Supongamos que este mar de obsidiana, estos pinos azules y esta arena se aprendieron mi rostro, supongamos que al desplazarse el humo del pitillo me llaman por mi nombre ¿ No debo contestar? Y si se han aprendido de memoria mi manera de ser, mis números premiados, la forma en la que sumo para despu...

Brillante exposición, Ignacio. Aquí tienes a alguien a quien la crítica no le va nada. No sería capaz de realizar un trabajo crítico voluntaria y gustosamente. Me imagino que eso va en maneras de ser, en inclinaciones personales. Me imagino que el gusto, al que te has referido en tu exposición, está...

Dijo Oscar: Todo lo que has dicho estuvo muy agradable de leer, Hasta esa expresión que ya me temía venir: "Sin embargo, y como...", donde me rebelé con su contendido hasta el final. Siento oponerme radicalmente a esta postura complaciente sobre el arte de poetizar; y por exponer mi oposic...

Ramón Castro Méndez, Marisa Peral, Lunamar Solano: es una satisfacción muy grande la lectura que realizáis siempre a mis poemas. Y también los elogios desinteresados que le dedicáis continuamente a mi poesía. Un fuerte abrazo, amigos. Me preocupa si no será imprudente sentarme junto a un hombre que ...

La variedad de aspectos a tener en cuenta en poesía y el recorrido insospechado de cada uno de ellos, ofrece un campo amplísimo de investigación, y un terreno propicio para la discusión y el enriquecimiento. Esto queda probado al confirmar la enorme cantidad de páginas vertidas por muchísimos especi...

Se ha apagado la luz y ya no hay nadie. Ahora puedes calcular sin peligro el número de abejas que caben en la boca, la cantidad de miel que puedes pronunciar, y besar la moneda que heredaste al partir muy temprano para encontrar la vida. Eres libre de usar esos armónicos que dejan los relámpagos an...

Y quién puede saber lo que será mañana. A lo mejor mañana decide un pobre hombre detenerse a mirar los cielos asesinos de una noche, mientras se le achicharra la vida que metió en el microondas, o a lo mejor mañana tu y yo nos encontramos en la misma parada del 40 y nos montamos juntos y ya no nos ...

Algo amenaza con ocurrir de pronto, porque la calle se ha quedado sin voz después de medianoche, y el gato que solía ya no está. Algo va a suceder seguramente porque el aire mantiene la tensión sobre la luz tragada por los charcos, y el ritmo de tacones se acerca como un eco. Ya no es lo mismo que ...

Me figuro que ayuda mantener nuestras torres limpias de gangrena y de óxidos, me figuro que es bueno sustanciar el galope constante sobre el mundo y evitar que estar muerto sea lo que perdure después de la emboscada, no vaya a ser que asombre una tristeza más larga que la noche y que ciegue el cami...

Porque nada o muy poco ve mi vista que le haga sucumbir de corazón, y al recordar el mundo, el mundo bota, y una pausa de actriz hiere mis labios como un tiempo de octubre en la retama, porque apenas hay monjes que caminen descalzos y el gozo tiene forma de catedral desnuda, pensaré únicamente en c...

Nadie sabe qué voz me paraliza ni qué calma promueve, como un sendero a oscuras, estos lirios. Nadie quiere explicarme por qué cuando me apeno se agrietan las paredes del salón, o por qué existen ojos que son toda la cara. Lamer se ha convertido en el quehacer constante de la muerte, y a la muerte ...

Mi enhorabuena, Concha, por la distinción a tu poema.
Un fuerte abrazo.

Me pides que te explique mis poemas, pero eso es imposible: la noche se ha quedado sin esclavos y una niña desciende por la ladera seca del Vesubio. Me pides que te aclare por qué cuando hay tormenta se escuchan las canciones de la infancia y después de extinguida resulta que no hay nadie: no tiene...

Hay palabras tan torpes que jamás se pronuncian y plazas con palomas que nunca han existido, de la misma manera que hay columnas que no soportan cielos, y espinas que no podrás sacar de la garganta. De nada te sirvió que cerrases con llave los domingos de gloria, que ocultaras a la vista del ciego ...

Yo conozco un poema que no me cabe entero en el salón y que no me permite salir nunca con vida. Quién iba a imaginarse lo fácil que resulta subir en ascensor hasta tu casa, servirte un Pinot Noir del 16, acomodar tu estado a un tiempo portentoso, y leer lentamente ese verso homicida de Vallejo que ...