Rafel Calle escribió: ↑Mié, 08 Ago 2012 7:49
A Onofre Prohens, amigo y pintor.
El
genio del
color halla en el
lienzo
la histórica
misión de la
hermosura,
él, amo de la
luz, de la
luz siervo,
la
luz es un lenguaje que su pincel
captura.
En el mundo que siente, las flores tienen alma,
son ímpetus de un sol policromático,
delirio de la rosa enamorada,
lirios paradigmáticos,
violetas incendiarias.
Definitivamente, el colorido mágico
del jardín de la luz mediterránea.
Morada y condición de un robusto talento,
es algo más tangible que el astro que se ve
en sus formas telúricas. Es la paz del invierno
en una gran persona de la cabeza a los pies (15).
San Joan es la memoria y el color de un nacimiento (15).
Sí, es Onofre Prohens.
Como me estoy haciendo de más tiempo para dedicarle al foro, al navegar hoy domingo por sus páginas, me he topado con este poema de unos años ya, pero que mantiene su corpus granítico, sin perder un ápice su vigencia en el tiempo. Un poema explícito de dedicatoria es lo más difícil de componer, ya que debe hablar, no solo describiendo acertadamente las cualidades del homenajeado, sino, además, poéticamente; es decir, insuflando a los versos el lenguaje especializado y el lirismo que requiere una obra poética. Para superar la simple apología se necesita talento poético, encontrar la justificación que haga del texto un poema creíble. En este caso, el compañero Calle ha logrado dos cualidades resaltantes para mí: la sinceridad casi desnuda para arropar a sus bellas imágenes y metáforas (solo la sinceridad puede demostrar que existe amistad verdadera); y, segundo, el entramado versal, la estructura formal preciosa que ha creado un ritmo único, un ritmo basado en el verso imparisílabo, donde la armonía es una constante sin tropiezos, y en la rima (que he señalado en la primera estrofa como ejemplo), que es todo un caleidoscopio de rimas internas y externas de consonantes y asonantes enlazadas, hecho que le otorga al poema un extraordinario ropaje musical, como si acompañara el carácter festivo del poema. No quiero dejar pasar el hecho de que los dos últimos versos parecieran seguir la pauta de los alejandrinos, compuestos por un heptasílabo más un octosílabo. Considero que se tratan, más bien, de dos versos pentadecasílabos (15 sílabas), pues la cesura es innecesaria, y atentaría contra la armonía de conjunto.
Ha sido un placer leer este singular trabajo tuyo, estimado compañero. Me ha gustado mucho, porque se encuadra dentro de mi hemisferio poético, dentro de mi convicción poética, que es evolucionar sobre estructuras tradicionales, sin despreciar, claro está, cualquier otro tipo de forma, toda vez que mantenga su carácter poético: ritmo y búsqueda de la verdad y la belleza en el misterio.
Un abrazo grande de empatía.
Óscar