¡Que grandísimo poema, Ramón! Una gran obra "a capella", sin artificios ni destellos que oculten o desvirtúen el mensaje exacto, preciso de una vida relatado desde un interior iluminado por la mejor poesía.

Muchas gracias Pilar. Siempre son así los días: unas veces más felices y otras menos. Pero siempre hay que vivirlos.

Gracias a ti, Julio, por tu comentario. Significa mucho viniendo de quien viene.

Me halagan tus palabras. Solo quiero hacer cada día mejor poesía para ser digno de tus comentarios, J.J.

Gracias José Manuel por tu generosa apreciación.

Gracias Hallie. Estimo mucho tus comentarios. Y gracias por señalarme el descuido que acabo de subsanar.

Muchas gracias Marisa por tu comentario. Me alegra que aprecies este trabajo.

Cada vez cuesta más despertarse y hacer frente, cuando la vida acelera al ver cerca la pancarta de su final, a cualquier día de mañana. Todavía con el último fotograma del sueño en los ojos, pienso que hoy es sábado pero ya no importa: poner nombres al tiempo no lo hace amable como un gato. Recorro...

Gracias Mirta. hay veces que el poema se presenta sí, realidad desvestida, para ser escrito. Celebro que lo aprecies.

Muchas gracias, amigo Francesch por tu comentario.

Gracias Ramón. Pienso que hay poesía hasta en lo más cotidiano, tienes rezón.

Cada vez cuesta más despertarse y hacer frente, cuando la vida acelera al ver cerca la pancarta de su final, a cualquier día de mañana. Todavía con el último fotograma del sueño en los ojos, pienso que hoy es sábado pero ya no importa: poner nombres al tiempo no lo hace amable como un gato. Recorro ...

Como siempre, un soneto espléndido, abrochado con dos tercetos insuperables. Gracias por compartir, Mirta.

Has descrito muy delicadamente el amor sáfico. Enhorabuena

Excelente poema Ramón. como el tren, poco a poco penetra en el lector hasta lo más recóndito del corazón.