El Tábano Intelectual

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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Ana García
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El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Ana García »

-Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Así que págaselo y no lo descuides .
-Así se hará -dijo Critón-. Mira si quieres algo más.


Tembló la mano cuando escribió el nombre,
firmó de prisa y rubricó avergonzado.
Número sesenta y ocho.
El juez descansó.
Se justificó por aquello de que las órdenes
y el orden
nunca se contradicen.

Las palabras del tábano retumbaron en la sala:


"Pues si verdaderamente me dedico
a corromper a los jóvenes,
alguno de entre ellos
—al madurar—
habría reconocido que de mí
recibieron malos consejos;
y hoy se presentaría aquí
para acusarme."*


Pero nadie atendió al filósofo:

"La hora es llegada de marcharnos:
yo, a morir,
vosotros, a continuar vuestra vida.
De vuestra suerte y la mía
¿Cuál es la mejor?"*


El crimen fue en Atenas.
No fue Atenas


Consideremos que Sócrates era demasiado intelectual, demasiado revolucionario. Consideremos que hubiera sido normal. Porque es función del hombre ser normal, vivir tan normalmente y morir en la cama de cáncer de pulmón.
Morir de viejo y envenenado es una excepción gravísima a la regla.
Consideremos que hubiera podido vivir entre nosotros y la ignorancia, ejercer de orador y curar el desconocimiento.
No hubiera provocado tantas molestias, tantos discursos, tantas escuelas, tantas noticias.
Pero acabaron con él.
Se acabó. Stop.
Stop. Stop. Stop.
Vayamos a otra cosa, mariposa.


Duele saber.

¡Oh, conocimientos malditos!
No he olvidado,
desde que tus lecciones aprendidas,
—más dulces que la miel—
se filtraron por mi corazón,
como una ola refrescante.

Pero volvamos hacia atrás,
Cuando el filósofo tenía ojos pálidos
—de princesa escocesa—
cuando se creía portavoz,
viento del pueblo,
luchador, guía, luz,
bandera desplegada,
himno, canción.
¿Pudo ser un adolescente
—sexualmente insatisfecho—
reclamando su parte de placer?

* Así habló Sócrates.

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Luis M
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Luis M »

Con toda probabilidad si Sócrates viviera en nuestros tiempos su condena hubiera sido aún más jodida, entre los políticos, la ignorancia actual y las redes sociales hubiera sido relegado al más absoluto anonimato. Y bueno, quién sabe los secretos de su adolescencia, aunque en realidad todas las adolescencias se parecen, hasta las de los sabios.
Muy bueno, Ana, me gustó mucho. Un beso.
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xaime oroza carballo
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por xaime oroza carballo »

Ana García escribió: Dom, 12 Sep 2021 18:38 -Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Así que págaselo y no lo descuides .
-Así se hará -dijo Critón-. Mira si quieres algo más.


Tembló la mano cuando escribió el nombre,
firmó de prisa y rubricó avergonzado.
Número sesenta y ocho.
El juez descansó.
Se justificó por aquello de que las órdenes
y el orden
nunca se contradicen.

Las palabras del tábano retumbaron en la sala:


"Pues si verdaderamente me dedico
a corromper a los jóvenes,
alguno de entre ellos
—al madurar—
habría reconocido que de mí
recibieron malos consejos;
y hoy se presentaría aquí
para acusarme."*


Pero nadie atendió al filósofo:

"La hora es llegada de marcharnos:
yo, a morir,
vosotros, a continuar vuestra vida.
De vuestra suerte y la mía
¿Cuál es la mejor?"*


El crimen fue en Atenas.
No fue Atenas


Consideremos que Sócrates era demasiado intelectual, demasiado revolucionario. Consideremos que hubiera sido normal. Porque es función del hombre ser normal, vivir tan normalmente y morir en la cama de cáncer de pulmón.
Morir de viejo y envenenado es una excepción gravísima a la regla.
Consideremos que hubiera podido vivir entre nosotros y la ignorancia, ejercer de orador y curar el desconocimiento.
No hubiera provocado tantas molestias, tantos discursos, tantas escuelas, tantas noticias.
Pero acabaron con él.
Se acabó. Stop.
Stop. Stop. Stop.
Vayamos a otra cosa, mariposa.


Duele saber.

¡Oh, conocimientos malditos!
No he olvidado,
desde que tus lecciones aprendidas,
—más dulces que la miel—
se filtraron por mi corazón,
como una ola refrescante.

Pero volvamos hacia atrás,
Cuando el filósofo tenía ojos pálidos
—de princesa escocesa—
cuando se creía portavoz,
viento del pueblo,
luchador, guía, luz,
bandera desplegada,
himno, canción.
¿Pudo ser un adolescente
—sexualmente insatisfecho—
reclamando su parte de placer?

* Así habló Sócrates.

Muy bello. Me ha hecho recordar una cita de Víctor Hugo (creo) "el primer sitio está siempre vacío"
, creo y cito de memoria.
Un gran placer de lectura.
Abrazos.
xaime oroza
Pilar Morte
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Pilar Morte »

Buen trabajo, Ana. Un poema para releer y llegar al fondo de cada verso. Me gustó leerte.
Abrazos
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Pablo Ibáñez
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Pablo Ibáñez »

Ana,

me ha gustado esta recreación y reflexión sobre los últimos días de Sócrates. Qué gran tipo!

Abrazos.
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Ana García
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Ana García »

Luis M. escribió: Dom, 12 Sep 2021 20:30 Con toda probabilidad si Sócrates viviera en nuestros tiempos su condena hubiera sido aún más jodida, entre los políticos, la ignorancia actual y las redes sociales hubiera sido relegado al más absoluto anonimato. Y bueno, quién sabe los secretos de su adolescencia, aunque en realidad todas las adolescencias se parecen, hasta las de los sabios.
Muy bueno, Ana, me gustó mucho. Un beso.
Sigue sin gustar la inteligencia. El mamoneo de las redes es lo que impera y escribir mal para no ser acusada/o de soberbia. Por contra, a veces, se abusa de la ironía socrática, no para dialogar. Más bien como vehículo para el desmerito. Busquemos el equilibrio.
Gracias por acercarte a mi rincón.
Un beso.
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Ana García
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Ana García »

xaime oroza carballo escribió: Dom, 12 Sep 2021 23:07












Muy bello. Me ha hecho recordar una cita de Víctor Hugo (creo) "el primer sitio está siempre vacío"
, creo y cito de memoria.
Un gran placer de lectura.
Abrazos.
Parodiando a Woody Allen, “el primero o el último ¿Qué más da si llevas la ropa adecuada?”.
Había oído la cita pero no puedo confirmarte que sea de Víctor Hugo. No lo sé. Está genial.
Gracias por tu lectura.
Un abrazo.
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Ana García
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Ana García »

Pilar Morte escribió: Lun, 13 Sep 2021 8:25 Buen trabajo, Ana. Un poema para releer y llegar al fondo de cada verso. Me gustó leerte.
Abrazos
Gracias por tus palabras, Pilar. Es un placer tu compañía.
Abrazos.
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Ana García
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Ana García »

Pablo Ibáñez escribió: Lun, 13 Sep 2021 10:17 Ana,

me ha gustado esta recreación y reflexión sobre los últimos días de Sócrates. Qué gran tipo!

Abrazos.
Un buen hombre que supo mantener la calma en momentos duros.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo.
E. R. Aristy
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por E. R. Aristy »

Ana García escribió: Dom, 12 Sep 2021 18:38 -Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Así que págaselo y no lo descuides .
-Así se hará -dijo Critón-. Mira si quieres algo más.


Tembló la mano cuando escribió el nombre,
firmó de prisa y rubricó avergonzado.
Número sesenta y ocho.
El juez descansó.
Se justificó por aquello de que las órdenes
y el orden
nunca se contradicen.

Las palabras del tábano retumbaron en la sala:


"Pues si verdaderamente me dedico
a corromper a los jóvenes,
alguno de entre ellos
—al madurar—
habría reconocido que de mí
recibieron malos consejos;
y hoy se presentaría aquí
para acusarme."*


Pero nadie atendió al filósofo:

"La hora es llegada de marcharnos:
yo, a morir,
vosotros, a continuar vuestra vida.
De vuestra suerte y la mía
¿Cuál es la mejor?"*


El crimen fue en Atenas.
No fue Atenas


Consideremos que Sócrates era demasiado intelectual, demasiado revolucionario. Consideremos que hubiera sido normal. Porque es función del hombre ser normal, vivir tan normalmente y morir en la cama de cáncer de pulmón.
Morir de viejo y envenenado es una excepción gravísima a la regla.
Consideremos que hubiera podido vivir entre nosotros y la ignorancia, ejercer de orador y curar el desconocimiento.
No hubiera provocado tantas molestias, tantos discursos, tantas escuelas, tantas noticias.
Pero acabaron con él.
Se acabó. Stop.
Stop. Stop. Stop.
Vayamos a otra cosa, mariposa.


Duele saber.

¡Oh, conocimientos malditos!
No he olvidado,
desde que tus lecciones aprendidas,
—más dulces que la miel—
se filtraron por mi corazón,
como una ola refrescante.

Pero volvamos hacia atrás,
Cuando el filósofo tenía ojos pálidos
—de princesa escocesa—
cuando se creía portavoz,
viento del pueblo,
luchador, guía, luz,
bandera desplegada,
himno, canción.
¿Pudo ser un adolescente
—sexualmente insatisfecho—
reclamando su parte de placer?

* Así habló Sócrates.

Todo tratado filosófico es personal y socio-político. Sin duda, nos dejas un poema filosófico estimulante y provocador de pensamientos y meditación, Ana García. Desde su estructura en forma de diálogo abres a apuntalar un simulacro sugestivo y evocador del genio y figura de Sócrates. Sócrates no escribió sus disertaciones, las habló en una oratoria teatral. Podemos deducir que al final de sus discursos se abría un foro abierto al diálogocon las mentes presentes. Deducimos ésto porque a posteriori, Platón y Jenofonte escriben y transcriben el pensamiento socrático.

Realmente sabemos muy pocos datos de la vida privada de Sócrates, cualquier intento de reconstrucción falla sin encontrar conclusiones. Es interesante la connotación que le das al intelectualismo personificándole en un tábano, cosa que sirve como antídoto al crux de los pensamientos socráticos en Racionalismo, Etica, y Epistemología.

Efectivamente se le acusó de corromper a la juventud y de no dar crédito a los dioses de su sociedad. Se le condenó a muerte.

Tu alusión a la posible orientación sexual de Sócrates es intrigante y abierta al a imaginación. Me alegra mucho volver a leer tu fascinante poesía. Abrazos, E.R. Aristy

Artículo
¿ERA SÓCRATES HOMOSEXUAL?
por Tomás Morales


Cuenta Diógenes Laercio en sus “Vidas de los filósofos” que uno de sus maestros fue Arquelao, del que también fue amante o, para ser más exactos, su “erómenos”.
En el mundo griego, cuando había una relación amorosa entre dos varones, se llamaba “erastés” al amante de más edad (en este caso Arquelao, el maestro) y “erómenos” al más joven (en este caso, Sócrates, el discípulo).

Pero sobre este asunto de los amores homosexuales de los griegos, en general, y de los filósofos, en particular, antes de ir más allá y considerar a Sócrates un “gay”, abramos un paréntesis y aclaremos nuestras ideas de una vez por todas.

La homosexualidad, en aquellos tiempos, entre los griegos, era una cosa normalísima y, no por casualidad, ha pasado a la historia como “amor griego”.
Incluso Plutarco la ha definido como “pederastia pedagógica”.

Quizá no debería entenderse el concepto “homosexualidad” como hoy lo entendemos.
La admiración, la sintonía, el caerse bien, el estar a gusto juntos,…profesor-alumno (maestro-discípulo) o maestra-discípula, no conlleva connotación carnal-sexual, sino psíquica-anímica,

Sólo entendida así la homosexualidad entre varones (o mujeres) no era motivo de escándalo, “es natural que me guste lo que es bello”, resultara un muchachito o una jovencita era un detalle de poca importancia.

Los verdaderos problemas para la homosexualidad y los homosexuales comenzaron con el Cristianismo, porque su moral, la moral cristiana, consideraba el sexo sólo como medio de reproducción o procreación y consideró “pecado” todo otro tipo de relación sexual.

Se sabe, después, su relación con Alcibiades, su discípulo, pero, en este caso, no fue el maestro quien se enamoró del discípulo, sino al revés, la obsesión, no sé si enfermiza, del discípulo con el maestro tal como aparece en El Banquete, cuando el joven Alcibiades, ya algo achispado por el vino, confiesa su desesperado amor por Sócrates: “cuando lo escucho, el corazón me late mucho más que a los coribantes”.

Y, en otro lugar: “Me encontraba, amigos, a solas con él y pensaba que pronto me haría uno de esos discursos que, por lo general, hace un amante al objeto de su amor cuando se encuentran solos, y por este motivo me sentía lleno de júbilo. Pero, sin embargo, el tiempo pasaba y no ocurría nunca nada: conversaba conmigo como siempre y, habiendo pasado el día juntos, me dejaba plantado y se iba. Entonces, lo invité a hacer gimnasia esperando que, al menos allí, podría conseguir que ocurriera algo. Y bien, hacía todos los ejercicios conmigo y, a menudo, también la lucha, sin que hubiese nadie presente, pero, ¿qué debo decir? No sucedía nada.

Viendo que de este modo no lo conseguía, me pareció necesario insistir e insistir y no desistir hasta no aclarar el asunto.
Y, así, una noche lo invité a cenar, exactamente como hacen los amantes que tienden una trampa al amado.
Pero tampoco, de esta forma, obtuve nada.
Sin embargo, con el tiempo, paulatinamente, se dejó persuadir.
Cuando, por fin, vino a casa, quiso irse inmediatamente después de haber cenado y yo, sintiéndome un poco avergonzado, lo dejé partir.
Pero la noche siguiente preparé otra trampa y, después de haber cenado, me quedé hablando con él hasta entrada la noche.
Cuando hizo ademán de marcharse, lo convencí para que se quedara, con el pretexto de que era demasiado tarde.
Descansaba en un lecho junto al mío. En la habitación no dormía nadie, estábamos solos…” (Platón, El Banquete).

Y no pasó nada.

Sócrates se casó con Jantipa, cuando tenía casi 50 años, quizá más por tener un hijo que por tener una esposa.
Hasta entonces siempre se había mantenido apartado del matrimonio y cuando alguien le pedía consejo sobre si debía casarse a no, siempre respondía de la misma manera: “haz como te plazca; de todos modos, en ambos casos, te arrepentirás”.

Jantipa debió ser una esposa pelma y posesiva y, conociendo a Sócrates, no le faltarían motivos para ello.

“Todos saben que Jantipa // loca iba por las tripas. // Tripa almuerzo, tripa cena // ¡Dios!, a Sócrates, ¡qué pena! –cuentan las malas lenguas que lo cantaban los niños de Atenas.

Él, tan dicharachero con los de fuera, en la calle y en el ágora, y taciturno y que apenas le dirigía la palabra a su esposa e hijo (o hijos), pero es que, además no ganaba un duro y la pequeña renta que le dejara su madre, Fenaretes, la comadrona, iba acabándose.

Quizá es verdad que, cierto día, Jantipa perdió los estribos y le arrojó un cubo lleno de agua, ante lo cual Sócrates no respondió abandonándola sino que por todo comentario dijo: “sabía que el trueno de Jantipa se transformaría, antes o después, en lluvia”

Quizá tuvo, también una segunda mujer, Mirto (según cuenta Aristóteles), pero se habría casado con ella, “por pena”, “por piedad”, porque estaba en la miseria.
Aunque otros dicen que era una concubina que se la había llevado a casa una noche en que había bebido más de la cuenta. Y con Mirto tuvo dos hijos, más uno que tuvo con Jantipa, su primogénito, en total, 3 hijos.

No sólo no estaba mal visto sino que el gobierno de Atenas, para aumentar el número de los verdaderos atenienses, animaba a los ciudadanos a tener más hijos con mujeres distintas.

Nada que objetar al triángulo Sócrates-Jantipa-Mirto.

No voy a incidir en su valentía en las guerras en que, como ciudadano, participa.
Nada voy a decir sobre su “desbelleza” corporal (por no decir la palabra “fealdad”) ni sobre su buen corazón (“belleza anímica”), incapaz de matar una mosca.
Nada voy a decir sobre su filosofía (ésta no es objeto de este artículo) aunque sobre su austeridad se ha hecho célebre la sentencia que pronuncia cuando paseando por la calle de Atenas y al contemplar los numerosos artículos a la venta, exclama: “¡Hay que ver la cantidad de cosas que no necesito) o cuando Jantipa lo denuncia por abandono del hogar (por estar siempre en el calle, con los amigos, en banquetes y se pasan días sin volver al hogar) y cuando el juez le pregunta qué tiene que decir para defenderse, responde que “Jantipa tiene toda la razón”.
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Ana García
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Ana García »

E. R. Aristy escribió: Mié, 15 Sep 2021 14:31

Todo tratado filosófico es personal y socio-político. Sin duda, nos dejas un poema filosófico estimulante y provocador de pensamientos y meditación, Ana García. Desde su estructura en forma de diálogo abres a apuntalar un simulacro sugestivo y evocador del genio y figura de Sócrates. Sócrates no escribió sus disertaciones, las habló en una oratoria teatral. Podemos deducir que al final de sus discursos se abría un foro abierto al diálogocon las mentes presentes. Deducimos ésto porque a posteriori, Platón y Jenofonte escriben y transcriben el pensamiento socrático.

Realmente sabemos muy pocos datos de la vida privada de Sócrates, cualquier intento de reconstrucción falla sin encontrar conclusiones. Es interesante la connotación que le das al intelectualismo personificándole en un tábano, cosa que sirve como antídoto al crux de los pensamientos socráticos en Racionalismo, Etica, y Epistemología.

Efectivamente se le acusó de corromper a la juventud y de no dar crédito a los dioses de su sociedad. Se le condenó a muerte.

Tu alusión a la posible orientación sexual de Sócrates es intrigante y abierta al a imaginación. Me alegra mucho volver a leer tu fascinante poesía. Abrazos, E.R. Aristy

Artículo
¿ERA SÓCRATES HOMOSEXUAL?
por Tomás Morales


Cuenta Diógenes Laercio en sus “Vidas de los filósofos” que uno de sus maestros fue Arquelao, del que también fue amante o, para ser más exactos, su “erómenos”.
En el mundo griego, cuando había una relación amorosa entre dos varones, se llamaba “erastés” al amante de más edad (en este caso Arquelao, el maestro) y “erómenos” al más joven (en este caso, Sócrates, el discípulo).

Pero sobre este asunto de los amores homosexuales de los griegos, en general, y de los filósofos, en particular, antes de ir más allá y considerar a Sócrates un “gay”, abramos un paréntesis y aclaremos nuestras ideas de una vez por todas.

La homosexualidad, en aquellos tiempos, entre los griegos, era una cosa normalísima y, no por casualidad, ha pasado a la historia como “amor griego”.
Incluso Plutarco la ha definido como “pederastia pedagógica”.

Quizá no debería entenderse el concepto “homosexualidad” como hoy lo entendemos.
La admiración, la sintonía, el caerse bien, el estar a gusto juntos,…profesor-alumno (maestro-discípulo) o maestra-discípula, no conlleva connotación carnal-sexual, sino psíquica-anímica,

Sólo entendida así la homosexualidad entre varones (o mujeres) no era motivo de escándalo, “es natural que me guste lo que es bello”, resultara un muchachito o una jovencita era un detalle de poca importancia.

Los verdaderos problemas para la homosexualidad y los homosexuales comenzaron con el Cristianismo, porque su moral, la moral cristiana, consideraba el sexo sólo como medio de reproducción o procreación y consideró “pecado” todo otro tipo de relación sexual.

Se sabe, después, su relación con Alcibiades, su discípulo, pero, en este caso, no fue el maestro quien se enamoró del discípulo, sino al revés, la obsesión, no sé si enfermiza, del discípulo con el maestro tal como aparece en El Banquete, cuando el joven Alcibiades, ya algo achispado por el vino, confiesa su desesperado amor por Sócrates: “cuando lo escucho, el corazón me late mucho más que a los coribantes”.

Y, en otro lugar: “Me encontraba, amigos, a solas con él y pensaba que pronto me haría uno de esos discursos que, por lo general, hace un amante al objeto de su amor cuando se encuentran solos, y por este motivo me sentía lleno de júbilo. Pero, sin embargo, el tiempo pasaba y no ocurría nunca nada: conversaba conmigo como siempre y, habiendo pasado el día juntos, me dejaba plantado y se iba. Entonces, lo invité a hacer gimnasia esperando que, al menos allí, podría conseguir que ocurriera algo. Y bien, hacía todos los ejercicios conmigo y, a menudo, también la lucha, sin que hubiese nadie presente, pero, ¿qué debo decir? No sucedía nada.

Viendo que de este modo no lo conseguía, me pareció necesario insistir e insistir y no desistir hasta no aclarar el asunto.
Y, así, una noche lo invité a cenar, exactamente como hacen los amantes que tienden una trampa al amado.
Pero tampoco, de esta forma, obtuve nada.
Sin embargo, con el tiempo, paulatinamente, se dejó persuadir.
Cuando, por fin, vino a casa, quiso irse inmediatamente después de haber cenado y yo, sintiéndome un poco avergonzado, lo dejé partir.
Pero la noche siguiente preparé otra trampa y, después de haber cenado, me quedé hablando con él hasta entrada la noche.
Cuando hizo ademán de marcharse, lo convencí para que se quedara, con el pretexto de que era demasiado tarde.
Descansaba en un lecho junto al mío. En la habitación no dormía nadie, estábamos solos…” (Platón, El Banquete).

Y no pasó nada.

Sócrates se casó con Jantipa, cuando tenía casi 50 años, quizá más por tener un hijo que por tener una esposa.
Hasta entonces siempre se había mantenido apartado del matrimonio y cuando alguien le pedía consejo sobre si debía casarse a no, siempre respondía de la misma manera: “haz como te plazca; de todos modos, en ambos casos, te arrepentirás”.

Jantipa debió ser una esposa pelma y posesiva y, conociendo a Sócrates, no le faltarían motivos para ello.

“Todos saben que Jantipa // loca iba por las tripas. // Tripa almuerzo, tripa cena // ¡Dios!, a Sócrates, ¡qué pena! –cuentan las malas lenguas que lo cantaban los niños de Atenas.

Él, tan dicharachero con los de fuera, en la calle y en el ágora, y taciturno y que apenas le dirigía la palabra a su esposa e hijo (o hijos), pero es que, además no ganaba un duro y la pequeña renta que le dejara su madre, Fenaretes, la comadrona, iba acabándose.

Quizá es verdad que, cierto día, Jantipa perdió los estribos y le arrojó un cubo lleno de agua, ante lo cual Sócrates no respondió abandonándola sino que por todo comentario dijo: “sabía que el trueno de Jantipa se transformaría, antes o después, en lluvia”

Quizá tuvo, también una segunda mujer, Mirto (según cuenta Aristóteles), pero se habría casado con ella, “por pena”, “por piedad”, porque estaba en la miseria.
Aunque otros dicen que era una concubina que se la había llevado a casa una noche en que había bebido más de la cuenta. Y con Mirto tuvo dos hijos, más uno que tuvo con Jantipa, su primogénito, en total, 3 hijos.

No sólo no estaba mal visto sino que el gobierno de Atenas, para aumentar el número de los verdaderos atenienses, animaba a los ciudadanos a tener más hijos con mujeres distintas.

Nada que objetar al triángulo Sócrates-Jantipa-Mirto.

No voy a incidir en su valentía en las guerras en que, como ciudadano, participa.
Nada voy a decir sobre su “desbelleza” corporal (por no decir la palabra “fealdad”) ni sobre su buen corazón (“belleza anímica”), incapaz de matar una mosca.
Nada voy a decir sobre su filosofía (ésta no es objeto de este artículo) aunque sobre su austeridad se ha hecho célebre la sentencia que pronuncia cuando paseando por la calle de Atenas y al contemplar los numerosos artículos a la venta, exclama: “¡Hay que ver la cantidad de cosas que no necesito) o cuando Jantipa lo denuncia por abandono del hogar (por estar siempre en el calle, con los amigos, en banquetes y se pasan días sin volver al hogar) y cuando el juez le pregunta qué tiene que decir para defenderse, responde que “Jantipa tiene toda la razón”.
Muy bueno el artículo de Tomás Morales, gracias por traerlo, Era. Con mi última estrofa yo no quería hacer alusión a si Sócrates era homosexual o no, ya que supongo que en esos tiempos era algo normalizado: “pederastia pedagógica”. Me preguntaba si es posible que siendo un genio tuviera la inteligencia emocional algo tocada. Que no supiera amar o que hubiera desdeñado las relaciones sexuales. Es algo que ocurre, ¿verdad? Ahí quería llegar, ser yo también un poco tábano.
De hecho le importa poco sus parejas. Prefiere ser un tábano incisivo y preguntón con los jóvenes antes que estar con la familia. Necesita el debate para huir de la ignorancia (propia y de extraños).
Está más interesado en el razonamiento que en su propia muerte. Y dicen que tomó el veneno tranquilamente.
Gracias por tu gran comentario.
Abrazos.
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Rafel Calle
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

Muy interesante trabajo, amiga Ana, que da pasa hablar largo y tendido. La ignorancia, uf, lo peor es cuando te la encuentras frente a frente. Efectivamente, la ignorancia de extraños te lleva directamente, sin piedad, a la ignorancia propia. Luego viene la desazón, el desinterés, ¿para qué seguir sin saber?
Felicidades, compañera.
Abrazos.
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Ana García
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por Ana García »

Rafel Calle escribió: Mar, 21 Sep 2021 7:21 Muy interesante trabajo, amiga Ana, que da pasa hablar largo y tendido. La ignorancia, uf, lo peor es cuando te la encuentras frente a frente. Efectivamente, la ignorancia de extraños te lleva directamente, sin piedad, a la ignorancia propia. Luego viene la desazón, el desinterés, ¿para qué seguir sin saber?
Felicidades, compañera.
Abrazos.
Y no hablemos de la culpa que sientes por no haber aprovechado mejor tu tiempo o no saber transmitir la emoción por aprender. Que mal llevo cuando un ignorante se jacta de no haber leído un libro jamás, y encima me perdona la vida.
Y mucho peor es cuando alguien que escribe te dice que no lee, y lo presenta como una gran victoria.
La ignorancia es muy atrevida.
Gracias por tus palabras, Rafel.
Un abrazo.
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J. J. Martínez Ferreiro
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Re: El Tábano Intelectual

Mensaje sin leer por J. J. Martínez Ferreiro »

Me gustó mucho, Aniña, este reflexión poética de homenaje a Sócrates y a su transcendencia social y filosófica en la historia de la cultura occidental.

También me ha emocionado mucho el hermosísimo y espontáneo baile de esa mujer palestina en Italia.

Todo un placer de lectura y visionado, querida amiga.

Bicos e saúde.
"Yo es otro" (Arthur Rimbaud)
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Ana García
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Re: El Tábano Intelectual

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J. J. Martínez Ferreiro escribió: Vie, 24 Sep 2021 10:42 Me gustó mucho, Aniña, este reflexión poética de homenaje a Sócrates y a su transcendencia social y filosófica en la historia de la cultura occidental.

También me ha emocionado mucho el hermosísimo y espontáneo baile de esa mujer palestina en Italia.

Todo un placer de lectura y visionado, querida amiga.

Bicos e saúde.
Me pareció que ese video se ajustaba al poema. La improvisación en el arte de la palabra, un canto a la libertad y a la inteligencia múltiple.
Gracias por tus palabras, ferreiro.
Besos y salud.
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