Editorial Alaire

John Garlic escribió:I
Caballero, como no se ha acercado
varias veces a la rana,
permítame esta advertencia:
si una mole horadada por grietas y cavernas
se aproxima, a punto está Ud. de caer en el abismo.

II
Ocupando un centro invisible
hay un cuerpo desterrado
del conjunto del mundo que, como un soberano
incapacitado para dirigir los asuntos terrestres,
se lava las manos y esconde su nombre.

III
Dos pruebas irrebatibles
se extraen mezclando adecuadamente
las veintidós letras fundamentales:
1. Nadie mató a Jesucristo.
2. Los cobardes mueren muchas veces.

IV
Aunque no se sabe con certeza, es posible
que cuando uno se cruza con personas por la calle
surjan preguntas y respuestas sorprendentes:
- ¿Qué te recuerda ese pez?
- Declaro que la tierra es hueca
- ¿Acaso tu nombre es una cifra?
- Siempre se necesita una tapadera.
- ¿No ves ese perro negro?
- Las trompetas se incendiaron.

V
De la serpiente surgió el círculo
y del círculo la niebla verde que cubrió la luna.
Sobran las preguntas y las visiones blancas
y azules y rojas. Queda, por tanto, prohibido
soñar con ciudades desconocidas y con estructuras
de seis metros de lado y con cofrecillos,
porque los seres subterráneos serían capaces
de hacer saltar por los aires la superficie del planeta.

VI
Que nadie espere demasiado del fin del mundo
cuando la luz del infinito, esa luz estéril como venida
de los dioses, detenga la curiosidad
de los relojes y penetre en las rosaledas,
en las academias y en las casas de los engaños.

Luis M. escribió:Ingenioso y atractivo poema sobre luces del infinito y engaños. Un verdadero placer de lectura, John. Mis felicitaciones y abrazo amigo.

Julio Gonzalez Alonso escribió:Poema impecablemente escrito, con un magnífico dominio del ritmo y un buen planteamiento del tema desarrollado con mesura, originalidad y acierto. Mis felicitaciones. Salud.