El Bocha (cuento con bambalinas)

[Sergio D'Baires]

El apodo...
Fiesta de la primavera....
Un pibe de diez años que se asoma en la cancha de bochas del club.
El bochín, balazo del quebracho, en su frente.- ¡Ohhh!-. Exclamación de los mirones cuando cae boca abajo.
Cara ensangrentada.
-¡Lo mató!-.
El bocha (desde ese día), se mueve, alguien grita. -¡Está vivo!-. El morbo se licua en la indiferencia ante lo cotidiano. Mira con sus ojos todavía desenfocados por la sorpresa. Levanta el bochín ensangrentado, desafiante, lo guarda en el bolsillo . -Viejos de mierda...-. Huimos dejando el insulto y los jugadores flotando en la cancha de tierra apisonada.
..la imagen se desvanece cuando llego al velatorio de Avenida Gaona.
Luis Pánfilo Fernandez, alias el bocha, en el final de la carretera...
Su madre, Doña Tota, me besa. -Hola hijo, tanto tiempo-. Me abraza llorando. -Luisito está muerto -. Me atraganto en su dolor de hijo único...
-Lo siento Doña Tota-. Me desprendo, huyo de sus brazos, su dolor me desarma, el bocha ha sido, amigo de toda la vida.
Al lado del cajón.. el bocha duerme frente a mi mirada boquiabierta, está igual que la última vez que cenamos..
Algo me perturba cuando miro su rostro querido, una hinchazón sobre sus ojos que
se oculta tras una vincha de flores. -Boludéz de funebreros-. Pienso.
Con gesto automático descubro el chichón que tiene en la frente, avergonzado de algo que no entiendo, recorro la figura, que semeja una momia sin vendas, con sus manos cruzadas en el rosario, sobre su pecho ciego de aire. *
Estrecho sus manos por última vez .-Que boludo-. Recito, inaudible, pero el contacto me da paz.
De entre ellas, como si fuera el acto final de un ilusionista. -¡Este bocha!-.Se escapa una esfera negra que sorprendido tomo en mis manos.
El empleado de la funeraria, un cirio negro sin pabilo, que monta guardia en un rito indecifrable, me mira sorprendido .**.
-Que raro.. no le pudimos abrir la mano para sacarle lo que aferraba-. Mi mirada fija lo interroga y el estúpido duro como un pingüino embalsamado, continúa con su voz de rasqueta de pintura. -Íbamos a probar de nuevo antes de cerrar el cajon, ¿Vió?. -Soy curioso, ¿Que tenía?-. No le contesto, no tengo humor para semejante pelotudo.
A hurtadillas la coloco en el bolsillo del saco, y me arrimo a la rueda de amigos de siempre.
El gordo Much, Alberto y el negro Gomez comentan de algo, que se corta cuando me integro a la rueda de caras serias, jetas de velorio diría el bocha, claro, ni el se hubiera imaginado su velorio. -Pobre bocha-. Musito apenas.
-Che gordo de que murió, si el mes pasado estaba bien-. Mi mirada, seca, urge su respuesta.
-Ah si ..claro vos no te enteraste porque tenías esa obra en el sur-. Casi sin respirar prosigue. No lo oigo, solo observo mientras trato de ordenar mis pensamientos.
No me mira o sí, (vaya uno a saber con el estrabismo del gordo), sabe que el bocha me quería tanto. El gordo es un tipo bueno, para él todo es transitivo; si el bocha me adora y el es amigo de los dos; entonces yo tengo que querer al bocha.
Me impaciento. -¿Y?-. -Gordo que pasó-. Casi lo desafío.
-Un cáncer fulminante en la cabeza, raro. Nadie lo entiende, justo donde tenía esa cicatriz que vos señalabas cuando le decias bocha-. Le dieron rayos, cirugía... Pero increíble, volvía a salir. -Menos mal que leiste el mail que te mandé anteayer-.
-La segunda esposa, ¿vino?-. Mi pregunta lo incomoda. -No sé. No se lleva bien con la primer familia-.El gordo toma aire y sigue con voz de alcahuete.
-Además, ¿no se casó con Magda que era secretaria o empleada tuya?.**
-Si gordo y la puta que te paríó, ¿que tiene que ver?.
-Nada no te cabrées, pensé que seguías en contacto-. -¿Me mira con sospecha? Alucino.
Mi mano, autónoma, se pega a la esfera que deposité en el bolsillo, mis dedos leen las caladuras ortogonales del bochín de quebracho, sangre india hecha madera según la leyenda, tumba de hacheros explotados por la forestal en el siglo pasado para extraer el tanino (axioma de mi viejo, que odiaba a los ingleses que devastaron los bosques de Quebracho y Caldén, que el amaba: para mí).
Salgo a la Avenida, el bochín en mi mano, de repente no se porqué, lo estrello contra el paredón, donde rebota hacia la oscuridad, que contesta con un quejido que me despierta en esa madrugada triste.
-Un fantasma-.Un bocha de diez años avanza hacia mí, tambaleante con la sangre ensuciando su carita y tocándose la frente.
....-¿Que te pasó?, me arrodillo para verlo mejor.
-¿Que pasó?-. Rugido de hembra ante la cría herida. -¿Qué le hizo?, su voz de soprano me perfora -. Mudo observo la figura vestida de negro que se abalanza y sorprendida, al reconocerme, calla y se recompone, estrenando su imagen de viuda desconsoloda
-Hola Magda-. La beso en la mejilla. -Lo siento tanto-.
-Hola eras vos ¡que susto!, tanto tiempo, disculpame por favor-. Me abraza y se pone a llorar. -Sabés que murió nombrándote-. Sabe que me hiere, lo merezco debería haber estado.
-Verdad que es igualito... . -Me señala la figura familiar que estudia asombrado el brillo negro que reposa en su manos pequeñas.
-Su hijo,¿no lo conocias?.-También le dicen bocha, como a él.....
-¿Te pasa algo?-. Por mi mente como una película enrollándose a toda velocidad....
La cancha de bochas, el bocha, el cáncer , el gordo explicando lo inexplicable.
El niño que musita algo en mi oido, me levanto y me separo con el corazón galopando mi miedo...
-La voz penetrante de ella. -¿Adonde vas?. -¡Ehhh!..
Corro por la avenida .
...han pasado varios dias.
Mi contestador implacable testigo del asombro que me mantiene mudo, escuchando.
Sobre la mesa el obituario del diario "Clarín" del 21 de setiembre .
-Hola... Habla Magda, te pasó algo el otro día que saliste corriendo como un loco, hablame por favor.
-No te ví en Chacarita, necesito hablar contigo, llamame-...-Hola , hola..la lastimadura de la frente no fue nada, si estás preocupado por eso, el bochi ya se olvidó.
-El médico dijo que salvo la marca, no va a tener problemas. -Tengo que colgar, chau.
No me animo a contestar, sé que después que ella corte recurriré a la grappa para anestesiarme y olvidar.
-Como explicarle que el pibe, con la voz del bocha cuando teníamos diez años, aquella madrugada, musitó en mi oido.
-De nuevo este bochín de mierda -.


Entre bambalinas....(nosotros)..

* -¡Che!, que te pasa, otra vez con esas mariconadas de la poesía, ciego de aire... ciego de aire...vamos.., a un ciego le dirías ahogado de luz, dejate de joder, esto es un cuento.
-Buena idea, la anoto, y deja de molestar, maricón tu alma, gil de lechería.
-Oigan déjense de joder así este tarado con aires de escritor de cuarta termina y vamos a dormir.

**-jui, jui.., otra vez, no hay nada que hacer son como pedos mentales. ¡Cirio negro! Habráse visto....-Magda, quien mierda se llama Magda.. este chabón está como una cabra.

***-Así termina esta cagada, sin sangre ni nada, ni una navaja, ni violación; esto es un cuento para pendejos, menos mal que terminó. -Ahora sí, nos vamos a dormir, y no molesten mezclando los sueños de mierda de ustedes, con los míos.
-Andá a cagar...
-Chau cofla..
-Sueños negros...siii..
-Hasta mañana Bocha.
-Chau pibe; hasta siempre.

Cofla: Flaco; al vesre
Bocha: Cabeza; "bocha"
Chacarita: cementerio de Baires

[Gustavo Cavicchia]

Una relato muy bien contado. Lo disfrute al leerlo.