
Así, cuando Lorca escribía, en el “Romance de la Guardia Civil española”:

Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.

Evidentemente, los caballos pueden ser negros en la realidad inmediata. Igualmente, las herraduras pueden ser negras. Las manchas de tinta y cera que relucen sobre sus capas son perfectamente asimilables a una realidad objetiva. Y Lorca continúa:

Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.

Y aquí ya comienza la asociación inconsciente con otros significados. Ya no son (o no solo) las metáforas (“de plomo las calaveras”, “alma de charol") las que nos acercan al “placer estético” al que aludía Sartre. Ya se ha unido en nuestra mente un sentido irracional al percibido de forma inmediata. Ya hemos vislumbrado un mundo duro, cruel, tenebroso, en el que los cuatro primeros versos cobran un sentido diferente del inmediato y contribuyen a formarnos una irreflexiva asociación de ideas, cuyo resultado es la verdadera emoción.
Este es el simbolismo “lógico”.

Hay otro tipo de simbolismo, denominado “ilógico”, que es aquel en el que ha desaparecido por completo el significado lógico. Aquí la comprensión del texto desde el punto de vista de lo real es imposible, pero existe una inconsciente asociación de ideas que nos conduce hacia un sentido nuevo y emotivo.

Veamos un texto de Aleixandre en su libro “La destrucción o el amor”.

Pero no. ¡Juventud, ilusión, dicha, calor o luz,
piso de mármol donde la carne está tirada,
cuerpo, cuarto de ópalo que siente casi un párpado,
unos labios pegados mientras los muslos cantan!

Mucho podría decirse del simbolismo que encierra esta estrofa, pero fijémonos en la expresión “los muslos cantan”, expresión totalmente ilógica pues, contrariamente a los “caballos negros” y las “herraduras negras” (que pueden serlo), los muslos no pueden cantar. Y, al chocar el lector con lo ilógico, deriva su mente a otro significado que le emociona aun sin haber comprendido. Al chocar con lo ilógico, el lector decide cerrar los ojos, dejarse llevar y permitir que las palabras segreguen por sí solas sus posibilidades de emoción, basada, en este caso, en lo hermoso y arrebatado de unos muslos en función amorosa.
Este es el simbolismo ilógico que, llevado a sus extremos, produjo los movimientos de principios del siglo XX, denominados “las vanguardias” (ultraísmo, creacionismo, dadaísmo, futurismo, surrealismo…)
Es importante no confundir el simbolismo, del que aquí se habla, con el movimiento simbolista francés de finales del siglo XIX, que no tiene nada que ver con aquel.

Con este breve, incompleto y apresurado artículo, extraído de los textos de Carlos Bousoño, muy extractados, he pretendido contestar a las preguntas de

-¿Qué es el símbolo en poesía?
-¿Qué importancia tiene el símbolo en la poesía?
-¿Hay o puede haber diferentes niveles de simbolismo en el poema?
-¿Diferencias entre simbolismo y surrealismo?
Última edición por Jerónimo Muñoz el Sab, 16 Jun 2018 9:50, editado 1 vez en total.
Siempre creemos aquello que anhelamos
Demóstenes
Ignacio Mincholed
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Registrado: Lun, 11 May 2009 18:31

Re: El símbolo en poesía. ¿Eres un poeta simbolista?

Mensaje sin leer por Ignacio Mincholed »

La utilización del símbolo es una constante en prácticamente toda la historia de la literatura desde la Grecia clásica pasando por la época medieval y renacentista, continuando con los iluministas del siglo XVIII, extendiéndose con los decadentistas precursores del simbolismo, con el simbolismo mismo y así hasta llegar al surrealismo por quedarnos en algún punto.

Simbolismo y símbolo, en poesía, pueden parecer términos intrínsecamente encadenados uno a otro ya que del símbolo, como elemento representativo de algo, se desprende una información contenida en él; o sea, aquello que interpretamos como simbólico. El simbolismo es una condición de lo simbólico que mediante un sistema representa conceptos o ideas comprensibles de forma implícita. Esta asociación tiende a resultar engañosa si no tenemos en cuenta la globalidad de los principios que dieron lugar al movimiento simbolista. En el manifiesto simbolista presentado por Jean Moréas en 1886, se pueden leer los principios que dieron lugar al movimiento, tales como que la poesía simbolista es «enemiga de la enseñanza, de la declamación, de la falsa sensibilidad, de la descripción objetiva» […] «Para la traducción exacta de su síntesis, el simbolismo necesita un estilo arquetípico y complejo: limpios vocablos, el período que se apuntala alternando con el período de los desfallecimientos ondulantes, los pleonasmos significativos, las misteriosas elipses, el anacoluto en suspenso, tropo audaz y multiforme» […] «la antigua métrica brillante; un desorden sabiamente ordenado; la rima refulgente y cincelada como un escudo de oro y de bronce junto a la rima de las fluideces abstrusas; el alejandrino con pausas múltiples y móviles».

Para Moréas la musicalidad no era importante por no serlo la declamación, de ahí sus enfrentamientos con René Ghil, también simbolista, que la mantiene y postula: «El Poema, así, se convierte en un verdadero trozo de música sugestiva y que se instrumenta sola: música de palabras evocadoras, de imágenes coloreadas sin perjuicio para las Ideas, puesto que, al contrario, son las ideas y las sensaciones de donde ellas provienen, las que llaman y rigen las series timbrales y sus matices propios para expresarlas emotivamente».

Así pues, la redundancia, la inconsistencia por falta de concordancia, el hipérbaton, la ambigüedad, la inversión de las ideas, el misterio, la sinestesia, las fluideces abstrusas, las correspondencias… parece que ordenan los principios del simbolismo. Además, se declara a la poesía simbolista contraria a la «descripción objetiva», siendo este principio uno más entre todos. Por lo tanto no toda aquella poesía que sustituye por un símbolo la «descripción objetiva» de las cosas, sucesos y sensaciones se debe suponer y menos adscribir como simbolista. Si así fuera, cualquier aplicación en un poema de la metáfora o la alegoría se entendería automáticamente como simbolista.

El simbolismo, a caballo entre el romanticismo y el surrealismo, aspiraba a un Ideal que no encontraba reflejado en lo objetivo. Anna Balakian en su libro «El movimiento simbolista», caracteriza muy bien los tres movimientos cuando dice: «El romántico aspiraba al infinito, el simbolista creía que podía descubrirlo y el surrealista pensaba que podía crearlo»

Prácticamente en cualquier tipo de poesía, adscrita o no a un movimiento determinado, podemos comprobar que la «descripción objetiva» del mundo es sustituida ocasionalmente por lo que se podría llamar una descripción simulada de lo sensible. Salvo en la poesía puramente realista la sustitución mediante símbolos es algo generalizado. El símbolo, para serlo, debe tener una correspondencia codificada que pueda ser interpuesta entre el significante (el motivo) y lo significado (lo sugerido); esto es, un signo lingüístico. De otro modo, el símbolo deja de tener su función y pasa a ser una propuesta que sólo obedece al código interno del autor y no presenta una interpretación formal determinada.

Esa sería la práctica mediante la que el movimiento simbolista pretendía «descubrir» una vía de conexión entre el mundo sensible y el mundo espiritual, un punto de encuentro donde residiría el Ideal. El surrealismo, por su lado, pretendía, inversamente, «crear» el objeto, el punto común que conectara ambos extremos bajo una interpretación surreal de la realidad.

Quizá vivimos demasiado anclados a los postulados de los movimientos artísticos entre los que buscamos una identificación del ejercicio poético propio. Ser romántico no significa necesariamente suscribir, ni tratar del mismo modo, los principios del Romanticismo que, desde una época concreta, surgieron como parte de la propia evolución literaria, como cualquier otro movimiento. Poco tiene que ver un romántico de nuestro tiempo con Byron.

Personalmente no me considero adscrito a ningún movimiento aunque, naturalmente, pueda recoger en mis poemas influencias de unos y otros. Tampoco percibo en el foro, salvo de forma ocasional, poemas que puedan ser considerados simbolistas bajo los principios que dieron lugar al movimiento.

...
Hallie Hernández Alfaro
Mensajes: 19402
Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20

Re: El símbolo en poesía. ¿Eres un poeta simbolista?

Mensaje sin leer por Hallie Hernández Alfaro »

La poesía es susceptible a los símbolos; estos no corresponden siempre a los ya consensuados por el imaginario humano.
El autor puede ser capaz de crearlos y sostenerlos en la vida de su obra.
Subrrealismo, como definición, es casi inherente a la poesía. El reino metafórico se basa en menor o mayor medida en el hervidero (a veces racionalizado) de los procesos inconscientes y en el arbitraje de un yo mediado por la "irrealidad artística". Estas afirmaciones no excluyen para nada el realismo poético, la crudeza inteligente de un poema está minada también por la carga simbólica y subrreal aunque a primera vista, prime el vuelo de su pragmatismo.

Diversidad simbólica, diversidad estilística, diversidad hiperrealista. No hay un límite preciso en estos procesos, cuando el poeta obedece a su genio y hace nacer la visión engendrada.


Felicidad a montones, amigos y compañeros.

Abrazos.
"Algo, en este tan vasto como innecesario universo,
ha de tener sentido: ninguna ecuación diferencial
siente. Pero, se sabe, en el principio
fue dicho: hágase la luz; y abrimos los ojos."


Sub-jectum, Julio Bonal
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Rafael Zambrano Vargas
Mensajes: 1665
Registrado: Vie, 15 Jul 2016 16:42

Re: El símbolo en poesía. ¿Eres un poeta simbolista?

Mensaje sin leer por Rafael Zambrano Vargas »

Administración alairel: Yo creo que todos los poetas actuales somos simbolistas, me incluyo en ello, porque como
ya saben, tengo varios sonetos insertados en este espacio, explicando el sentido y la finalidad de cada
uno de ellos, y aclarando sus metáforas, algunas mu difíciles e impensables, como por ejemplo: La clepsidra.
Siempre hay en un poema algo que debemos descifrar y da para mucho, porque cada lector le dará
el sentido que a él le parezca.

La clepsidra del tiempo se desgrana
Sobre el fulgor gentil de la madera,
En tanto el azahar de primavera
Gratifica el cristal de mi ventana.

Contemplando al jilguero con sultana
Que hacer su muelle nido allí quisiera,
Sobre el naranjo en flor... de esta manera
Me toca dimitir de la desgana...

A la que me afilié sin compromiso,
Una tarde de agosto bochornosa,
Con el esquivo numen ya marchito.

Por eso vuelvo hoy, sin previo aviso,
Buscando en la belleza de una rosa
Ese soneto que jamás se ha escrito.


Rafael


**

Yo creo que todos los poemas, por absurdos
o surrealista que puedan parecer, tienen
su explicación.

Hoy, como algo excepcional, (Ya que un poema no tiene
porque explicarse), me voy a dar el placer de hacerlo,
pero como si fuera ajeno a su autoría:


La clepsidra del tiempo se desgrana
Sobre el fulgor gentil de la madera,
En tanto el azahar de primavera
Gratifica el cristal de mi ventana.

Primer cuarteto:

El poeta está contemplando la clepsidra (Se trata
de un reloj de arena que reposa sobre el fulgor
gentil de la madera (Es el brillo de la estantería)
donde tambiérn hay libros. y ve como el tiempo se desgra, (pasa)
en cada grano, entre tanto, el azahar de un naranjo
que besa sus balcones, gratifica, hace ameno el cristal
de su ventana)


Segundo cuarteto:

Contemplando al jilguero con sultana
Que hacer su muelle nido allí quisiera,
Sobre el naranjo en flor... de esta manera
Me toca dimitir de la desgana...

Y al mismo tiempo, contempla a un gilguero
con su pareja (Jilguero con sultana)
que están intentando hacer allí su nido
como en otras temporadas. es el naranjo en flor...
Viendo esas cosas de la divina naturaleza,
El poeta se siente obligado a dimitir de la desgana
(Apatía)


Primer Terceto:


A la que me afilié sin compromiso,
Una tarde de agosto bochornosa,
Con el esquivo numen ya marchito.

A la que se afilió, sin compromiso, es decir,
sin obligación de continuidad, en una tarde
de verano muy calurosa, sin apenas inpiración.



Segundo Terceto:



Por eso vuelvo hoy, sin previo aviso,
Buscando en la belleza de una rosa
El gran soneto que jamás se ha escrito.

Por ese mismo motivo o razón, vuelve, regresa
sin avisar, su numen, y busca en la belleza
de una desmayada rosa sobre un vaso de agua
ese soneto que jamás se ha escrito.

Este sería un ensayo de analítica simple y somero
La poesía es la más depurada manifestación, por medio de la palabra, de los sentimientos,
emociones y reflexiones que puede expresar el ser humano, y, al tiempo que nos hace sentir
nos ennoblece. Soy tan solo un leve intento de aproximación a la poesía.
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Rafel Calle
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Registrado: Dom, 18 Nov 2007 18:27
Ubicación: Palma de Mallorca

QUé es el símbolo, I

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

El símbolo, I

El símbolo, aunque es un tropo, no es una metáfora

Es difícil concretar asuntos referentes al símbolo en poesía, de hecho, el símbolo es la figura retórica más compleja; está muy estudiada y, desde luego, hay teorías para todos los gustos, por lo demás, eso es algo que suele suceder cuando nos adentramos en los recovecos del poema. Y, para no variar (como sucede con bastantes denominaciones en poesía), el propio nombre lleva a opiniones encontradas entre los expertos (lingüistas, semiotistas…) a la hora de comprender qué es realmente el símbolo.

El símbolo es un tropo, es decir, una figura literaria de significación que consiste en usar palabras en sentido figurado (distinto al del habla normal) para describir determinados conceptos.

El símbolo se distingue de la metáfora en que esta es una comparación ocasional, mientras que ese alude a algo esencial. La metáfora se refiere al aspecto visual; el símbolo se imbrica en lo conceptual, así que, la metáfora se pueda captar, mientras que el símbolo no es captable (necesita las referencias oportunas); en la metáfora se expresa una relación evidente entre dos elementos y en el símbolo solo se cita uno que encierra a otro pero no lo expresa.

Ciertamente, un problema que plantea el símbolo es su no visualidad, o sea, que cuando se citan palomas o agua o cualquier otro elemento, no hay que ver esas realidades, sino el concepto que irá desarrollando el autor a lo largo de la obra, ya que, en el término simbolizante no se percibe racionalmente el concepto simbolizado. Así pues, en el símbolo no hay referente, sino tan solo una insinuación a las características que lo definen.

El símbolo es o puede ser polisémico, incluso un poeta puede emplear un símbolo alternativamente para conceptos diferentes. Por ejemplo, Antonio Machado tiene poemas en los que el agua unas veces es símbolo de melancolía, mientras que en otras ocasiones el agua le sirve para simbolizar el tránsito; colmar anhelos; la misma vida; el consuelo, la alegría…

Seguiremos, amigos.
Abrazos.
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Edgardo Benítez
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Registrado: Dom, 24 Jun 2018 0:12

Re: El símbolo en poesía. ¿Eres un poeta simbolista?

Mensaje sin leer por Edgardo Benítez »

Con agrado leo sus importantes aportaciones en este tema. Estoy identificado porque me es un tema nuevo y apasionado. Es mi primera participación, así que, sirva esto como un saludo de bien-llegado.
Abrazos para todos.
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