Y yo, querido Jerónimo, admiro tu inteligencia, tu elegancia; me gusta mucho escucharte y a través de tu voz jovial y bella trasmites eso, también con tus comentarios. Has captado lo que quise compartir con vosotros, amigos, y podríamos sustituir perfectamente la metáfora del whisky con un buen brandy y un puro, sea habano o dominicano, que las florecillas de San Francisco crecen en todos lados; elementos que Dios a través de la naturaleza a puesto a nuestra disposición para nuestro solaz y alabanza a la vida. ¡Benditos sean los sabios que orientan nuestro destino!Jerónimo Muñoz escribió:Hablando de estilos, ¿en que escalón taxonómico incluyes tu forma magistral de escribir? La invocación al creador del whisky es definitoria de tu voluntad de acercar el preciado licor a los que sabemos entenderlo. Sí: entenderlo. Un buen whisky no solo se bebe por la boca, sino por el cerebro, ese que dirige todo lo que intentamos hacer.
Gran pequeño poema, Armilo, por el que te felicito muy cordialmente.
Mi abrazo y mi amistad son para ti.
Jerónimo
Hace 522 años que el fraile Jhon Cor presentó el whisky en sociedad, no entiendo por qué, aún, no es Santo. Estamos recopilando desde el Corumelo todos sus milagros disponibles y documentados; si tuvieras alguno que aportar te lo agradeceríamos. Ya vamos por unos 17.840 y sólo tengo dos sin refrendo médico, el de Fe y el de Rafel.
Un abrazote y salud