Título de la obra:
freedom of thought*.
Cartelera:
fuente de mi calor: delicuescencia
del arder de mi rosa candelaria,
estaca dentro llena de la esencia.
La nieve lleva al mago a mi presencia,
abierta de fragancias otoñales;
la ajorca al pie delata en su querencia
de negros y brutales vendavales.
¡Lenguas, saboread los agrios humedales!
Tres personajes:
1.-Profesora de historia e inglés.
2.-Alumno.
3.-Voz en Off. Que será la voz pensante del alumno.
Ambientación:
Clase desierta. Pupitres apoyados en la pared excepto uno central donde se situará el alumno. Mesa de la profesora sobre una tarima central. Ambas mesas enfrentadas.
Acto I y Único.
Profesora: Pasa y siéntate. Ahí tienes sitio.
Alumno: Yo vengo por lo de las clases.
Profesora: Ya, ya. Ya lo sé. Estábamos esperándote para empezar.
Voz en off: ¿Estábamos? ¡Si solo está ella!
Profesora: Presta atención al tema que luego harás un resumen en inglés.
Bien. Hoy comenzamos con el ascenso de Carlos V al trono español y el declive de Juana de Castilla como reina de España. Ésta que habiéndose casado por mandato con un lejano y bellísimo príncipe alemán, en contra de la norma general que justificaba el matrimonio como fuente inagotable de hijos, como decíamos, se convirtió en rebelde al enamorarse perdidamente de su rubio esposo.
Voz en off: En la clase ella, mi profesora, se ha sentado sobre la mesa cruzando sus piernas a tan solo un palmo de mi nariz.
Alumno: Y, ¿Cómo es que nunca fue reina?
Profesora: A eso vamos. Su padre, Don Fernando el Católico, una vez muerta su esposa, asumió el poder y las riendas. Y aunque viejo y cansado contrajo matrimonio una vez más. Pero ello no viene ahora al caso. Tenía miedo, miedo de que la unidad conseguida tras duros años de lucha, cayera en manos extranjeras, perdiéndose así la identidad española para siempre.
Voz en off: Este “siempre” rebotó en las paredes como el taconeo por un pasillo estrecho, vacío y frío. Mientras miro cómo sacude las paredes, ella mete su mano bajo la falda. Y el chasquido de una pinza acompaña a la última silaba “…pre”. Y “siem…” se traduce en un resbalar de medias por sus piernas hasta quedar arrebujadas en los tobillos. De esta forma ella ya no es mi profesora, sino mi compañera queriendo darme la lección.
Profesora: Para cuando el rey Fernando le hubiera llegado la hora, ya tenía un fuerte y hermoso nieto. El gran cazador de mente despejada, Don Carlos. Podría parecer que la fuerza fue herencia de su padre y su finísima inteligencia de la madre. Pero todo lo contrario. Felipe, el bello príncipe, fue un ser débil y enfermizo. Y una tos maligna acabó con su vida. Su madre, Juana, era dueña, a su pesar, de una gran fortaleza física. Sin embargo, la cordura y la razón acabaron por abandonarla.
Voz en off: Ella se abre uno a uno todos los botones de su bata. Una deslumbrante y corta, muy corta bata blanca. Y sin dejar de mirarme me enseña un hombro, redondo, desnudo. Y continúa hablando, rozando mi mejilla, los labios y la piel. Entre una palabra y otra me besa hasta dejarme sin respiración.
Profesora: Y digo fuerte a su pesar porque a ella le hubiera gustado morir con él. De aquella misma tos, o de cansancio por acompañarle una vez muerto, dos años, por todos los confines de la tierra. O de locura, encerrada en un castillo, como en los cuentos. Muerta por olvido. Y sin embargo, siguió viva. Mientras su hijo, se hacía llamar por su abuelo para tomar las riendas del trono.
Voz en off: Ya no hay bata, ni medias. Ya no hay nada más que unos zapatos de tacón altos. Ella camina, haciendo oír sus pasos pasando cerca de mí, de mi nariz, otra vez.
Profesora: Y Carlos reinó en España y más tarde su hijo. Y Doña Juana murió vieja, sola y olvidada al lado mismo de donde hace fonda el Duero.
Voz en off: Y su pierna rodea mi cabeza. Ya no puede hablar. Ahora me toca a mí.
Telón:
Se retiran de la escena, la profesora y el alumno, recitando:
y la luna se refleja viciosa
sobre las aguas del Duero.
Los grillos han abierto
la carne de la noche.
El perfume es cada vez más intenso,
huele a orquídeas.
¡Silencio!
Dulce es la melodía que llega
desde el bar de la esquina.
Las acacias han movido
—pausadamente—
otra música.
Ellos desaparecen y una mujer canta con Libertad:
*libertad de pensamiento.