Editorial Alaire

Josefa A. Sánchez escribió:.


Sé que nadie lo nota.
Camino por las calles
golpeadas de años
con una esfera ardiente en la garganta.

Mi pelo se acobarda.
Palidece junto a los hospitales,
con su olor a pasillo
y su negro ruido de ventanas

Se riza entusiasmado
si identifica un parque con palmeras,
pensamientos y flores como niños.

Los pies duelen despacio
por el peso de tanta mariposa
de okupa en mis pulmones.

Estoy naciendo
- ahora-
en cada crepitar de las luciérnagas
disfrazadas de sólidos tranvías.

Vomito calabazas
con su princesa dentro
a punto de volverse a los fogones
con delantal bordado
de cuadros rojos y esposo oficinista.

Me traga sin complejos
el tren de cercanías,
como un gusano de novela pulp
que se muestra incapaz de digerirme
y enseguida me escupe.

Entro en el ascensor como un fantasma
que devuelve, tiránico, el espejo
- tan sabio y tan sincero-
y ni él se da cuenta
que soy un libro de poemas
encuadernado en piel humana.

Josefa A. Sánchez escribió:.


Sé que nadie lo nota.
Camino por las calles
golpeadas de años
con una esfera ardiente en la garganta.

Mi pelo se acobarda.
Palidece junto a los hospitales,
con su olor a pasillo
y su negro ruido de ventanas

Se riza entusiasmado
si identifica un parque con palmeras,
pensamientos y flores como niños.

Los pies duelen despacio
por el peso de tanta mariposa
de okupa en mis pulmones.

Estoy naciendo
- ahora-
en cada crepitar de las luciérnagas
disfrazadas de sólidos tranvías.

Vomito calabazas
con su princesa dentro
a punto de volverse a los fogones
con delantal bordado
de cuadros rojos y esposo oficinista.

Me traga sin complejos
el tren de cercanías,
como un gusano de novela pulp
que se muestra incapaz de digerirme
y enseguida me escupe.

Entro en el ascensor como un fantasma
que devuelve, tiránico, el espejo
- tan sabio y tan sincero-
y ni él se da cuenta
que soy un libro de poemas
encuadernado en piel humana.

Josefa A. Sánchez escribió:.


Entro en el ascensor como un fantasma
que devuelve, tiránico, el espejo
- tan sabio y tan sincero-
y ni él se da cuenta
que soy un libro de poemas
encuadernado en piel humana.