Hola Óscar, ya que me encuentro aquí con el poema que me enviaste, prefiero decirte aquí que me ha encantado, con tu sello personal, tu lenguaje libre y tus mensajes que guardan casi siempre un veneno lento. Un poco en cachondeo te diré que ni te creo ni te dejo de creer, pero te estás poniendo tú s...

"Porque a veces somos peces nadando contra corriente y aún así.... se disfruta la humedad de las escamas" Te amo contra la pared que se desploma, tu gesto fruncido, la lagrima que hace fila. Una larga lista de cosas por hacer, contra el hastío de las horas. Te amo contra los bolsillos vac...

. Y va y me dice que basta mi energía para romper los equilibrios. (Para qué, me pregunto, si no sé adónde dirigirla). Y va y me dice que uno solo de mis besos le hacen olvidar las ocho horas. (Pero un beso pide otro, y el segundo no es lo mismo). Y va y me dice que voy a ser el mejor poeta polític...

Alejandra Goerne escribió:Hermoso, remoto y profundo panorama el que nos muestra tu mirada. Muy bellamente descrito. Cuánto podemos ver(cuando vemos) detrás de una ventana. Saludos poeta.

Gracias Alejandra, me alegro que te gustara el poema. Es un placer contar con tu lectura.

Un besico!

Parecidas sensaciones las he tenido en mi ciudad, creo que todas guardan sus pedazos de historia que algunas veces parecen estar vivos. Me ha encantado conocer la historia de tu ciudad a través de tu mirada. Un abrazo. Gracias Ramón, encantada de que te haya gustado el poema y hayas disfrutado con ...

Elisa, en mi opinión, todo un acierto tu poema; porque eliges un tema poco usual, un tema urbano tratado con perspectiva histórica, contraponiendo grandezas y hechos con la actualidad que defines como más trivial e intrascendente, vacía de grandezas y más llena de pequeñas miserias cotidianas. El m...

RECONCILIACIÓN Un viento rugoso sacude la perplejidad del naranjal. Dos miradas galopan hacia el pálido mugido de las reses y en seguida divergen como ramas de araucaria. El silencio se adhiere a las mejillas como un velo de ácido: callan los místicos y sus hogueras de plumas, callan los ancianos d...

. Monógamo de soledades, quiero masticar la cadena hasta que no queden eslabones, para que ni el alfiler del loco ni la cuerda del sabio se atrevan a repetirme. Quiero escribir poemas terminales. Que el adjetivo se arrodille ante el nombre y el nombre se postre ante el verbo hambriento de la veloci...

A veces le cuesta arrancar a la primavera, Sandra. Pero al final vence a luz, y seguro que esa súplica final encuentra respuesta.

Un abrazo fuerte!!

Hermoso poema, amiga Elisa. Me ha gustado ese paseo tuyo por las piedras que hablan, las esquinas que dicen, las calles de un adiós, desde el balcón de las miradas que quieren rescatar lo mejor de las ánimas. En fin, felicidades. Te mando un cordial abrazo. Gracias Rafe por pasar y dejar aquí un pe...

Tus versos nos llevan de la mano en un recorrido histórico. No conozco todos los sucesos que narras, pero en mi país también se han quemado puertas, llegaron conquistadores, se fraguaron guerras y también quedaron retratadas las historias. Pareciera que los balcones son similares y cuentan similare...

El pensamiento horada las estrellas y llueven lágrimas de luz laminando el ánimo. El deseo poliniza la esperanza y escribe los sueños en los pétalos dormidos. Las ramas se mueven con la bruma del misterio, y el crepúsculo gris se torna luna llena iluminando con su albor los campos soñolientos. La v...

Pilar escribió:Elisa, me ha encantado tu visión de lo antiguo-moderno en un lugar que comparto contigo en Zaragoza.
Un abrazo
Pilar

Gracias Pilar, un placer contar con tu lectura, y con el guiño que ofrece tu conocimiento de los lugares de los que trata el poema. Sin duda, tú si sabes....

Un besico.

A vertebrar los sueños te conjuro, definitivamente al beso que seduce la ira de las lenguas, fusión en la codicia de los labios y en la tempesta del azar, contigo. Gocemos de los pálpitos motrices, agujas de un adiós a la perfidia, tic tac que rivaliza con la pena, el árbol de la luz, la mies enamo...

Aquí tienes mi cuerpo, sin islas desiertas ni antifaces contiguo, pálido de caricias sujeto a las barandas de una apología triste de jazmines. Parece vagar como un cromo deshecho en bajorrelieve cuando la llovizna brama la frialdad nocturna y los tobillos sangran el claustro de las hiedras mansas. ...