Déjame primero que te diga: este poema tiene la hermosura de tu nombre. Luego: no puedo creerme la derrota que lleva puesta aunque sea una derrota porque los dos ha dejado de bogar, una derrota de dos, la ausencia de él sobre el vientre de ella, su imposible descuido, la crecida del abandono y el pa...

Mario, un piercing es un ingrediente más, nunca un obstáculo definitivo. Gracias por acudir a la llamada de estos versos y dejar tu compañía.

Un abrazo.

Ferreiro, una gran alegría tu paso por el poema. Y mi agradecimiento total. Ah, ya sabes: hay cuestiones como la lujuria, el amor mineral y todo eso que nos hacen resucitar.

Un abrazo.

Alejandra, es una obviedad lo que voy a decir, pero en el acto del amor hay que poner todos los sentidos incluso alguno más que nos inventemos: así he tratado de escribirlo. Me alegra tu percepción del poema, gracias por tus palabras.

Un beso.

Pilar, me agrada esa aprobación tuya: hay que ir al amor festivo con todas las velas desplegadas. Gracias por tus palabras.

Un beso.

Gracias por acercarte y dejar esa hermosa huella tuya, Carmen. Procuro que no se me note que estoy en la flor de la decrepitud, de ahi poemas como este.

Un beso.

Gracias, José Manuel, por tu atenta lectura. ¿Las asonancias? Estoy bailando en el poema y todas conducen a los versos finales, al éxtasis. (Ya sé que -académicamente- son repudiables, pero no quise restarle frescor a los versos).

Un abrazo.

Gracias, Daniela, los piercing son una seña de identidad. El poema es una aproximación al encuentro amoroso y como tal está concebido, me alegran tus palabras.

Un beso.

Gracias por tu aproximación y lectura, Hallie. Ya ves, una leve geografía de lo sensual y un poema leve también, que no todo van a ser profundidades sombrías.

Un beso.

La boca que te acoge la mano que te invoca el corazón que te inventa el párpado que te mide el pie que te danza la pupila que te sueña el dedo que te indaga el vientre que te espera el muslo que te enhebra la lengua que te estudia el sexo que te nombra tu nombre en las arterias tú yo al margen de tu...

Ana, es que yo no duermo. A mi edad, dormir es perder el tiempo, sobre todo habiento tanto que mirar o soñar.
Gracias por tu paso por el poema y acéptame un beso.

Un poema con una densidad desolada y un pizca de esperanza, que tal vez baste.
Me ha gustado pasar por tus versos, Rafael.

Un abrazo.

Una voz propia que merece seguirse y una poema con buenas dosis de delicias. Me ha gustado encontrarte, Daniela.

Un beso.

Gracias por tu compañía y tus palabras, Daniela. Un placer tu visista.

Un beso.

Dicen los argentinos –que son los que más saben de fútbol- que para jugar en zona hay que vivir en zona (bueno esto lo decía un españolito travestido de argentino y a lo peor a ti te suena a chino). Lo que quiero decir es que para escribir la poesía que tú escribes, Carmen, hay que vivir en poesía. ...