Historia de un trastorno (Sistemático)

Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.

Moderador: Hallie Hernández Alfaro

Avatar de Usuario
Ricardo López Castro
Mensajes: 2012
Registrado: Mié, 15 Jul 2020 12:14
Ubicación: A Coruña, España

Historia de un trastorno (Sistemático)

Mensaje sin leer por Ricardo López Castro »

Imagen

Porque una situación nunca sabes si es ajena a ti.
Si el realismo te acompaña de la mano, o te apuñala por la espalda -¿Para eso está la mirada, no?-
No encontrar la verdad, no acabar de creer toda la mierda que he montado.
Quedará para el postre, para las postrimerías.
Dios no me salvaba, estaba conmigo en mi cabeza.
No sabes lo inmenso que era mi desgaste. Ni siquiera sé a quién contarle esto.
Mi madre se lleva las manos a la cabeza.
Yo le digo que no se preocupe, que estoy abriendo los ojos.
Porqué coño nadie pudo demostrarme que no era Dios.
¿Dónde se habrán metido los científicos, puristas y mecenas?
La única respuesta que tenía era una relación tóxica.
Nunca acabe de creérmelo.Absolutamente nada.
Cuán grande, mi caparaz´ón.
Como si los daños de todo el universo dejaran de ser colaterales.
Los paranoicos saben de qué hablo.
Ahora, ¿cómo coño te explico yo lo que no se puede sentir?
Hubo dolor, antes, durante y después.
Sí que hubo momentos largos, pero ahora es otro cantar. Creo.
Si al menos alguien me entendiera...
No necesitaría excusarme diciendo que no me sé expresar.
Que la bomba siempre ha estado apunto de estallar.
Mi voz nunca ha querido gritar.
Con una simple palabra lo contenía.
Dios.
Todopoderoso.
Ubicuo.
Atributos, solo eso.
No he necesitado ponerme en el pellejo de nadie.
Nunca me ha salido.
Debe ser que mis sentimientos son menos sinceros que mis textos.
O no, y tú a lo mejor has perdido el interés en mi poesía.
No puedo traspasar esta pantalla, pero sé cómo llorar por los rincones.
No me veas sollozando. No seré lo que creías que era. No seré lo que muestro ser.
La escritura me cambia hacia mejor.
Hacia dónde es el gran dilema.
Me escondo, quizá de mi conciencia. No la lavo.
Me escondo de mi poesía. Nunca acabo.
Pero tanto elogio, me devuelve a la vida. No pido nada, aunque el fervor y el deseo me remueven.
Soy ambicioso desde siempre. Nunca he ido en contra del sistema.
Eso me importa tres carajos.
Ahora estoy donde siempre, menos aburrido.
No hay aura que me envuelva.
No sé por qué recuerdo mis delirios.
Mi esclavitud. Aunque fuera Dios, impondría las normas de Ricardo.
Fíjense qué contradicción..
Y todo lo avanzado se hunde, conmigo dentro.
-Arrastro lo profundo, comprendo que no captes la esencia.
Pero Dios no me ha hablado del bien y el mal.
Dio por sentado que lo sabía todo.
Y ahora resulta que no quiero saber nada, tragarme las palabras.
Morir con la incertidumbre, abrazarme al misterio.
Ya he cambiado demasiado.
No puedo permitirme el lujo de cumplir deseos.
Mi ego no me permite subir y bajar.
Estoy planteándome cosas nuevas. Materiales.
Dios, o mi mente invisible -Sí, invisible.-, forman parte del pasado.
Decir, pues, lo que yo quiero con palabras es imposible.
Quizá la ciencia infusa me haya puesto al descubierto.
De tanto hablar de mí, descubrí dónde me encuentro.
Lo contrario también es otra sentencia v´´alida y profunda.
No me afecta lo mismo lo que necesito que lo que quiero.
Rechacé a Dios, qué demonios queda por boicotear.
No puedo asegurar que nadie controle mis actos o argumentos, si soy o no ficticio.
La creación y la ciencia avanzan, y no sé en qué punto me he quedado.
Avatar de Usuario
Ana García
Mensajes: 3016
Registrado: Lun, 08 Abr 2019 22:58

Re: Historia de un trastorno (Sistemático)

Mensaje sin leer por Ana García »

Siempre me retiro muy pensativa de tus poemas.
Cuando yo dejé de creer en Dios (es lo que tiene ir a un colegio de monjas) pensé algo parecido. ¿A quién boicoteo ahora?
Fue entonces cuando comencé a hablar con mis yoes. No había gran diferencia. Bueno sí, yo podía darme a mí misma el jaque mate.
Te sigo en tus cosas.
Un abrazo.
Responder

Volver a “Foro de Prosa”