Luis M. escribió:Vuelvo a este magnífico poema sobre tigres humanos y sus desgarros existenciales. Un abrazo poeta.

Gracias Luis, la desafortunada desaparición ha acabado siendo una buena excusa para reencontrarnos!

Después de dos noches sin luna, incómodos por un recuerdo incierto, nos levantamos enfadados, gruñones, cansados, asqueados del olor a grasa que pudría el aire. Me preguntaron si había soñado; “he soñado con tigres” contesté. Ellos también habían soñado tigres, todos decían lo mismo, con recelo, tod...

Buen poema, transmite una frescura más profunda que el dolor que comunica, el objeto del deseo es tan puro, que eclipsa la pena que causa.

Sí, Concha, efectivamente, tuve un pequeño desliz ortográfico! gracias por señalármelo.

Muchas gracias Aristy, Carmen, Silvia, Guillermo, Alonso, y Pilar. A pesar de la naturalidad y fluidez aparente, fue un poema que me costó mucho trabajo, y del cual estoy muy orgulloso. Me alegra mucho el buen acogimiento que ha tenido.

Somos los testigos del mundo: el viento que escucha, la hierba que acaricia, la luz que busca, la mineral avaricia. Somos la duda del mundo: la pétrea filosofía, la arena que mide el tiempo, la fe frustrada por la geografía, los cautivos del momento. Somos el verbo del mundo: el sol que se relaja, e...

Los elementos convergen en tu poema, por los versos van pasando los espíritus de la naturaleza, traen en su esencia tus emociones. Muy grato leerte, ha sido un viaje profundo por la tristeza y el consuelo.

Gracias Marimar, me alegra que te guste mi poema-nube y sus vuelos!

Muchas gracias Francisco, contenido, forma y esencia ligera como una nube, a eso aspiraba con este poema, me alegra descubrir que consigue transmitir. Gracias.

Gracias E.R. Aristy, la brevedad solo es buena si podemos encontrar universos en sus pliegues, gracias!

Gracias Guillermo. Así es, hacia atrás y hacia adelante mira la luz, el cielo, y en eso está cifrado lo que es y lo que se proyecta.

¿Dónde va la sombra
de la nube cuando atardece?

Volando sobre qué cielos
va la sombra
a perderse
en la noche de otro horizonte.



Facundo Díaz; Tan callando

Gracias a todos por pasar y leer mis versos, estuve un tiempo ausente, pero ya he vuelto y espero compartir más poemas pronto.

En el primero se me caía el pelo; supuse, al despertar, que sería provocado por el miedo a la vejez. En el segundo se me caían los dientes; en este vi un símbolo del miedo a la enfermedad. El tercero fue el más raro: se me caía un brazo, yo lo levantaba del suelo y lo llevaba conmigo sin entender. D...

Cada verso se despliega como una ola que muere en la orilla; calma y plenitud muy bien transmitidas, consigues compartir el mar como el interior de una caracola.