Alejandro Costa escribió: ↑Sab, 22 May 2021 0:01
En un deber que te marchita,
una hoja cálida y efímera
se pierde en la ensenada de un otoño deprimido,
bajo una lluvia desgranada
y un rincón de cielo
donde nunca pudiste quedarte dormido.
Perdiste en el intento de una huida,
el sur no te entendía,
por el norte nunca encontraste el camino,
al este tan solo sonaban portazos en las esquinas,
y el fuego del oeste apenas avivaba las brasas.
Solo te quedaba asomarte a la ventana del destierro,
donde intentaste agarrar un haz de luz convicto,
pero te encontraste un cielo desarmado y conflictivo.
Te afligiste, insultaste a la carne que te disfrazaba,
al oxígeno que anidaba tus pulmones enfermizos,
a esos alimentos que mal te nutrían el cuerpo,
el mundo que te aniquilaba anónimamente, con lentitud.
Decidiste por fin abandonar tu refugio
donde la opresión se convirtió en tu eterna compañera,
y marchaste hacia algún lugar perdido,
sin viento capaz de mover veletas lejanas,
sin horizontes, sin ensenadas,
solo la imagen de un pasado desconocido,
la soledad de compañero de viaje
y un papel en blanco donde escribir
los últimos versos de un poema.
Pero la brújula nunca logró señalarte la libertad.
Y allá, en la distancia,
tampoco lograste ser libre.