Nada traigo de estreno

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Judit, por leer y dejar tu amable comentario.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Victor, por tener siempre una palabra amable para con estas cosas mías.
Un abrazo.
Pepa

[Hallie Hernández Alfaro]

Bellísimo, Josefa. Una obra de altísimo nivel emocional y semántico. Fuerte, indomable.

Desde ya lo propongo como poema de la semana.

Aplausos con ovación, compañera.

Abrazos.

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Jerónimo, por mostrarte tan "exaherao" con mis cosas. Yo también te admiro y valoro mucho tu comentario pero más tu cercanía y tu afecto. Un placer recibirte en mi ventana.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Marisa, por tu simpático y generoso comentario. Lo de la envidia puede ir en dos direcciones.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Liz, por el amable comentario. La admiración es mutua.
Un abrazo.
Pepa

[F. Enrique]

Mucho tiempo sin visitar tu poesía, Pepa, y lo que encuentro ma gusta. Insistes con el soneto y lo haces muy bien, de momento me llama la atención los seis últimos versos y su originalidad, la anáfora la utilizas para cambiar la intensidad y lo consigues. Como ya te dicho muy bueno...

Un abrazo.

[Guillermo Cumar.]

No vienes de nuevas. Conocemos de sobra tu buen versar
al estilo de ahora y a lo clásico. Lepones tanta enjundia al sentimiento
que la palabra, el verso, el poema y el idioma se rinden al sentir
de la forma que fue siempre: alma y corazón por encima de la mano
y de la pluma.

Un abrazo

[Arturo Rodríguez Milliet]

Belleza en sonoridad y en contenido afectivo. Fluye sin tropiezo alguno por los cauces de tu talento hasta el delta de múltiples destinos y disfrutes. Gracias por ese obsequio nuevo... sin estrenos. Un abrazo

[Paola Rodríguez]

Qué bonito, un gusto leer este poema. Saludos, Josefa

[Isabel Moncayo]

Pero qué requetebién escribes, Pepa, y cuánto me gusta a mí leerte. Me encantó este soneto declaratorio.

Un beso.

[Julio Gonzalez Alonso]

Nada traigo de estreno




Aunque parecen nuevas, son viejas las heridas.
La sangre ya era antigua cuando empezó a manar.
Son las mismas las manos -como es el mismo el mar-
y el mitón de caricias en el que van metidas.

La misma piel ajada de costuras raídas,
con los codos gastados de tanto meditar.
Y el rasgón de la boca. Y el beso circular
de los ojos inquietos de miradas perdidas.

Ni los huesos escuetos que sostienen mi altura.
Ni el síntoma evidente de mi grave locura.
Ni el polvo del sendero que vengo levantando.

Ni este jirón de alma que a veces aun restalla.
Ni el corazón henchido de acumular metralla.
Nada traigo de estreno, tan solo estarte amando.




Pepa

Genial, amiga Pepa. Vibrante el verso, alta la queja y esa lucidez que acompaña tu poesía, ¡ay!, debiéramos leerte más, todos los días... Me ha gustado el atrevimiento con los tercetos. Con un abrazo.
Salud.

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Gerardo, por el comentario tan generoso que me regalas.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Roberto, por pasar y comentar.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Pilar, por el amable comentario. No tengo intencion de dejarlo, pero no depende de mi.
Un abrazo.
Pepa