Editorial Alaire

A Julio González Alonso


I

Majestuosa alza su luz áurea
a través de vidrieras centenarias.
Intuye la belleza sin heridas
dentro de los contornos de la historia.

En sus siglos anida la penumbra
de tantas experiencias de liturgia.
Su ábside es motivo de alegría,
mientras las sombras huyen sigilosas.

A veces se respira una fe ciega
en mitad de los cánticos dormidos
y los años convergen en sus torres.

El culto de la Virgen es memoria
de todos sus momentos subterráneos
que yacen olvidados en sus piedras.

La catedral es símbolo divino
que espera en semisueño el despertar
de los fieles radiantes de esperanza.


II

En las horas de plegarias
la devoción sin el velo
forma hilos siderales
más allá de los deseos.
Marca huellas en el alma
que prometen, sin señuelos,
premios llenos de palabras
añoradas en silencio.
Cuando todo en el mutismo
queda solo bajo el cielo,
hay un pájaro que canta
la excelencia en el sendero.


III

Luz en vitrales,
adoración del tiempo.
Siglos oscuros.


IV

Entre oraciones
el silencio del mundo,
la fe en penumbra.
Espíritu divino
en altares antiguos.


V

La catedral es refugio del agua,
sueña que todo regresa al origen.
Mientras la Tierra se rompe en conflictos
duerme en León el recuerdo ancestral,
en un camino de vida sagrada.


VI

Tú,
caminante,
tu trayecto es continuo.
Arquitectura gótica interior,
peregrino de tantas emociones.
Tu viaje entre la bruma,
bajo la Vía Láctea.


Ana Muela Sopeña

Hola Ana,
Me encanta ser la primera en comentar este hermoso poema dedicado al leonés Julio, compañero nuestro.
Has sabido darle prolongación vertical de la catedral y horizontal del "camino".
Un abrazo y enhorabuena a ti y a Julio.

Has descrito la catedral desde todos los ángulos provocando sensaciones y recordando un pasado de fervor anclado en la belleza.
Un placer leerte
Un abrazo y felicidad

Amiga Ana, ¡cómo me emociona que te hayas acordado de mí evocando a la pulchra leonina! Podría hablarte de las horas y los días que me detuve ante su fachada, las que pasé sentado frente a sus torres y pináculos, los deambulatorios por el ábside y las naves góticas sin dejar de mirar hipnóticamente el resplandor de sus vitrales, las visitas a su claustro y las conversaciones con algunos amigos sobre su comprometido futuro, pues se eleva sobre la nada, casi sin cimientos, encima de los restos de lo que fueran antaño parte del campamento de la Legio VI, castillo, luego iglesia... un montón de restos impregnados de historia que yo quiero ver ascender por la piedra caliza de su frágil estructura. Y, claro, ha aparecido en algunos poemas que escribí en tiempos distintos, pero siempre desde la admiración y la sorpresa.

Haberme colocado al frente de tantos y tan bellamente pulidos versos tuyos como una reconstrucción de sus bóvedas de crucería y el aire de su luz, la significación de su realidad aupada a lo alto del cerro desde donde se extiende León, no deja de ser emotivo y me siento profundamente agradecido por haber derramado tanta sensibilidad ante la catedral leonesa. Estoy en deuda contigo, aunque no creo poder pagarla como se merece. Recibe mi abrazo afectuoso. Salud.

Preciosos versos,Ana! Y hermoso gesto en la dedicatoria a nuestro compañero Julio.
Se percibe esa luz de la Catedral en tu traslúcida palabra.
Te felicito.
Abrazos.

A Julio y a ti, querida Ana:

He ido varias veces ya a León y no sé que extraño poder tiene sobre mi la catedral, que me siento justo enfrente, justo en un banco que hay al lado de una tienda de recuerdos, me paso tiempo y tiempo mirando. Si es por la noche, aún me fascina más. Me da la sensación que emerge de un no se dónde, que flota.
Abrazos mediterráneos a los dos. y gracias.

Hola, Carmen:

Es cierto lo que dices. He buscado fusionar la realidad vertical de la Catedral de León , por sus torres góticas, con la realidad horizontal, por el "Camino de Santiago".

El sendero espiritual unido al camino físico bajo la "Vía Láctea".

Gracias por venir y dejar tu huella.

Un beso grande
Ana

Agradezco mucho tus palabras, Pilar:

Un fuerte abrazo
Ana

Querido Julio:

Me alegra mucho que este poema te haya gustado. Mi deseo ha sido ese: suscitarte emociones cálidas.

Primero he escrito un soneto blanco con estrambote. Después un romance. A continuación un haiku. Luego un tanka. Después unos endecasílabos en gaita gallega. El último subpoema son versos blancos libres.

En fin... me quedo contenta si te ha gustado.

Un abrazo grande
Ana

Excelente poema, Ana, hay mucha emoción en la descripción de ese paisaje arquitectónico y una evocación a su historia en cada verso.
Mi felicitación.

Un afectuoso abrazo.

Un dedicado precioso y una maravillosa respuesta por parte de Julio.
Qué buenas lecturas nos regaláis los dos.
Abrazos.

Es un precioso poema que describe toda la espiritualidad y el recogimiento que encierra esta histórica catedral. Enhorabuena y un abrazo.

Qué bueno. Me has hecho recordar las veces que la he visitado como peregrino. Un gran homenaje al amigo Julio.
Un abrazo
J. Manuel

Hola, Carmela:

Agradezco mucho tu paso por estos versos.

Un beso grande
Ana