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Gracias, querido amigo, por leer y comentar con gratas palabras.Ignacio Mincholed escribió:Qué templada y hermosa esperanza: Más el corazón late / y yo te adivino.
Felicidades, Pilar. Un abrazo.
Ignacio
La esperanza es lo últimos que debemos perder, pero a veces nos sentimos así, en este mundo inciertoPilar Morte escribió:ESPERANZA
En lentitud de anciano caen las hojas.
Las hayas sin color, mas no sin vida,
recogen la savia y esperan
al marzo de los brotes.
Cómo sentir el alba
si el otoño no viene con mariposas en el alma
para llegar al clímax de la vida,
si se olvida afinar el arpa
que subsiste discorde bajo los aleros del cielo,
si no se acierta a encender los cirios
que suicidaron la luz,
si el dolor persiste en silencio azabache
(búho de metal que aprieta verbos
y rompe las vocales en el aire)
Te ignoro, esperanza, si con las noticias
dimos la vuelta al mundo
y fue difícil creer en el hombre,
destruir sus puñales, recoger la sangre
del vencido.
Más el corazón late
y yo te adivino.
Sé que no has muerto y me persigues
renovadora de vida,
crisol de sueños.
Vienes con persistencia
a cimentar sobre escombros del alma
cuando adviertes que despido la palabra
que construyó ventanas en mi casa.
Ven
y acurrúcate bajo mi piel si la sangre se desliza
a borbotones de desaliento.
No quiero arropar la espalda con sombras caducadas
si los pensamientos son humo
y la emoción perdió el diálogo con la luz.
Como el árbol despliega su savia,
tú llevas, esperanza, las trece primaveras,
agua, aire y sol despertando la mente,
con tus tentáculos de fuego,
de la sequía del frío.
Gracias, querida amiga, por dejar tus gratas palabras.Begoña Egüen escribió:Precioso poema, estimada amiga, Pilar Morte. Felicidades.
Un abrazo.
BEGOÑA.
Pilar Morte escribió:ESPERANZA
En lentitud de anciano caen las hojas.
Las hayas sin color, mas no sin vida,
recogen la savia y esperan
al marzo de los brotes.
Cómo sentir el alba
si el otoño no viene con mariposas en el alma
para llegar al clímax de la vida,
si se olvida afinar el arpa
que subsiste discorde bajo los aleros del cielo,
si no se acierta a encender los cirios
que suicidaron la luz,
si el dolor persiste en silencio azabache
(búho de metal que aprieta verbos
y rompe las vocales en el aire)
Te ignoro, esperanza, si con las noticias
dimos la vuelta al mundo
y fue difícil creer en el hombre,
destruir sus puñales, recoger la sangre
del vencido.
Más el corazón late
y yo te adivino.
Sé que no has muerto y me persigues
renovadora de vida,
crisol de sueños.
Vienes con persistencia
a cimentar sobre escombros del alma
cuando adviertes que despido la palabra
que construyó ventanas en mi casa.
Ven
y acurrúcate bajo mi piel si la sangre se desliza
a borbotones de desaliento.
No quiero arropar la espalda con sombras caducadas
si los pensamientos son humo
y la emoción perdió el diálogo con la luz.
Como el árbol despliega su savia,
tú llevas, esperanza, las trece primaveras,
agua, aire y sol despertando la mente,
con tus tentáculos de fuego,
de la sequía del frío.
Gracias, querido amigo, por acercarte y dejar gratas palabras.Ventura Morón escribió:Precioso poema Pilar, me gusta mucho como te sitúas ante esa idea de la esperanza y libras una batalla en la que a veces en el poema parece que se va perdiendo y poco a poco renace, latiendo desde esa búsqueda persistente y que hace al corazón volar.
Un placer leerte querida amiga.
Besos
Gracias, querido amigo, por leer y dejar tan gratas palabras.Alejandro Costa escribió:Inmenso, Pilar.
Lleno de esperanza, belleza y vida.
Podría elegir una estrofa, un verso, pero no haría justicia porque todos son preciosos.
Un beso.