Las otras

[Carlos Justino Caballero]

Elizabeth Barrio Paredes,
No hay como una buena poesía para empezar el domingo, Elizabeth. Mis congratulaciones!

[Liz Barrio.]

Elizabeth Barrio Paredes,
No hay como una buena poesía para empezar el domingo, Elizabeth. Mis congratulaciones!

De corazón agradezco el que me hayas leído y tu generoso comentario, poeta.
Un gran abrazo

[Óscar Distéfano]

Otra vez el lecho abierto
el pan, el café, la vanidad.
Otra vez la ternura, la danza cadenciosa
en vilo un huracán antes del beso.

Excusarás al desamor y a la vergüenza
los itinerarios de pareja perfecta,
con fragmentos líricos
la memoria sanará y saltará por la ventana.

Al pie del corazón alisarás sábana y sudor
meandro anodino del último asalto a medianoche.

Jurarás que -borrón y cuenta nueva-
y divertidos se beberán juntos
las fotografías rotas
las imperfecciones en mi risa,
sus lenguas calientes mojarán mis versos lejanos.

La vigente ausencia, la hierba sin cortar,
la queja a la intemperie...
todavía no cristaliza el hielo.

A la deriva, prudente, el otoño inerme calla
y en un vientre nuevo
otra vez
se hunden tus manos.

A veces, dos o tres días sin entrar al foro te hacen dejar de leer muchos poemas. Es el tráfago que le dicen. Por suerte, tengo la costumbre de visitar las páginas pasadas. En una de ellas encontré este poema tuyo. No lo leí por la estrella roja sino porque era tuyo, porque tenía ganas de conocer más sobre tu poesía, ya que mucho me has apoyado con tus atinados comentarios desde mi regreso al foro. Tampoco quiero decir que sea un intercambio de amabilidades. No. Es un simple deseo de conocer tu poesía en un contexto más amplio, porque es la forma de construir una amistad, a la cual aspiro.

En este poema, una verdadera catarsis del desamor, se produce esa mágica paradoja que sólo la poesía puede brindar: el goce estético a partir de un dolor. Como lector, se siente tan fuerte el desconsuelo, como tan honda la emoción de la belleza que emergen del poema, que uno se queda pasmado ante la sacudida que recibe el espíritu. En este poema, apreciada Liz, has reencontrado tu índole de auténtica poeta. Estos son poemas que no se olvidan fácilmente.
Y, para que no pienses que todo es elogio y más elogio, quiero decirte que si este poema fuese trabajado un poco más en cuanto a su ritmo, sería (para mi gusto personal, lo aclaro) una verdadera joya de este nuestro insuperable foro.

Con toda mi admiración.
Un abrazo.
Óscar

[Liz Barrio.]

Otra vez el lecho abierto
el pan, el café, la vanidad.
Otra vez la ternura, la danza cadenciosa
en vilo un huracán antes del beso.

Excusarás al desamor y a la vergüenza
los itinerarios de pareja perfecta,
con fragmentos líricos
la memoria sanará y saltará por la ventana.

Al pie del corazón alisarás sábana y sudor
meandro anodino del último asalto a medianoche.

Jurarás que -borrón y cuenta nueva-
y divertidos se beberán juntos
las fotografías rotas
las imperfecciones en mi risa,
sus lenguas calientes mojarán mis versos lejanos.

La vigente ausencia, la hierba sin cortar,
la queja a la intemperie...
todavía no cristaliza el hielo.

A la deriva, prudente, el otoño inerme calla
y en un vientre nuevo
otra vez
se hunden tus manos.

A veces, dos o tres días sin entrar al foro te hacen dejar de leer muchos poemas. Es el tráfago que le dicen. Por suerte, tengo la costumbre de visitar las páginas pasadas. En una de ellas encontré este poema tuyo. No lo leí por la estrella roja sino porque era tuyo, porque tenía ganas de conocer más sobre tu poesía, ya que mucho me has apoyado con tus atinados comentarios desde mi regreso al foro. Tampoco quiero decir que sea un intercambio de amabilidades. No. Es un simple deseo de conocer tu poesía en un contexto más amplio, porque es la forma de construir una amistad, a la cual aspiro.

En este poema, una verdadera catarsis del desamor, se produce esa mágica paradoja que sólo la poesía puede brindar: el goce estético a partir de un dolor. Como lector, se siente tan fuerte el desconsuelo, como tan honda la emoción de la belleza que emergen del poema, que uno se queda pasmado ante la sacudida que recibe el espíritu. En este poema, apreciada Liz, has reencontrado tu índole de auténtica poeta. Estos son poemas que no se olvidan fácilmente.
Y, para que no pienses que todo es elogio y más elogio, quiero decirte que si este poema fuese trabajado un poco más en cuanto a su ritmo, sería (para mi gusto personal, lo aclaro) una verdadera joya de este nuestro insuperable foro.

Con toda mi admiración.
Un abrazo.
Óscar

Óscar, vengo y me encuentro con este maravilloso comentario tuyo que la verdad me llena de alegría. Por supuesto cuentas con mi amistad y también con mi admiración porque tus letras, todos tus versos no dejan nada qué desear y sí mucho para sentir y reflexionar. He de decirte que nunca defraudas y tu pluma es la de un auténtico y sensible poeta. Que quede claro que no voy a lanzar "cebollazos", jajaja, por el hecho de sentirme muy halagada y honrada por tu comentario y la molestia que te has tomado en leerme, digo lo que siento y lo digo sin pena ni rodeos.
Por supuesto, sé que lo que escribo tiene mucho de perfectible y puedo y debo trabajar en ello pero, ¡ay!, siento que si cambio una letra, una coma, quizá una estrofa, el trabajo y lo que sentí al escribirlo caería al acantilado de donde nunca salen bien parados la autenticidad y los sentimientos que en ese momento hicieron nacer esos intentos de versos (la caja de Pandora no debe abrirse por segunda vez). Vamos pues, que me extiendo "a lo loco" y no quiero aburrirte más.
Gracias por estar, por ser y claro, por leerme y dejar constancia de lo que has sentido al tocar con tu alma de poeta mis letras.
Gracias siempre, infinitas.
Un beso y un abrazo para ti

[Rafel Calle]

Gran Reserva de Alaire.

[E. R. Aristy]

Otra vez el lecho abierto
el pan, el café, la vanidad.
Otra vez la ternura, la danza cadenciosa
en vilo un huracán antes del beso.

Excusarás al desamor y a la vergüenza
los itinerarios de pareja perfecta,
con fragmentos líricos
la memoria sanará y saltará por la ventana.

Al pie del corazón alisarás sábana y sudor
meandro anodino del último asalto a medianoche.

Jurarás que -borrón y cuenta nueva-
y divertidos se beberán juntos
las fotografías rotas
las imperfecciones en mi risa,
sus lenguas calientes mojarán mis versos lejanos.

La vigente ausencia, la hierba sin cortar,
la queja a la intemperie...
todavía no cristaliza el hielo.

A la deriva, prudente, el otoño inerme calla
y en un vientre nuevo
otra vez
se hunden tus manos.

Esplendoroso, Liz! Me alegra encontrar hoy esta joya poética que con gran talento has diseñado. Es una danza amante de la belleza y se hacen uno una y otra vez para siempre. Abrazos, ectrañandote, ERA

[Alonso Vicent]

Un poema en presente y sin excusas.
Encantado de haberlo leído.

[Rafel Calle]

Recordando la poesía de Liz Barrio.