Amores de triste cama

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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Ana García
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Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Ana García »

Para ti, Miguel y para el santo Corumelo. Un poema dominical como el Diablo Cojuelo manda.



Amores de la ciudad
amores de triste cama.


Allá en aquel pueblo blanco
quedó hambre, tierra y casa.
Tierra y casa nada valen
y el hambre es cosa que mata.
"Juanita, dijeron,
vale más de lo que gana".
Y el dueño
—cincuenta años—
industrial de buena fama,
se la tiró una mañana.
La pobre niña Juana
aún no estaba acostumbrada.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.


Empezamos hablando de amor y al segundo fui olvidada, olvidada como se olvida a un muerto después de varios años. Hablaron de amor esperando algo más y creo que fue el vino y la comida lo que hizo que entre ellos se formara una relación de una tarde. Ellas se dejaban ver, ellos simplemente lo esperaban, mientras yo miraba como un ángel que envidia a las parejas, como un espectador que admira una película.
Oyendo sus gemidos recordaba cómo pasaban del amor al sexo encima de una mesa azul.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.


¿Qué importa?
¿Qué importa que mi alma
no pudiera amarte?
Ahora mi corazón es anciano.
Corroído, oxidado.
¿Y qué importa que no te haya invitado
a un café negro y helado?
Amargo.
Tal vez te hubiera gustado.
¿Qué importa
que no me hayas amado?
Garçon, póngame dos con hielo.
¿Es acaso que aún no he probado
tus labios, fríos y empapados?
Jodido café helado, te amo.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.


Ya no escribo en azul.
Me niego a escribir en azul,
la mesa era azul
y azul es para mí el color del sexo.


Juan es moreno, alegre y tontito. Me preguntó si metía mi lengua en lija y yo le respondí que si por un casual ejercía la profesión de chulo putas. Nos enrollamos como dos idiotas adolescentes y le dije tonterías como que el mundo entero es del artista en su laboratorio. En enero volví a verlo, llamó al timbre mientras yo pintaba un cuadro. Con las manos pringosas de pintura acaricié su cuerpo, nos besamos y lloramos juntos en el suelo.
Moreno, alegre y tontito. Huía del hombre que cosió zapatos toda su vida y que por espalda tenía joroba de camello.
Sus últimas palabras fueron: puedo enamorarme como un mono salido de quicio y aquel inmenso cuarto presidido por el cuadro entronizado fue perdiendo su contorno; silencio contra viento.

Las acacias han movido, pausadamente, otra música.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.



https://www.youtube.com/watch?v=bH3h919 ... PerroBrian
Última edición por Ana García el Dom, 13 Jun 2021 16:47, editado 2 veces en total.
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Israel Liñán
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Israel Liñán »

Tengo el placer de llevarme el cero de este genial poema.

Me atrapó desde el principio, esa primera estrofa con tintes Lorquianos, si es que existe la palabra.

Lo dicho, me gustó, mucho Ana.

Un abrazo, compañera.
Armilo Brotón

Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Armilo Brotón »

La verdad es que te has convertido un poco en el Diablo cojuelo de Luis Vélez de Guevara. Juguetón, malvadillo, lleno de gracia y padre de la artes musicales, incluido el romance.
Te asomaste, como él, por encima de los tejados para observar una, podrían haber sido muchas, de las situaciones absurdas, penosas a veces, a las que se enfrenta el ser humano ajeno a la cultura. Porque falta de cultura es el abuso del que la realiza como falta de cultura tiene la persona que no se rebela contra la imposición. Dentro de la gracia que tienes al contar la situación, casi rozando el esperpento ¡ay mi querido Valle-Inclán! me parece una alegoría.

Hay una triste canción en dos estrofas , arromanzada al principio, con su estribillo, estructurando la obra poética y una prosa versicular, marca de la casa abrazándola, que complementa la canción tal como en el tema de Albert Pla, buenísimo por cierto, que presentas.
Qué buen juego da el romance para contar historias con cierto humor, para contar historias crueles, para contar la vida de una forma realista. A mí me encanta esta estrofa tan española, tan castiza que está en la base de la copla y de la mayor parte del folclore español.
Da también el romance la oportunidad para introducir expresiones populares o refranes que en otras estrofas clásicas quedarían mal vistas.
La última estrofa de la canción, que complementa perfectamente a la primera, es agridulce: tierna y agria a la vez y como dije un desenlace más o menos feliz a la situación planteada.

Una obra poética bien planteada, un tema particular de fondo social que se nos hace cercano, que nos impacta, tratado con chispas de humor casi negro que has dosificado perfectamente. Una obra que me ha gustado mucho.

Desde el Corumelo aplaudimos, agradecemos, festejamos este poema dominical a rabiar, pero esto ya son sentimientos muy particulares hacia ti.

Un besazo y salucita,
que el vino se nos convierta en sangrita.
Ignacio Mincholed
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Ignacio Mincholed »

Podría parecer que se llega a un romancillo por los primeros versos construidos con paremias de honra y hambre,
pernada y diáspora rural a los extrarradios de ciudad, para luego cambiar el paso del lenguaje propio de ama y señorito al de operario y niña bien.
Sinestesia celestial el sexo azul.

Un abrazo, Ana.
Ignacio
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xaime oroza carballo
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por xaime oroza carballo »

Ana García escribió: Mar, 08 Jun 2021 19:55 Para ti, Miguel y para el santo Corumelo. Un poema dominical como el Diablo Cojuelo manda.



Amores de la ciudad
amores de triste cama.


Allá en aquel pueblo blanco
quedó hambre, tierra y casa.
Tierra y casa nada valen
y el hambre es cosa que mata.
"Juanita, dijeron,
vale más de lo que gana".
Y el dueño
—cincuenta años—
industrial de buena fama,
se la tiró una mañana.
La pobre niña Juana
aún no estaba acostumbrada.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.


Empezamos hablando de amor y al segundo fui olvidada, olvidada como se olvida a un muerto después de varios años. Hablaron de amor esperando algo más y creo que fue el vino y la comida lo que hizo que entre ellos se formara una relación de una tarde. Ellas se dejaban ver, ellos simplemente lo esperaban, mientras yo miraba como un ángel que envidia a las parejas, como un espectador que admira una película.
Oyendo sus gemidos recordaba cómo pasaban del amor al sexo encima de una mesa azul.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.


¿Qué importa?
¿Qué importa que mi alma
no pudiera amarte?
Ahora mi corazón es anciano.
Corroído, oxidado.
¿Y qué importa que no te haya invitado
a un café negro y helado?
Amargo.
Tal vez te hubiera gustado.
¿Qué importa
que no me hayas amado?
Garçon, póngame dos con hielo.
¿Es acaso que aún no he probado
tus labios, fríos y empapados?
Jodido café helado, te amo.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.


Ya no escribo en azul.
Me niego a escribir en azul,
la mesa era azul
y azul es para mí el color del sexo.


Juan es moreno, alegre y tontito. Me preguntó si metía mi lengua en lija y yo le respondí que si por un casual ejercía la profesión de chulo putas. Nos enrollamos como dos idiotas adolescentes y le dije tonterías como que el mundo entero es del artista en su laboratorio. En enero volví a verlo, llamó al timbre mientras yo pintaba un cuadro. Con las manos pringosas de pintura acaricié su cuerpo, nos besamos y lloramos juntos en el suelo.
Moreno, alegre y tontito. Huía del hombre que cosió zapatos toda su vida y que por espalda tenía joroba de camello.
Sus últimas palabras fueron: puedo enamorarme como un mono salido de quicio y yo salí corriendo.


Amores de la ciudad
amores de triste cama.



https://www.youtube.com/watch?v=bH3h919 ... PerroBrian
Un placer total discurrir por tu versos y la puesta en escena que atrapan con su magia.
Felicidades y gracias.
Abrazos.
xaime oroza
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Ana García
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Ana García »

Israel Liñán escribió: Mar, 08 Jun 2021 20:06 Tengo el placer de llevarme el cero de este genial poema.

Me atrapó desde el principio, esa primera estrofa con tintes Lorquianos, si es que existe la palabra.

Lo dicho, me gustó, mucho Ana.

Un abrazo, compañera.
Otro abrazo fuerte para ti, gracias por tu atenta lectura. Se agradece el comentario.
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Ana García
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Ana García »

Armilo Brotón escribió: Mar, 08 Jun 2021 20:39 La verdad es que te has convertido un poco en el Diablo cojuelo de Luis Vélez de Guevara. Juguetón, malvadillo, lleno de gracia y padre de la artes musicales, incluido el romance.
Te asomaste, como él, por encima de los tejados para observar una, podrían haber sido muchas, de las situaciones absurdas, penosas a veces, a las que se enfrenta el ser humano ajeno a la cultura. Porque falta de cultura es el abuso del que la realiza como falta de cultura tiene la persona que no se rebela contra la imposición. Dentro de la gracia que tienes al contar la situación, casi rozando el esperpento ¡ay mi querido Valle-Inclán! me parece una alegoría.

Hay una triste canción en dos estrofas , arromanzada al principio, con su estribillo, estructurando la obra poética y una prosa versicular, marca de la casa abrazándola, que complementa la canción tal como en el tema de Albert Pla, buenísimo por cierto, que presentas.
Qué buen juego da el romance para contar historias con cierto humor, para contar historias crueles, para contar la vida de una forma realista. A mí me encanta esta estrofa tan española, tan castiza que está en la base de la copla y de la mayor parte del folclore español.
Da también el romance la oportunidad para introducir expresiones populares o refranes que en otras estrofas clásicas quedarían mal vistas.
La última estrofa de la canción, que complementa perfectamente a la primera, es agridulce: tierna y agria a la vez y como dije un desenlace más o menos feliz a la situación planteada.

Una obra poética bien planteada, un tema particular de fondo social que se nos hace cercano, que nos impacta, tratado con chispas de humor casi negro que has dosificado perfectamente. Una obra que me ha gustado mucho.

Desde el Corumelo aplaudimos, agradecemos, festejamos este poema dominical a rabiar, pero esto ya son sentimientos muy particulares hacia ti.

Un besazo y salucita,
que el vino se nos convierta en sangrita.
¿Quién pudiera volar con ese diablillo? No solo por las casas, yo quiero sobrevolar otras mentes. Iba a disfrutar como una enana. Eso sí, para entrar en el Corumelo me llevo cuerdas, piedras, migas de pan, y al minotauro si se tercia para poder salir y entrar a mi antojo. Seguro que más de una crítica caía.
Menudo argumento más bueno tiene esa obra.
Insuperable y atrayente el esperpento. Algunas relaciones son eso: esperpénticas, superan la ficción.
El último tejado tenía que ser agridulce, sin concretar y sin dramas. La vida no suele tener un fin romántico y este poema queda inacabado por eso mismo.
Tremendo tu comentario.
Besazo.
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J. J. Martínez Ferreiro
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por J. J. Martínez Ferreiro »

Muy buen poema, Aniña. Desparpajo y originalidad, sin pelos en la lengua. Muy bien escrito en esa alternancia de poesía y prosa poética.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Abrazos y salud.
"Yo es otro" (Arthur Rimbaud)
E. R. Aristy
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por E. R. Aristy »

Ana García escribió: Mar, 08 Jun 2021 19:55 Para ti, Miguel y para el santo Corumelo. Un poema dominical como el Diablo Cojuelo manda.



Amores de la ciudad
amores de triste cama.


Allá en aquel pueblo blanco
quedó hambre, tierra y casa.
Tierra y casa nada valen
y el hambre es cosa que mata.
"Juanita, dijeron,
vale más de lo que gana".
Y el dueño
—cincuenta años—
industrial de buena fama,
se la tiró una mañana.
La pobre niña Juana
aún no estaba acostumbrada.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.


Empezamos hablando de amor y al segundo fui olvidada, olvidada como se olvida a un muerto después de varios años. Hablaron de amor esperando algo más y creo que fue el vino y la comida lo que hizo que entre ellos se formara una relación de una tarde. Ellas se dejaban ver, ellos simplemente lo esperaban, mientras yo miraba como un ángel que envidia a las parejas, como un espectador que admira una película.
Oyendo sus gemidos recordaba cómo pasaban del amor al sexo encima de una mesa azul.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.


¿Qué importa?
¿Qué importa que mi alma
no pudiera amarte?
Ahora mi corazón es anciano.
Corroído, oxidado.
¿Y qué importa que no te haya invitado
a un café negro y helado?
Amargo.
Tal vez te hubiera gustado.
¿Qué importa
que no me hayas amado?
Garçon, póngame dos con hielo.
¿Es acaso que aún no he probado
tus labios, fríos y empapados?
Jodido café helado, te amo.

Amores de la ciudad
amores de triste cama.


Ya no escribo en azul.
Me niego a escribir en azul,
la mesa era azul
y azul es para mí el color del sexo.


Juan es moreno, alegre y tontito. Me preguntó si metía mi lengua en lija y yo le respondí que si por un casual ejercía la profesión de chulo putas. Nos enrollamos como dos idiotas adolescentes y le dije tonterías como que el mundo entero es del artista en su laboratorio. En enero volví a verlo, llamó al timbre mientras yo pintaba un cuadro. Con las manos pringosas de pintura acaricié su cuerpo, nos besamos y lloramos juntos en el suelo.
Moreno, alegre y tontito. Huía del hombre que cosió zapatos toda su vida y que por espalda tenía joroba de camello.
Sus últimas palabras fueron: puedo enamorarme como un mono salido de quicio y yo salí corriendo.


Amores de la ciudad
amores de triste cama.



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Un poema impresionante con un tema duro, un dolor duro que no es azul. Original y bello, Ana García, te felicito. Abrazos, ERA
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Ana García
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Ana García »

Ignacio Mincholed escribió: Mar, 08 Jun 2021 21:19 Podría parecer que se llega a un romancillo por los primeros versos construidos con paremias de honra y hambre,
pernada y diáspora rural a los extrarradios de ciudad, para luego cambiar el paso del lenguaje propio de ama y señorito al de operario y niña bien.
Sinestesia celestial el sexo azul.

Un abrazo, Ana.
Ignacio
Y para mí el dolor es de color verde y la pena blanca. ¡Cuántos colores nos depara la vida!
Gracias por tu lectura y comentario.
Un abrazo, Ignacio.
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Ana García
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Ana García »

xaime oroza carballo escribió: Mié, 09 Jun 2021 0:09
Ana García escribió: Mar, 08 Jun 2021 19:55

Un placer total discurrir por tu versos y la puesta en escena que atrapan con su magia.
Felicidades y gracias.
Abrazos.


Gracias por tu visita y recorrido.
Un fuerte abrazo.
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Rafel Calle
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Ubicación: Palma de Mallorca

Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

Un interesante trabajo, amiga Ana, que desarrollas con tu acostumbrada versatilidad e inteligencia. "Y yo salí corriendo", no sé si la solución es buena o mala, pero no hay duda de que es efectiva para mantener la "forma".
Felicidades.
Abrazos.
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Ramón Castro Méndez
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Ramón Castro Méndez »

Muy buena esta propuesta, Ana, tanto en el verso como en la prosa.
Todo un placer acercarme hasta tus letras.
Enhorabuena.

Abrazos.
"¿Dices
que te tortura el no poder escribir
o que
no puedes escribir porque estás torturado?
¿Dices
que estos tiempos te han convertido en un escéptico
o que
estos tiempos confirman tu escepticismo?

SAM SHEPARD
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Ana García
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Ana García »

Rafel Calle escribió: Dom, 13 Jun 2021 4:56 Un interesante trabajo, amiga Ana, que desarrollas con tu acostumbrada versatilidad e inteligencia. "Y yo salí corriendo", no sé si la solución es buena o mala, pero no hay duda de que es efectiva para mantener la "forma".
Felicidades.
Abrazos.
Perdón por el salto en los comentarios.
Aunque el impacto de ese final era el que yo buscaba no lo veía claro. A ti te ha pasado lo mismo y me ha dado por cambiarlo. ¿Qué te parece ahora?
Gracias por pasar y dejar tu idea.
Un abrazo.
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Ana García
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Re: Amores de triste cama

Mensaje sin leer por Ana García »

J. J. Martínez Ferreiro escribió: Mié, 09 Jun 2021 21:56 Muy buen poema, Aniña. Desparpajo y originalidad, sin pelos en la lengua. Muy bien escrito en esa alternancia de poesía y prosa poética.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Abrazos y salud.

Me encanta este comentario, Ferreiro. Gracias por venir y dejar reflejado tu aprecia hacia mis cosillas.
Un abrazo.
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