Comprendí
que bailar lento,
pegados,
a media luz
y hacia un lado -
casi ausentes
de la fiesta-,
es un acto
político;
ella no.

Esta paz que se me escapa Esta paz que se me escapa no es el hilo juguetón de un gato ni la huida repentina, tras la décimo segunda campanada, de la princesa; no es siquiera el final, siempre esperanzado en las posibilidades, de esta última canción. Esta paz que se me escapa no es el fin ni es un nu...

Elogio al suicida "El suicidio seduce por su facilidad de aniquilación..." Juan Pablo Castel (E. Sábato, El túnel) El salto, la píldora, la soga. El tren, la navaja, la pistola. A mano propia, por terceros o asistido. De sacra intimidad o público incluido. Dar al traste, hacer mutis, fin d...

Este accidente urbano rizomático como el marabú formado por los golpes [tab=30]y esquivos [tab=30][tab=30]de una vida escogida a regañadientes hijo inoportuno del malagüero hermano del babero humano por convicción [tab=30]y no por ideología arriba hoy [tab=30]con la barriga llena [tab=30]y sin coraz...

De esas sorpresas que son abrumadoras. Acabo de encontrar esto entre otros textos que tienen cerca de 20 años. Lo pensaba perdido para siempre. Hijo raro La casa mantiene su calma habitual pero en el patio el hijo bastardo cobra identidad. De hombre a hombre – dijo – y un cubo de agua borró para sie...

J.J., gracias por tan sentida lectura. Me alegra que te haya gustado.

Un epitafio muy sentido. Conmovedor.

Es un torrente de imágenes de puta madre. Me ha encantado.

El poema como declaración de principios, cómo reafirmación de la vida. Hay mucha fuerza en estos versos.

E.R.A. mas que sexualidad, creo que la humanizo. María fue una Nina qué se asustó ante la sorpresa de su primera menstruación. Una joven que descubrió su sexualidad. Una mujer capaz de disfrutar la intimidad. María es más que madre, más que esposa, más que el vientre sustituto de Dios.

Gracias, Pilar. Fue un primer bosquejo. Ya he expandido la idea.

Un soneto magistral

Te regalo la virginidad de María, la gracia que la llena y sus ruegos. Te entrego incluso la rigurosa penitencia maternal que le encasquetan. Con la mujer, me basta. ¿Te habrás ruborizado, María con la condena de las primeras manchas? Y ¿qué de tu autodescubrimiento? ¿Qué tan hondo llegaron tus dedo...

La próxima vez que me veas ya me habré marchado no a volar atado de otros labios como dicen los boleros. Mis escapes son más simples más vulgares. Yo me voy a la barra a beber con los poetas de la ternura que sólo saben dar las putas a esa hora divina cuando el barman rehúsa servirme un trago más y ...

A los defensores de cualquier dictadura, a los testaferros, a los chivatones, a los que gritan paredón, a los albañiles de pancarta, a los apologistas, los relativistas y los moralistas de cartucho, a los que cualquier pasado fue mejor, a los bailarines en fiesta ajena, a los vende patria, los cambi...