Decía Válery que al escribir un poema había que tener en mente al destinatario. En ello iba menos el mensaje cifrado que la conmovida apertura a los sentimientos. Creo que algo así consigues en este poema: no una declaración, sino una introspección, misma que como lector-voyeurista agradezco, pues c...

Hay en este poema tuyo una disposición para encubrir desde el desamor y la ternura a la destrucción, que algo más que zozobra permanece después de las lecturas. Y desde mi perspectiva, no es el pretexto de los cuatro elementos de aniquilación apocalíptica lo que sostiene al poema, sino la presencia ...

Encuentro en la proliferación de los adjetivos el mayor problema de este texto. Y es que prácticamente ninguno de ellos logra un poco de azoro, un poco de descanso en esa exhuberancia de la escritura lanzada como con desesperación por llegar al final. Es un texto que se escribe desde el final, o más...

He leído tu poema como acercarse a una ventana que transforma menos al paisaje que a quien está observando. Es decir, cambio yo, no el poema. En ese sentido he entrevisto el momento en que algo más que un latido germina en el vientre de la mujer; he leído también de la terrible devastación interna q...

En esta provocativa imagen del andar sin andar, del desplazarse completamente fijo, subsiste el ánimo por darle un sentido a la permanencia, un renombrar desde sí mismo, pero desde la cultura, desde la mirada de una Lolita que atrae menos por su desnudez que por su lejanía.

La provocación inicial es, en muchos sentidos, infantil: es prescindible para el texto y es prescindible para seducir hacia ese intimismo final del verdadero poema. En ese sentido parece un texto que quiere pagar deudas a escritores beat, o al mismo Bukowski, pero sin el coraje ni la rabia de estos ...

Desde la lejanía del género y su asunción de prototipos que hacen femeninos a los gemidos, la esclavitud, el sometimiento, el dolor, el llanto..., encuentro en la lectura de tu poema una tensión que termina por resolverse en el último verso -que inicialmente me había suscitado mucho escepticismo. Y ...

Hay en tus poemas una fuerza inusitada que estremece. No es sólo la belleza de imágenes como ese hospital que es el destino, sino el riesgo por no ser complaciente. Leer este poema es como despertar de un letargo.

El poema camina con trastabilleos, y poco ayuda el deseo manifiesto de definir no definiendo; pienso que ayudaría conceptualmente más el encuentro de lo más firme, así como el cuidado riguroso de las rimas internas (sincronía / podría). Así como está es demasiado "indefinido", pero esto no...

En esta idea estética de que el poema se "escribe" por sí solo, o es "dictado", lo que más me atrae de tu escrito es que la has sometido al rigor de la forma; en ese sentido me ha gustado mucho.

Esta declaración de homosexualidad parecería encubrirse de una manera contraria a la sensualidad deslumbrante de Cavafis, es decir, no como un gozo, sino como una penitencia; no como el hallazgo de la palabra justa, sino como el rejuego de las palabras que ronden el sentido que se pretende entregar....

el mío también percibe en la hojarasca

Es el tuyo un poema bellísimo, donde el mismo lenguaje se presenta como un tejido donde las imágenes adquieren una tonalidad "femenina", es decir, una tierna fuerza que crea y juega, que pronuncia y calla. Realmente admirable.