Perdonad todos la tardanza en contestar comentarios.Alonso Vicent escribió: ↑Vie, 25 Ene 2019 17:01Además de gustarme el poema, me gustó esa perspectiva ante la vida. Hay despedidas que son así, sin más, sin rencores ni vuelta atrás.Pilar Morte escribió:Un saludo fue la última luz,
tenue, como una antorcha despeinada.
No sabes que yo sé olvidar,
que puedo transitar peligrosamente el bosque,
recorrer el camino cada día
y sentir la belleza como la vez primera.
No guardo las palabras, no hay rencor que me hiera
cuando el cariño es el destino.
Vacío está el arcón y puedo
llenarlo y volverlo a deshabitar
como el que deja su casa sabiendo
que, al tornar, el afecto está detrás de la puerta.
El martes era día de esperanza
pero, un eclipse de rostros, mudó
los espejos en vidrios rotos.
Una amistad sin nombre
sobrevuela sin luz.
Crecieron alas a la despedida,
sabe que no regresará, que no hay senda bajo el viento,
que el hastío tatuó un adiós en su retina
y la nada emergió vencida.
Por eso es, el tiempo sobre el limo triste,
la lluvia turbia en los pulmones
que han perdido la armonía del respiro
y va con lentitud sobre las horas.
Ha de llover en el recuerdo
para licuar los versos
que empaparon la sangre de la herida.
El gris es lo que toca, y transitar con un destino cariño aunque nos lluevan los recuerdos.
Qué bien se te lee, Pilar, con distancias incluidas.
Un abrazote
Gracias, querido amigo, por dejar tan gratas palabras.
Abrazos