Mi soledad es mi dicha,
pues no hay mayor tristeza
que pensar en el olvido.


Mas, no hay soledad contigo.
Un año duró la pena.
Mil años dura el castigo.

Muchas gracias a todos y seguro que es un placer empezar a leeros.

Un abrazo.

Precioso y muy real. Feliz 2015 amigo.

Muchas Gracias Manuel, es mi primer poema y quería compartirlo con vosotros.

Gracias.

Vociferante anhelo que llama en la mesa con un plato de más, ¿No ves, que el plato nunca se llenará? El grito que ladras, que no dices, no es mas que una expresión, de lo que no ves, de lo que ya no está. Pero si un día regresa y el plato se llena, incluso a rebosar, Vociferante anhelo, ya, no calla...