Respira, hoy respira su luz de ballena. Siento la virtud de los fogonazos, el tráfico y su orgullosa cola de equino gris. En las pupilas, el exilio es una paloma verde, sentado a la sombra de tu perfil todo parece viento, lámpara, quizá espejo que fluye. Me recibes en la ola que cabalga. Yo soy ese...

No está sentado en la ribera, no: es el pájaro que boga creando el agua y el atleta que corre sobre el puente, construyéndolo. Él es el que sostiene las parábolas insurrectas, el que edifica el mundo, con cemento y ladrillo y savia de canciones y ojos. Una alegoría muy sabia. Me ha encantado. Saludos

Son trenes o son orugas o ferrocarriles en la uña de un dios joven. A mi lado rosas de fiebre, en el brillo tu espartana quietud. No me pueden los campos airados, el adobe y su fetiche, la mies en su hoguera de relámpagos. Llego a la ciudad, me reciben abejas engrandecidas con rótulos de mil vocale...

Si quieres me arrodillo, me como tu verdad entre los dientes y me encierro en la casa a esperar que no llueva. En la casa, que está llena de asombros, de libros apagados, de fotos que se extienden por las colchas. Y me quedo tan sucia como el hambre, olvidando los dedos que son trenzas; olvidando q...

En esta tierra la poesía supura al sol, el arte reverbera en un charco al lado del camino. Yo percibo sus reflejos llameantes, los inocentes destellos que, también, desde la hoja del arado se proyectan en mis ojos, y como brillos que vinieran a decirme, me pronuncian. Muchacho, la yesca prende en t...

No ames al murciélago que usó blasier o anuncios en su espiga de asombro. Ya sé, tu verano es una plaza roída por los álamos, con su esqueleto sin mensaje y sus enaguas de flor animal. Tu verbo rompe troyas, con el hilo de aracne, y los ojos sonámbulos de Edipo. He robado cafés, por designio del in...

Llegas y te recibo desde el hurto, afónica de esperas, con un asombro débil en la piel. Llegas y, de repente, el verano se alarga; se hace de trigo la humildad del sol. Eres semilla y nombre: calles que siembran el asfalto, casas dormidas, bodegones de espejos. Tanto tiempo esperando un mar sin mue...

En la hora del almuerzo, las mujeres se reúnen como palomas frente al centro comercial Agosto esta aquí, y los retoños en mi pecho ya se enfilan hacia la débil luz que da tu nombre Hace mucho tiempo estuve muerto Tus dientes blancos van cortando las altas edificaciones como si fueran espigas Yo dej...

Caminando por Recoleta en Buenos Aires, encontré un lugar poblado de muñecas de tela, apiladas en su destino de arte y polos opuestos. A ellas, con temblor y homenaje. Vuelves a la plaza con tiniebla en los pechos de rodillas ante el sol moribundo; con la sonrisa de los elegidos persuades al dolor ...

Maldita sea tu estampa, cruel cretino,malvado miserable, ruin villano.Suelta el arma que pende de tu mano,cobarde matachín, vil asesino. No habrá perdón, ni humano, ni divino,al derramar la sangre de un hermano.Y sentirte afligido será en vano,afronta, pusilánime, el destino. No vengas proclamando ...

Enric Jaume escribió:Destaco el final de un poema que me he disfrutado.
"la música
de unas manos agarradas a otras manos
que hasta ahora
no han deseado nada o mal
o han deseado tarde"

Mi felicitación y un saludo.




Un gusto leerte.

Gracias Enric por pasarte. Un saludo

Es un texto precioso, Emilio! Toda la historia cae como una lluvia finísima en el imaginario de una sala de conciertos. Es íntimo y profundo y se percibe la hechura firme del amor. Aplausos muy fuertes!!!!! Un abrazo enorme y muchas, pero muchas, felicitaciones. Hallie Hallie Hernández, eres de lo ...

Yo cuando leo, sólo soy lectora... por lo tanto, sólo sé lo que me gusta y lo que no me gusta, lo que me hace disfrutar o no... quiero decir, no me he parado a mirar la técnica de este poema pero me ha encantado lo que cuenta y cómo lo cuenta... para mí es más que suficiente... Es precioso, ya empe...

Sepan ustedes que nunca he deseado nada o mal o he deseado tarde. Tan solo el aire que sale de mi pecho o la tierra que desde dentro pudiera representar aquellas piedrecitas, relucientes, que tanto agradan a las damas que he creído amar –equivocadamente-- y que gustan lucir y agarrar de los hombres...

Sepan ustedes que nunca he deseado nada o mal o he deseado tarde. Tan solo el aire que sale de mi pecho o la tierra que desde dentro pudiera representar aquellas piedrecitas, relucientes, que tanto agradan a las damas que he creído amar –equivocadamente-- y que gustan lucir y agarrar de los hombres....