Gracias, querido amigo, por rescatar este poema al que tengo cierta referencia de vida.
En breve contesto a los mensajes que quedaron sin respuesta.
Abrazos
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias, querido amigo, por rescatar este poema al que tengo cierta referencia de vida.
Gracias, querido amigo, por el rescate a este poema.
Sí, es difícil decir adiós y zurcir se hace imprescindible. Gracias, querido amigo, por dejar tu grata palabra.enrique sanmol escribió: ↑Mié, 27 Ene 2021 17:08Me perdí esta maravilla en su momento... agradezco ahora su rescate.Pilar Morte escribió:Enhebré la aguja al llegar el alba,
había que zurcir el silencio
antes de pasear a Nara.
Ella me acompaña,
y pone la cabeza en mi regazo
a la espera de caricias.
Sí, siempre hay algo que zurcir;
no son buenos los rotos que deja el tiempo
en algodones con olor a sueños,
ni la herida de los ojos que se cansaron de mirar.
Cada día hay que zurcir
para que la tormenta no agrande el roto.
Zurcimos la luna que nos mira
(cuando nos dice que rompimos las promesas)
la alegría cuando va camino del destierro,
la ilusión que olvidó hacerse paso entre las sombras,
los rotos del invierno por donde se cuelan los diarios.
Zurcir y deshacerse de lo inservible.
Nara me mira,
le gusta la sonoridad de lo desprendido, el ruido de revistas
caducadas,
el olor a enseres del pasado,
y se acerca rozando con su hocico
las fotos que no me reconocen.
De momento son dos carretillas,
y ella me acompaña al contenedor de los adioses.
Luego nos miramos,
pide lo necesario:
la caricia y el pan que se secó al aire.
El sol arrecia,
la siesta es imprescindible.
Nara se tumba esperando
porque no sabe medir el tiempo.
Estamos hechos, cada vez más, de zurcidos. El contenedor de los adioses no sabe, en realidad, decir adiós. El tiempo tampoco es capaz de cerrar las heridas y las alegrías de lo que fuimos, porque seguimos siendo, de alguna manera, siempre aquellos en una línea temporal difusa.
Gran poema. Un cordial saludo.
Gracias, querida amiga, por dejar tan gratas palabras que acompañan los zurcidos del alma.Marisa Peral escribió: ↑Mié, 27 Ene 2021 18:29 Yo también me lo perdí, pero nunca es tarde para aprender a zurzir de tu mano, Pilar, los sueños perdidos, los rotos del alma y desaprender a medir el tiempo, a veces larguísimo en soledad.
Gracias por esto, hoy especialmente.
Besos y felicidades.
Sencillo y muy hermoso. Me subyuga Nara, su presencia mágica y encandiladora.Pilar Morte escribió: ↑Dom, 09 Ago 2020 23:56 Enhebré la aguja al llegar el alba,
había que zurcir el silencio
antes de pasear a Nara.
Ella me acompaña,
y pone la cabeza en mi regazo
a la espera de caricias.
Sí, siempre hay algo que zurcir;
no son buenos los rotos que deja el tiempo
en algodones con olor a sueños,
ni la herida de los ojos que se cansaron de mirar.
Cada día hay que zurcir
para que la tormenta no agrande el roto.
Zurcimos la luna que nos mira
(cuando nos dice que rompimos las promesas)
la alegría cuando va camino del destierro,
la ilusión que olvidó hacerse paso entre las sombras,
los rotos del invierno por donde se cuelan los diarios.
Zurcir y deshacerse de lo inservible.
Nara me mira,
le gusta la sonoridad de lo desprendido, el ruido de revistas
caducadas,
el olor a enseres del pasado,
y se acerca rozando con su hocico
las fotos que no me reconocen.
De momento son dos carretillas,
y ella me acompaña al contenedor de los adioses.
Luego nos miramos,
pide lo necesario:
la caricia y el pan que se secó al aire.
El sol arrecia,
la siesta es imprescindible.
Nara se tumba esperando
porque no sabe medir el tiempo.
Gracias, querido amigo, por subir este poema.
Me abruma tu generosidad con este poema. Gracias, querido amigo. Me alegra mucho que te gustara.Jerónimo Muñoz escribió: ↑Jue, 24 Jun 2021 10:04 Perfeccionas tu perfección. Este poema tuyo se me pasó y ahora, al encontrarlo, me ha llenaado de gozo el verte tan lozana hace un año como lo estás en este inicio del verano siguiente. Es muy bella tu poesía, Pilar. Gracias por compartirla.
Abrazos.
Jerónimo
Agradezco tu generosidad, querida amiga, por tu valoración del poema.Rosa Marzal escribió: ↑Lun, 28 Jun 2021 11:18 Querida Pilar, qué poema tan profundo, tan bien hilado, tan lleno de aciertos.
Lo he disfrutado y te felicito por este magnífico trabajo.
Un gran abrazo, amiga.
Pues Nara está malita, ya es muy mayor; nos tiene apenados. Gracias querido amigo por venir y dejar tu huella.xaime oroza carballo escribió: ↑Mar, 29 Jun 2021 0:12Sencillo y muy hermoso. Me subyuga Nara, su presencia mágica y encandiladora.Pilar Morte escribió: ↑Dom, 09 Ago 2020 23:56 Enhebré la aguja al llegar el alba,
había que zurcir el silencio
antes de pasear a Nara.
Ella me acompaña,
y pone la cabeza en mi regazo
a la espera de caricias.
Sí, siempre hay algo que zurcir;
no son buenos los rotos que deja el tiempo
en algodones con olor a sueños,
ni la herida de los ojos que se cansaron de mirar.
Cada día hay que zurcir
para que la tormenta no agrande el roto.
Zurcimos la luna que nos mira
(cuando nos dice que rompimos las promesas)
la alegría cuando va camino del destierro,
la ilusión que olvidó hacerse paso entre las sombras,
los rotos del invierno por donde se cuelan los diarios.
Zurcir y deshacerse de lo inservible.
Nara me mira,
le gusta la sonoridad de lo desprendido, el ruido de revistas
caducadas,
el olor a enseres del pasado,
y se acerca rozando con su hocico
las fotos que no me reconocen.
De momento son dos carretillas,
y ella me acompaña al contenedor de los adioses.
Luego nos miramos,
pide lo necesario:
la caricia y el pan que se secó al aire.
El sol arrecia,
la siesta es imprescindible.
Nara se tumba esperando
porque no sabe medir el tiempo.
Un abrazo
Gracias, querido amigo, por dejar tan gratas palabras.Francesch Vicent escribió: ↑Mar, 29 Jun 2021 8:48 Poema bellísimo sobre las heridas que el tiempo nos va dejando y que es imprescindible cerrar para seguir viviendo con cierta tranquilidad.Unsaludo.