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La hora de la mano

Publicado: Jue, 31 Ene 2008 12:13
por pedro arguedas ibáñez
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Publicado: Jue, 31 Ene 2008 12:30
por Juanmi Jerónimo
Qué barbaridad, Pedro. Acojonante.

Me acabas de dar una bofetada en los ojos. Me ha venido bien. Así me despierto del todo.

Un saludo, monstruo.

Publicado: Jue, 31 Ene 2008 19:54
por Viví Flores Massares
Como piedras, fuertes y compactos, así son tus poemas, Pedro. Sé que me repito cuando digo que es imposible pensar en dividirlos, aunque la imagen esté ahí palpitando por si misma, no puede separarse del resto de la poesía.

Y tampoco puedo decir: de lo mejor que te he leído, porque sucede que a pesar de tu versatilidad , en lo conceptual, en lo simbólico, sólo vienes escribiendo poemas buenísimos. Y lo mejor de todo, para mí, es que puedo entrar en ellos, verlos con total claridad ,regreso sólo por placer, no para intentar entenderlos y eso es fantástico.

Un abrazo, Pedro Poeta.

Juanmi

Publicado: Vie, 01 Feb 2008 4:43
por pedro arguedas ibáñez
Gracias, amigo. Lo que me acojona a mí es que alguien que escribe como tú, es decir con maestría, con oficio, diga eso de acojonante después de leer un texto mío. Lo tuyo debe de ser otro caso grave de generosidad que impele a dejar el Prozac. Un abrazo, grande, y agradecido.

Publicado: Vie, 01 Feb 2008 14:34
por Juanmi Jerónimo
Pedro, lo siento, pero no estoy de acuerdo. La poesía no es un oficio, ni yo soy poeta. Es un aprendizaje que termina con la vida, es una forma de respirar esa propia vida. Y tú la respiras, créeme. Eso lo sabe hasta el más torpe.

Otro abrazo.

P.D.: insisto, acojonante.

Viví

Publicado: Sab, 02 Feb 2008 1:32
por pedro arguedas ibáñez
Como piedras sin facciones, como piedras dúctiles. Mi abrazo, bien grande.

Publicado: Dom, 03 Feb 2008 5:59
por deepeye
pedro,
muy bien llavado, con ritmo y suavidad en el verso, aunque el tema no es nada suave, que es lo mejor, por lo que creo que es un poema bastante redondo.
Saludos

Publicado: Dom, 03 Feb 2008 17:26
por paula varela
pedro:
es habitual, cuando te leo, que tus palabras me golpeen el pecho, que me sacudan, que me arrojen trémula a la arena.

ahora, además de eso, tuve la sensación de que mi rítmo cardíaco sintonizaba exactamente con el tuyo.

mis respetos.