Benjamín León escribió:Te leo, amigo Julio, con la emoción que el texto produce. Y te leo después de haber leído a Alonso citando tu poema; esa honda mirada poética a la mirada de los niños. Justo en este momento escribía algo sobre Gabriela Mistral y citaba que ella, maestra de América, como fue conocida o reconocida, donó todo lo que produjera su libro “Tala”, a la larga el más valorado por los estudiosos, a los niños huérfanos de la guerra civil española. Pienso en los ojos de los niños, esos niños que citas, y pienso en la labor humana del poeta, de cantar o denunciar, de hacer de la poesía un acto que supere la palabra y que se transforme en vida, en compromiso y en acción. Hay muchos niños marcados por el mundo, por los errores de otros, por la incomprensión de los humanos. Un excelente poema, Julio, donde lo formal es ampliamente ocultado por la belleza estética y por la emoción que el poema produce. Un gusto.
Un abrazo fraterno, Benjamín.
Es comprensible, en el alma inteligente y sensible de Gabriela Mistral, el conocimiento profundo de los niños, y de ahí su hermoso y generoso gesto para con unos niños españoles atrapados en los desastres de la guerra. A mí, el oficio de
treintaitantos largos años en la enseñanza (de la que nunca dejo de aprender) me ha permitido asomarme a los ojos de los niños y sus sonrisas, también a sus miedos, alegrías e inseguridades. Les debo, tal vez, cientos de poemas; pero apenas he escrito alguno. No obstante, lo más importante, les agradezco su eterna e infantil compañía, la que no puede pagarse con ningún verso.
Gracias por tus palabras, Benjamín.
Salud.