Angelus y la Dama Triste. ( Fragmento de mi cuento)

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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Fernando Gonzalez
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Angelus y la Dama Triste. ( Fragmento de mi cuento)

Mensaje sin leer por Fernando Gonzalez »

Angelus y la Dama Triste. ( Un poema gótico )

por Fernando Gonzalez



Un cantar rompiendo el sutil velo nocturno,
sangre vieja recorriendo las plumas de un cisne,
un batir de alas colosales membranosas,
un concierto de truenos entre nubes y gotas.

Fue una noche así cuándo aconteció,
cuándo se escribió la canción con antiguas armonías,
un romance sin amor una odisea tardía,
con paisajes y seres bellos dictando la realidad,
que no es más que una consciente fantasía.

Rueca, como una vieja rueca, que así comiencen mis versos a llorar.


DIOSCURO.
***********

En un alejado bosque en noche de luna llena,
la quietud y la poesía son tan densas que se palpan,
escenas tristes e inciertas de amor, lujurias y penas,
creando caos y armonía que plasmar belleza tanta,
con lágrimas o alegría no creo que alcancen plenas,
mis estrofas infructuosas describir o compararlas.

Flores oscuras y mustias cerrando sus caídos pliegos,
en la orilla de un gran lago hay un cisne degollado,
desde una torre invencible brota un canto amortiguado,
y un desproporcionado ángel negro surca volando los cielos.

El lamento desde la torre se expande en el aire frío,
se confunde y desliza ocupando cada instante,
reverbera el tétrico canto sus notas en el vacío,
y en el cielo infinito y negro detiene su vuelo el angel.

Embriagado con la finura de una sutil maldición,
de poemas que destilan desilusión mil heridas,
se acerca el cornudo monstruo volando hacia la prisión,
donde la bella canción al parecer se origina.

(He aquí algunas de las palabras dichas en aquellos trances):



(Primer poema desde la torre, o Poema a la Ausencia)

- Preparabas tu capa y yo de pié junto al fuego,
con nieve en mis labios y vino en mis manos,
te bese con los ojos recitándote mil ruegos,
para que por un momento detuvieses tus gallardos pasos.

Aquella noche muerta amor se acabó mi vida,
al verte tan bello y lejano perdiéndote en el bosque,
volviendo hacia nuestra torre ojos de miradas perdidas,
desde tu bello corcel dejando abierta una herida,
que el tiempo, con sus cuidados te juro sanar no puede.

Mi corazón se partió al tiempo que cabalgabas,
hacia visiones y tiempos tan alejados de mí,
no fueron los celos no pues nadie como yo te amaba,
y baste solo con eso para siempre atarme a ti,
fue el presagio de lo amargo del tormento la crueldad,
las voces de la muerte hablándo dentro de la oscuridad,
Me obligaban a mentir a no darte libertad,
a matarte por mi amor y a tu lado yo morir.

±

Tales versículos breves y bellamente entonados,
Por una voz de sirena dejan al angel prendido,
Su incongruencia, su forma y su falta de un sentido,
Su deseo de averiguar realmente han excitado.

Escucha presto y el viento solo le responde ahora,
atento se muestra empero al menor de los movimientos,
mas su espera es bien inútil pues solo viene la aurora,
y los cielos se ya se enardecen por luminosos momentos,
luego las gotas refulgen y los truenos ya desfloran,
el venerado silencio de valle de los lamentos.

Pero Él esta determinado a averiguar el misterio,
y animado con tal designio abandona el rugiente bosque,
prometiéndose volver otra noche a si mismo,
y escuchar embelesado los poéticos recuerdos.

Así dispuesto vuelve muchas noches,
anhelante de oír la voz de la prisionera,
que desde su torre declama con potentísimas voces,
que amplificadas parecen por alguna especie de arte.

(He aquí otras de las frases, dichas en aquellos trances):



(Segundo poema desde la Torre, o Poema a los Tiempos Oscuros y Felices).
******************

Estando sola y silente vagando en la húmeda selva,
en una noche de luna te vi venir oh mi amor,
acariciando elegante con tus bellos pies la hierba,
mirándome intensamente paseando a mi alrededor.

Llenaba hasta aquella tarde una gran tristeza mi alma,
la soledad y la luna mis dos únicas amigas,
los besos que recibía eran los que da la niebla,
mi amante era solo el viento y mi cobijo las sombras.

Mas con cuanto amor tus ojos me abrazaron,
el azul de tus pupilas y el misterio en tu mirada,
tu rostro angelical del blanco del alabastro,
me enamoro tan sencillo hiciste mella en mi alma.

Nos miramos con pasión no hicieron falta cortejos,
nuestros cuerpos se tocaron con fuerzas inexpugnables,
tímido y caballeroso pusiste en mi boca tus besos,
nuestras ganas estallaron fui tuya entre los árboles.

Madrugadas frías amándonos en silencio,
usando el lenguaje del amor y de la carne,
Noches fantásticas sudando en nuestro lecho,
Abrazada a tu cuerpo inmortal cual el de un ángel, o un muerto...

¡Que dichosa me siento despertando así a tu lado!
Acariciando tus brazos escuchando tus palabras,
recorriendo nuestro bosque de tu siempre fría mano,
sintiéndome tu querer hasta bendigo al destino.

Si existe alguna deidad te hizo lleno de gracias,
pero con ningún dios oh amado se te debe comparar,
pues la luz que me regalas con tu divina presencia,
Dios alguno con su poder me ha podido regalar.

Caballero noctámbulo y mi ave del anochecer,
viniste a mis brazos vacíos por una misteriosa vía,
quédate conmigo siempre y bendiceme con tu querer,
y lo que quede de eterno en mis noches y mis días.
************************


Los versos calan profundo el alma del angel negro,
que en la noche confundido escucha embelesado,
esta voz que desquiciada le recita así al silencio,
y que su corazón emociona al punto de que extasiado:




-Que hermosa desdichada -clama- es esta que las madrugadas,
llena de versos de lagrimas cual el rocío a la tierra,
¡Oh singular melancolía tan fielmente expresada!
Enterneces tanto el alma que mi interior desespera,
por saber de tus tormentos el origen y la causa.

Así por tercera vez se aposta el enamorado
ser sobrenatural sobre de la fortaleza,
para esperar las canciones que su corazón colmado,
por extrañas sensaciones por escuchar desespera.



(Tercer poema desde la Torre, o Poema a la Melancolía).
*************

Un día, semanas y meses sin ti,
que caminos recorres tan lejos de mis brazos,
solo se escucha el correr de mis lágrimas,
cayendo de mis mejillas en tu copa de cristal.

Amor de mi vida ya no es la oscuridad,
bella sin tu contacto y me sorprenden las noches,
mirando por la ventana esperando tu llegar.

Te has marchado tres ocasiones condenándome a vivir,
en la pálida incertidumbre con recuerdos de tu amor,
y cuando regresas, oh bello amante sin fin,
siento tu próxima ausencia imposible de soportar.

Que debes hacer cuando te alejas de mi,
por que mi alma no puede tus secretos penetrar,
por que temes conmigo tus secretos compartir,
el no saberte a mi lado me quiere ya destruir,
pues no soporto la idea de la mísera soledad.

¡Oh amable dios de mi vida llévame contigo!
A uno de esos misteriosos retiros,
te suplico no me dejes que tus promesas me hieren,
pues me dicen que ante ti hay algo mejor que yo,
no te marches y abrázame que la noche nos bendice,
y nos da sus rayos tibios nuestra amiga la luna,
ven, y juntos cabalgando rodeemos nuestros dominios,
como dos enamorados que entre la niebla se esfuman,
en la espesura se juntan cual los corales del mar.
********************


Quizás lágrimas rebeldes se niegan a salir,
pero el demonio furtivo esta ciertamente emocionado,
vuela perdido ahora entre lo que acaba de oír,
y solo piensa ya en volver a aquel lugar encantado,
y escuchar de aquella mártir los versos de su sufrir.



(Cuarto poema desde la torre, o Poema a la Tristeza)
********************

-Tu ultima ausencia casi me vació los ojos,
el caudal de mis lágrimas mojo nuestras muertas rosas,
copioso mi sufrir y mis rezos de hinojos,
pasaron meses antes de ver tus brazos en mi cuerpo.

Ahora te marchas indefinidamente,
dejándome besos mustios y caricias que hieren,
escucho voces en medio de mis sueños,
dicen que esta vez te iras pero para siempre,
si es así mi amor si eso es lo que quieres,
creo que eres injusto y mucho mas que eso,
pues me hiciste de ti adicta así como de los placeres,
de tu amor y las cosas que tu mismo me mostraste.

Sin embargo te has ido.

Quizás has muerto quizás no vuelvas
quizás te perdí por siempre.



(Cuarto poema desde la torre, o Poema Desesperado).

Amada Tierra en el verano te rociare,
con mis lágrimas cual lluvia refrescare tu cara
e ira a fundirse con tu río y el mar,
el tributo ardiente que por su amor te daré.

En el invierno cruel mantendré seca,
la lozana y negra capa de tu benéfica materia,
el aceite de mis ojos derretirá nieves pétreas,
que el cielo envía a cubriros cruel como siempre es,

Yo querida madre que nunca he llorado te prometo,
lavarte, refrescarte, mojarte o mantenerte seca,
segar tu sed con mis dos ojos grises,
si tú amada tierra me devuelves a mi amor.

¡Si mi amor! Mi desbordada pasión,
Dolor que ahora recorres lo más profundo de mi alma,
el no regresa y yo agonizo sin fin,
No bebas su sangre amada tierra, en nombre de mis lágrimas!

Dejad que estas dos urnas casi ciegas te mojen,
no importa que se destrozen y abran en surcos mis mejillas,
o que la vista pierda por su incesante calor,
amada tierra rehúsate a recibir a mi amado.

No fundas su querido cuerpo con el tuyo,
deja a tu polvo gris sin su alimento,
que mi feliz tempestad te sorprenda,
y la lluvia de mis ojos pague su valor.

Dejadme decir que tienes, tierra, alma y compasión,
que lágrimas de amor te ablandan y la compasión,
no os digo mas amada ahora empieza,
a recibir con calma el río de mis ojos.
*******************



Con calma vuelve el demonio a su guarida,
afligido y cabizbajo ya no quiere escuchar más,
los desvaríos de esa voz que se ha metido en su vida,
de un modo tan extraño como antaño la maldad.

Le ha maravillado esta forma de sufrir,
estos recuerdos dispares expresados con primor,
hacia un alguien que un día se marcho,
y una alegría pasada,
que jamás podrá ser.





Cuan amante era la bella con su indigno caballero,
tanto amor que el miserable con dolor recompenso,
Oh villano despreciable el por marcharse primero,
a tal diosa amable y bella al suplicio condeno,
de recordar cada noche lo feliz de su pasado,
y revivir aun más profundo su asperísimo dolor.

Y vuelve una vez más al caer las dulces sombras,
decidido a escuchar solo una ultima vez.



(Ultimo poema desde la torre, o Poema a la Muerte y la Condena)

Fue en una tarde bella cuando todo sucedió,
cuando a mis brazos llegaste después de tantos inviernos,
bello e inmaculado intacto cual mis recuerdos,
y tu cuerpo estaba indemne y frío tal cual partió.

Yo te amaba y solo desee jamás de ti separarme,
es por eso que de tu ser separe el corazón,
me he llevado tu vida y no he de arrepentirme,
pues de tu estancia conmigo dependía mi razón.

La razón que he perdido tras los rasgos de un adiós,
de tu adiós por mi concebido solo por mi eterno amor,
amor que con devoción solo te lo ofrecí a vos,
Vos que habéis maldecido mi vida con tu pasión.

F.G. ( fragmento de mi cuento " Deja en Paz a Los Muertos " )
Y vuela alma mía, prendida a tus dolores, mientras nuestras gaviotas de barro caen en El vacīo de la insulsa realidad.
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Javier Dicenzo
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Re: Angelus y la Dama Triste. ( Fragmento de mi cuento)

Mensaje sin leer por Javier Dicenzo »

Leí parte de la obra me parece muy seria tu poesía excelente trabajo en conjunto un placer.
Fernando Gonzalez
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Registrado: Lun, 12 Jul 2021 19:59

Re: Angelus y la Dama Triste. ( Fragmento de mi cuento)

Mensaje sin leer por Fernando Gonzalez »

Javier Dicenzo escribió: Mié, 21 Jul 2021 18:53 Leí parte de la obra me parece muy seria tu poesía excelente trabajo en conjunto un placer.
Pues muchas gracias por tu tiempo, caballero. Un saludo!
Y vuela alma mía, prendida a tus dolores, mientras nuestras gaviotas de barro caen en El vacīo de la insulsa realidad.
E. R. Aristy
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Re: Angelus y la Dama Triste. ( Fragmento de mi cuento)

Mensaje sin leer por E. R. Aristy »

Fernando Gonzalez escribió: Mié, 21 Jul 2021 13:39 Angelus y la Dama Triste. ( Un poema gótico )

por Fernando Gonzalez



Un cantar rompiendo el sutil velo nocturno,
sangre vieja recorriendo las plumas de un cisne,
un batir de alas colosales membranosas,
un concierto de truenos entre nubes y gotas.

Fue una noche así cuándo aconteció,
cuándo se escribió la canción con antiguas armonías,
un romance sin amor una odisea tardía,
con paisajes y seres bellos dictando la realidad,
que no es más que una consciente fantasía.

Rueca, como una vieja rueca, que así comiencen mis versos a llorar.


DIOSCURO.
***********

En un alejado bosque en noche de luna llena,
la quietud y la poesía son tan densas que se palpan,
escenas tristes e inciertas de amor, lujurias y penas,
creando caos y armonía que plasmar belleza tanta,
con lágrimas o alegría no creo que alcancen plenas,
mis estrofas infructuosas describir o compararlas.

Flores oscuras y mustias cerrando sus caídos pliegos,
en la orilla de un gran lago hay un cisne degollado,
desde una torre invencible brota un canto amortiguado,
y un desproporcionado ángel negro surca volando los cielos.

El lamento desde la torre se expande en el aire frío,
se confunde y desliza ocupando cada instante,
reverbera el tétrico canto sus notas en el vacío,
y en el cielo infinito y negro detiene su vuelo el angel.

Embriagado con la finura de una sutil maldición,
de poemas que destilan desilusión mil heridas,
se acerca el cornudo monstruo volando hacia la prisión,
donde la bella canción al parecer se origina.

(He aquí algunas de las palabras dichas en aquellos trances):



(Primer poema desde la torre, o Poema a la Ausencia)

- Preparabas tu capa y yo de pié junto al fuego,
con nieve en mis labios y vino en mis manos,
te bese con los ojos recitándote mil ruegos,
para que por un momento detuvieses tus gallardos pasos.

Aquella noche muerta amor se acabó mi vida,
al verte tan bello y lejano perdiéndote en el bosque,
volviendo hacia nuestra torre ojos de miradas perdidas,
desde tu bello corcel dejando abierta una herida,
que el tiempo, con sus cuidados te juro sanar no puede.

Mi corazón se partió al tiempo que cabalgabas,
hacia visiones y tiempos tan alejados de mí,
no fueron los celos no pues nadie como yo te amaba,
y baste solo con eso para siempre atarme a ti,
fue el presagio de lo amargo del tormento la crueldad,
las voces de la muerte hablándo dentro de la oscuridad,
Me obligaban a mentir a no darte libertad,
a matarte por mi amor y a tu lado yo morir.

±

Tales versículos breves y bellamente entonados,
Por una voz de sirena dejan al angel prendido,
Su incongruencia, su forma y su falta de un sentido,
Su deseo de averiguar realmente han excitado.

Escucha presto y el viento solo le responde ahora,
atento se muestra empero al menor de los movimientos,
mas su espera es bien inútil pues solo viene la aurora,
y los cielos se ya se enardecen por luminosos momentos,
luego las gotas refulgen y los truenos ya desfloran,
el venerado silencio de valle de los lamentos.

Pero Él esta determinado a averiguar el misterio,
y animado con tal designio abandona el rugiente bosque,
prometiéndose volver otra noche a si mismo,
y escuchar embelesado los poéticos recuerdos.

Así dispuesto vuelve muchas noches,
anhelante de oír la voz de la prisionera,
que desde su torre declama con potentísimas voces,
que amplificadas parecen por alguna especie de arte.

(He aquí otras de las frases, dichas en aquellos trances):



(Segundo poema desde la Torre, o Poema a los Tiempos Oscuros y Felices).
******************

Estando sola y silente vagando en la húmeda selva,
en una noche de luna te vi venir oh mi amor,
acariciando elegante con tus bellos pies la hierba,
mirándome intensamente paseando a mi alrededor.

Llenaba hasta aquella tarde una gran tristeza mi alma,
la soledad y la luna mis dos únicas amigas,
los besos que recibía eran los que da la niebla,
mi amante era solo el viento y mi cobijo las sombras.

Mas con cuanto amor tus ojos me abrazaron,
el azul de tus pupilas y el misterio en tu mirada,
tu rostro angelical del blanco del alabastro,
me enamoro tan sencillo hiciste mella en mi alma.

Nos miramos con pasión no hicieron falta cortejos,
nuestros cuerpos se tocaron con fuerzas inexpugnables,
tímido y caballeroso pusiste en mi boca tus besos,
nuestras ganas estallaron fui tuya entre los árboles.

Madrugadas frías amándonos en silencio,
usando el lenguaje del amor y de la carne,
Noches fantásticas sudando en nuestro lecho,
Abrazada a tu cuerpo inmortal cual el de un ángel, o un muerto...

¡Que dichosa me siento despertando así a tu lado!
Acariciando tus brazos escuchando tus palabras,
recorriendo nuestro bosque de tu siempre fría mano,
sintiéndome tu querer hasta bendigo al destino.

Si existe alguna deidad te hizo lleno de gracias,
pero con ningún dios oh amado se te debe comparar,
pues la luz que me regalas con tu divina presencia,
Dios alguno con su poder me ha podido regalar.

Caballero noctámbulo y mi ave del anochecer,
viniste a mis brazos vacíos por una misteriosa vía,
quédate conmigo siempre y bendiceme con tu querer,
y lo que quede de eterno en mis noches y mis días.
************************


Los versos calan profundo el alma del angel negro,
que en la noche confundido escucha embelesado,
esta voz que desquiciada le recita así al silencio,
y que su corazón emociona al punto de que extasiado:




-Que hermosa desdichada -clama- es esta que las madrugadas,
llena de versos de lagrimas cual el rocío a la tierra,
¡Oh singular melancolía tan fielmente expresada!
Enterneces tanto el alma que mi interior desespera,
por saber de tus tormentos el origen y la causa.

Así por tercera vez se aposta el enamorado
ser sobrenatural sobre de la fortaleza,
para esperar las canciones que su corazón colmado,
por extrañas sensaciones por escuchar desespera.



(Tercer poema desde la Torre, o Poema a la Melancolía).
*************

Un día, semanas y meses sin ti,
que caminos recorres tan lejos de mis brazos,
solo se escucha el correr de mis lágrimas,
cayendo de mis mejillas en tu copa de cristal.

Amor de mi vida ya no es la oscuridad,
bella sin tu contacto y me sorprenden las noches,
mirando por la ventana esperando tu llegar.

Te has marchado tres ocasiones condenándome a vivir,
en la pálida incertidumbre con recuerdos de tu amor,
y cuando regresas, oh bello amante sin fin,
siento tu próxima ausencia imposible de soportar.

Que debes hacer cuando te alejas de mi,
por que mi alma no puede tus secretos penetrar,
por que temes conmigo tus secretos compartir,
el no saberte a mi lado me quiere ya destruir,
pues no soporto la idea de la mísera soledad.

¡Oh amable dios de mi vida llévame contigo!
A uno de esos misteriosos retiros,
te suplico no me dejes que tus promesas me hieren,
pues me dicen que ante ti hay algo mejor que yo,
no te marches y abrázame que la noche nos bendice,
y nos da sus rayos tibios nuestra amiga la luna,
ven, y juntos cabalgando rodeemos nuestros dominios,
como dos enamorados que entre la niebla se esfuman,
en la espesura se juntan cual los corales del mar.
********************


Quizás lágrimas rebeldes se niegan a salir,
pero el demonio furtivo esta ciertamente emocionado,
vuela perdido ahora entre lo que acaba de oír,
y solo piensa ya en volver a aquel lugar encantado,
y escuchar de aquella mártir los versos de su sufrir.



(Cuarto poema desde la torre, o Poema a la Tristeza)
********************

-Tu ultima ausencia casi me vació los ojos,
el caudal de mis lágrimas mojo nuestras muertas rosas,
copioso mi sufrir y mis rezos de hinojos,
pasaron meses antes de ver tus brazos en mi cuerpo.

Ahora te marchas indefinidamente,
dejándome besos mustios y caricias que hieren,
escucho voces en medio de mis sueños,
dicen que esta vez te iras pero para siempre,
si es así mi amor si eso es lo que quieres,
creo que eres injusto y mucho mas que eso,
pues me hiciste de ti adicta así como de los placeres,
de tu amor y las cosas que tu mismo me mostraste.

Sin embargo te has ido.

Quizás has muerto quizás no vuelvas
quizás te perdí por siempre.



(Cuarto poema desde la torre, o Poema Desesperado).

Amada Tierra en el verano te rociare,
con mis lágrimas cual lluvia refrescare tu cara
e ira a fundirse con tu río y el mar,
el tributo ardiente que por su amor te daré.

En el invierno cruel mantendré seca,
la lozana y negra capa de tu benéfica materia,
el aceite de mis ojos derretirá nieves pétreas,
que el cielo envía a cubriros cruel como siempre es,

Yo querida madre que nunca he llorado te prometo,
lavarte, refrescarte, mojarte o mantenerte seca,
segar tu sed con mis dos ojos grises,
si tú amada tierra me devuelves a mi amor.

¡Si mi amor! Mi desbordada pasión,
Dolor que ahora recorres lo más profundo de mi alma,
el no regresa y yo agonizo sin fin,
No bebas su sangre amada tierra, en nombre de mis lágrimas!

Dejad que estas dos urnas casi ciegas te mojen,
no importa que se destrozen y abran en surcos mis mejillas,
o que la vista pierda por su incesante calor,
amada tierra rehúsate a recibir a mi amado.

No fundas su querido cuerpo con el tuyo,
deja a tu polvo gris sin su alimento,
que mi feliz tempestad te sorprenda,
y la lluvia de mis ojos pague su valor.

Dejadme decir que tienes, tierra, alma y compasión,
que lágrimas de amor te ablandan y la compasión,
no os digo mas amada ahora empieza,
a recibir con calma el río de mis ojos.
*******************



Con calma vuelve el demonio a su guarida,
afligido y cabizbajo ya no quiere escuchar más,
los desvaríos de esa voz que se ha metido en su vida,
de un modo tan extraño como antaño la maldad.

Le ha maravillado esta forma de sufrir,
estos recuerdos dispares expresados con primor,
hacia un alguien que un día se marcho,
y una alegría pasada,
que jamás podrá ser.





Cuan amante era la bella con su indigno caballero,
tanto amor que el miserable con dolor recompenso,
Oh villano despreciable el por marcharse primero,
a tal diosa amable y bella al suplicio condeno,
de recordar cada noche lo feliz de su pasado,
y revivir aun más profundo su asperísimo dolor.

Y vuelve una vez más al caer las dulces sombras,
decidido a escuchar solo una ultima vez.



(Ultimo poema desde la torre, o Poema a la Muerte y la Condena)

Fue en una tarde bella cuando todo sucedió,
cuando a mis brazos llegaste después de tantos inviernos,
bello e inmaculado intacto cual mis recuerdos,
y tu cuerpo estaba indemne y frío tal cual partió.

Yo te amaba y solo desee jamás de ti separarme,
es por eso que de tu ser separe el corazón,
me he llevado tu vida y no he de arrepentirme,
pues de tu estancia conmigo dependía mi razón.

La razón que he perdido tras los rasgos de un adiós,
de tu adiós por mi concebido solo por mi eterno amor,
amor que con devoción solo te lo ofrecí a vos,
Vos que habéis maldecido mi vida con tu pasión.

F.G. ( fragmento de mi cuento " Deja en Paz a Los Muertos " )

No solo tienes madera de escritor, eres un árbol dando frutos, dando sombra, hogar de las aves del paraíso. Te felicito, Fernando. Abraos, ERA
Fernando Gonzalez
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Registrado: Lun, 12 Jul 2021 19:59

Re: Angelus y la Dama Triste. ( Fragmento de mi cuento)

Mensaje sin leer por Fernando Gonzalez »

Apreciada Dama gracias por sus galantes palabras. Es un gran honor para mi el que mis humildes letras le hayan movido a escribirlas. Un respetuoso saludo desde NYC.
Y vuela alma mía, prendida a tus dolores, mientras nuestras gaviotas de barro caen en El vacīo de la insulsa realidad.
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