Editorial Alaire

Era la época en que los dragones echaban fuego por la boca y solo era necesario una espada para matar al malo (un tío muy, muy malo sin posible reinserción social).
Era la época en que con un par de monedas se podía convencer a una bruja del pueblo para que tiñera el cielo de milyuncolor. Unir a la princesa que siempre era la más bella, dulce y estupenda con el caballero que la cortejaba, el que tenía la mejor posición social, además de un caballo también estupendo.
A esa época volví yo, a ver si tenía suerte y me tocaba el papel de bruja, que es el más interesante y lucrativo.
No sé por qué tuviste que seguirme, si al menos te hubiera tocado ser dragón...

Los versos golpean al agente secreto
en las ingles
¡Uff! ¡Mm!
y el de la cabeza calva
pega con las palmas en tus oídos
Y la rubia gime
¡Mm Mm!
amordazada
desde el sofá.
Criaturas que nacen
—golpeando las sienes—
en un charco de aguas turbias
donde remojarse.

Dejadme ser un dios
y crear
la música y el desnudo final
bajo la tierra.
Voy corriendo al estanque
aunque los peces rojos
no dejan ver la luz.
El desnudo se hace total
durante unos segundos,
mas la distancia
—de tu amor al mío—
solo retiene los detalles
del blanco sobre gris.
Agito con la rama un fondo sin fin
y el frío descubre mi mano.
Cae la tarde como una piedra.

El vaquero rasguea la guitarra
apoyado en la silla de montar
y suenan los disparos.
El villano se aplasta contra el suelo.

Las voces.
Las ocho de la tarde.
El tiempo detenido del teatro.

No, no me tocó ser dragón, me tocó ser caballero y cortejar a la princesa que resulto ser un tempano de hielo.
Me obligaron, te lo juro, a sobornarte para que me tiñeras el cielo por un rato, y en lugar de eso, se te ocurrió convertirme en sapo hasta que la sosa me diera un beso. Debería haberte quemado por ello pero me hacía gracia tu pelo rojo enmarañado y tus pócimas con sabor a menta.
Recuerda que te defendí ante el tribunal aunque tú no necesitabas defensa. Mientras los testigos decían que eras pelirroja y medio bizca, y que eso era prueba irrefutable de brujería, yo te acariciaba la mano con disimulo, aunque tú no me hacías caso (yo no era un dragón).
Presa de tu hechizo ardía al mismo tiempo que la hoguera mientras te gritaba ¡Vuela! Y tú volabas. Si hubiera sido un dragón, habría volado contigo.

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Tienes una clara tendencia a la dramaturgia. En esta obra, mezcla de narración, teatro y poesía que tan bien exploras, me has recordado un poco a Henrik Ibsen con ramalazos de Ionesco. Al primero por las imágenes que tienden al simbolismo y al segundo por esas secuencias, que tanto me han gustado, en las que se degusta el absurdo. Tu poesía gana enteros en cada entrega pues se muestra más sugerente, más evocadora y moderna. Me encanta que, dominando la prosa, hayas sabido diferenciar los géneros, aunarlos, complementarlos para potenciar su efecto. Sobre el contenido podría estar hablando largo, pero lo voy a dejar para otra entrada pues requiere varias lecturas para disfrutarlo, bruja.

Felicidades.
Un besazo y salud. Y no tardes en seguir creando.

Soy repetitivo, ¡sí!

Soy repetitivo, pero Anita, hija mía, tienes un locura encantadora. Lo de locura en parte es de juntarte demasiado con Armilo. Lo de encantadora, bueno..., es algo muy tuyo.

¿Y qué digo de tu escrito?

No me gusta, ¡miento!

Me gusta, ¡cierto!

Pero chiquilla, me vuelves loco a cada verso que te leo. Deberías respirar menos el aire del bueno de Armilo.

Un besazo.

Armilo Brotón escribió:Tienes una clara tendencia a la dramaturgia. En esta obra, mezcla de narración, teatro y poesía que tan bien exploras, me has recordado un poco a Henrik Ibsen con ramalazos de Ionesco. Al primero por las imágenes que tienden al simbolismo y al segundo por esas secuencias, que tanto me han gustado, en las que se degusta el absurdo. Tu poesía gana enteros en cada entrega pues se muestra más sugerente, más evocadora y moderna. Me encanta que, dominando la prosa, hayas sabido diferenciar los géneros, aunarlos, complementarlos para potenciar su efecto. Sobre el contenido podría estar hablando largo, pero lo voy a dejar para otra entrada pues requiere varias lecturas para disfrutarlo, bruja.

Felicidades.
Un besazo y salud. Y no tardes en seguir creando.

Me entusiasman tus comentarios y esas comparaciones, esos ramalazos que te llegan, me emocionan. No importa que yo sepa que estoy a leguas de ellos, la sonrisa que te dedico es amplia.
El teatro es para mí una atracción "fatal". ¿Recuerdas? Por ahí tengo algún texto con ese género, al menos un reflejo de ello.
Gracias por tu insistencia ante mi dejadez. Me ha animado tu dedicado.
Besazo.

Alejandro Costa escribió:Soy repetitivo, ¡sí!

Soy repetitivo, pero Anita, hija mía, tienes un locura encantadora. Lo de locura en parte es de juntarte demasiado con Armilo. Lo de encantadora, bueno..., es algo muy tuyo.

¿Y qué digo de tu escrito?

No me gusta, ¡miento!

Me gusta, ¡cierto!

Pero chiquilla, me vuelves loco a cada verso que te leo. Deberías respirar menos el aire del bueno de Armilo.

Un besazo.

Tú sí que eres un encanto y cariñoso en tus comentario. Me gusta, no, me maravilla lo espontáneo que eres.
En cuanto a la locura de Armilo, ya has caído, ¡Cachis! No tiene remedio el tema. Todo se pega, ya sabes.
Gracias por tu compañía, con la que me siento menos loca. ¡Ja!
Un abrazote muyyyyyyyyy fuerte.

Volar con dragón o sin él, es la delicia. Un poema original y con la creatividad marca de la casa. Me gustó leerte.
Abrazos

Una obra interesante, amena y muy divertida, en especial la prosa final . Me ha gustado, sí. ... Ah, y el vídeo está genial.
Mis felicitaciones, Ana. Un placer esta lectura de princesas sosas y caballeros que querían ser dragones , compa. Un beso.

Pilar Morte escribió:Volar con dragón o sin él, es la delicia. Un poema original y con la creatividad marca de la casa. Me gustó leerte.
Abrazos

Me gusta tu compañía en mis cosas. Creo que sí, que voy adquiriendo una firma personal.
Abrazos de vuelta.

Me ha encantado Aniña, con momentos muy inspirados como estos:

"Voy corriendo al estanque
aunque los peces rojos
no dejan ver la luz.
El desnudo se hace total
durante unos segundos,
mas la distancia
—de tu amor al mío—
solo retiene los detalles
del blanco sobre gris.
Agito con la rama un fondo sin fin
y el frío descubre mi mano.
Cae la tarde como una piedra.2

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Bicos e saúde.

Luis M. escribió:Una obra interesante, amena y muy divertida, en especial la prosa final . Me ha gustado, sí. ... Ah, y el vídeo está genial.
Mis felicitaciones, Ana. Un placer esta lectura de princesas sosas y caballeros que querían ser dragones , compa. Un beso.

Algo de la idea inicial queda en el poema. Se me ocurrió dar voz a los personajes que creamos. Pero yo dispongo y el poema decide su camino, ya ves.
Gracias por tus palabras, Luis.
Un beso.

Hay mucho talento debajo de tu pelo. No hace falta investigar mucho para darse de bruces con él: basta con leerte y echarse a volar por los cielos inmensos de tu creatividad. Me ha encantado, y te lo digo con la mayor sinceridad. Sigue con esa voz que se ve que es natural.
Un abrazo.

Jerónimo

Me parece a mí que es ésta una de las formas más originales de contar historias, fantasear con los sueños de la infancia y con los que vengan después; esa combinación en verso y prosa en un relato próximo al teatro funciona muy bien. Los aciertos del fraseo y la manera de conducir el poema son de aplauso. Mis felicitaciones, Ana.
Salud.

Si tuviera que elegir, Ferreiro, yo también me quedaría con la estrofa que apuntas.
Gracias por tu lectura y comentario.
Un abrazo.

Gracias por tu agradable comentario, Jerónimo. No sabes lo que estimulan tus palabras.
Un fuerte abrazo.

Gracias también a ti, Julio.
Un fuerte abrazo.

Aprovecho para deciros que me tomo unas vacaciones del foro. Necesito ver hacia donde va mi poesía y si es que quiero seguir escribiendo. El tema que se ha iniciado hablando de nuestra poesía me ha hecho decidirme. Simplemente necesito parar.
Un fuerte abrazo.

Tan bello como interesante trabajo, amiga Ana.
Felicidades.
Abrazos.