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Tiempos de cambio III

Publicado: Mar, 03 May 2022 0:38
por Ana Estepa

De niña, cada vez que ocurría algo significativo, agarraba mi cuaderno y escribía. A veces eran cosas con sentido, narraciones exactas de los hechos, otras eran sensaciones, deseos, o simplemente dejaba salir a los monstruos de mi imaginación.
En ocasiones me sorprendía de mí misma, al decir palabras de las que ni siquiera conocía su significado.
Crecí escuchando decir a mi madre lo rara que fui, desde mi nacimiento. Según ella, nunca lloraba, me pasaba horas en la cuna, mirando al techo. Mi mamá podía ir a comprar al mercado y yo seguía en el mismo lugar en donde me dejó.
Jamás gateé, y comencé a andar a la edad en la que otras niñas corren. Aquello contrastaba, por la fluidez de mi vocabulario, que era el de una niña tres o cuatro años mayor.
La etapa escolar, fue dura. Era capaz de recitar poesía antigua y de nombrar a los principales poetas españoles y latinoamericanos, y sus obras, mas tenía graves problemas de comprensión con ciertos temas de la escuela, hacia los que no mostraba el más mínimo interés.

Mi infancia transcurrió en la periferia de la Barcelona, posfranquista. Los edificios de malísima calidad, se amontonaban en las subidas de montañas sobre el río Besós.
La pestilencia de sus aguas impregnaba el cemento de las barriadas obreras.

El patio de mi escuela pública, era un hervidero de adolescentes haciendo el amor e inyectándose heroína. Por lo que eran habituales las lágrimas de madres niñas y yonquis.

Recuerdo mirar a mi alrededor y saberme extraña.
Aunque siempre me sentía a salvo, escuchando música de décadas pasadas, con mi cuaderno y mi lápiz de punta a cuchilla.

Re: Tiempos de cambio III

Publicado: Mié, 04 May 2022 21:37
por Ana Muela Sopeña
Qué hermoso lo cuentas, Ana:

Esta historia podría ser el argumento de una película.

Logras conjugar lo entrañable con lo sórdido de un modo asombroso.

Me gusta tu estilo narrativo.

Un fuerte abrazo
Ana

Re: Tiempos de cambio III

Publicado: Mar, 10 May 2022 6:48
por Ana Estepa
Ana Muela Sopeña escribió: Mié, 04 May 2022 21:37 Qué hermoso lo cuentas, Ana:

Esta historia podría ser el argumento de una película.

Logras conjugar lo entrañable con lo sórdido de un modo asombroso.

Me gusta tu estilo narrativo.

Un fuerte abrazo
Ana
Muchas gracias, Ana. Sinceramente no lo pienso mucho. Es una catarsis, y lo narro como buenamente puedo. Realmente nunca había escrito prosa, siempre fue poesía.
Es mi primer intento en la narrativa. Por lo que me hace mucha ilusión tus palabras.
Un abrazo.

Re: Tiempos de cambio III

Publicado: Jue, 12 May 2022 8:06
por F. Enrique
Ya soy infiel y adoro las ruinas
que allí a lo alto parecen contemplarme.
Nada pasó, aunque el tiempo se fuera
vuelvo a ser aquel niño que se enfrenta a la tarde.
Me sorprende, Ana, que tengas recuerdos de una edad en la que otros sentimos un vacío, una indeterminación ante el fluir del tiempo. Me preocupa que vivieras en un barrio visitado por la muerte cercana y la heroína ¿Dónde estarán ahora aquellos yonquis? Supongo que yo suena el blues dolido, que también Barcelona tiene sus arrabales y que, de aquella degradación, habrán salido personas que se han convertido en un ejemplo.

Interesantísima esta semblanza de la niña que fuiste.

Un abrazo.

Re: Tiempos de cambio III

Publicado: Lun, 16 May 2022 16:51
por Ana Estepa
F. Enrique escribió: Jue, 12 May 2022 8:06
Ya soy infiel y adoro las ruinas
que allí a lo alto parecen contemplarme.
Nada pasó, aunque el tiempo se fuera
vuelvo a ser aquel niño que se enfrenta a la tarde.
Me sorprende, Ana, que tengas recuerdos de una edad en la que otros sentimos un vacío, una indeterminación ante el fluir del tiempo. Me preocupa que vivieras en un barrio visitado por la muerte cercana y la heroína ¿Dónde estarán ahora aquellos yonquis? Supongo que yo suena el blues dolido, que también Barcelona tiene sus arrabales y que, de aquella degradación, habrán salido personas que se han convertido en un ejemplo.

Interesantísima esta semblanza de la niña que fuiste.

Un abrazo.
De esa etapa recuerdo muchas cosas, no todas.

Al marcharme de Barcelona perdí contacto con la mayoría de esas personas. A algunas las vi los primeros años de estar fuera, de otras supe de sus muertes. Pocos quedan ya. Y los que están, son enfermos que sobreviven a duras penas.
Nadie imaginaba que aquella droga convertía a las personas en muertos vivientes.

Gracias por tu paso.
Abrazos.

Re: Tiempos de cambio III

Publicado: Lun, 16 May 2022 17:18
por Hallie Hernández Alfaro
.

Aquí también hay mucha miga y fuerza.

Me siguen gustando mucho estos relatos donde te das por entero.
Extraordinaria forma de construir el perfil de la niña-escritora.

Adelante, Ana; gracias por estar.

Re: Tiempos de cambio III

Publicado: Lun, 16 May 2022 19:38
por F. Enrique
Interesantísima esta semblanza de la niña que fuiste.

Un abrazo.
[/quote]

De esa etapa recuerdo muchas cosas, no todas.

Al marcharme de Barcelona perdí contacto con la mayoría de esas personas. A algunas las vi los primeros años de estar fuera, de otras supe de sus muertes. Pocos quedan ya. Y los que están, son enfermos que sobreviven a duras penas.
Nadie imaginaba que aquella droga convertía a las personas en muertos vivientes.
Le llaman Harry el yonqui,
vive en el barrio chino.
Chaqueta negra
y pantalón vaquero,
y cómo toca el blues el tío.
(Popular)


Le tengo más manía a los que toman cocaína, aunque sea menos peligrosa para el cuerpo que no para el alma, que a los heroinómanos. La cocaína hace regular al malo y al malo perverso. El heroinómano puede venderle el televisor a la madre pero suele ser sincero en su desesperación. Algunos de los genios de la Movida cayeron, no tenían problemas económicos para comprar la heroína, pero cayero en vivo, Enrique Urquijo, por ejemplo, o en diferido, Antonio Vega.

Un abrazo.

Re: Tiempos de cambio III

Publicado: Lun, 16 May 2022 23:38
por Mirta Elena Tessio
Ana Estepa escribió: Mar, 03 May 2022 0:38
De niña, cada vez que ocurría algo significativo, agarraba mi cuaderno y escribía. A veces eran cosas con sentido, narraciones exactas de los hechos, otras eran sensaciones, deseos, o simplemente dejaba salir a los monstruos de mi imaginación.
En ocasiones me sorprendía de mí misma, al decir palabras de las que ni siquiera conocía su significado.
Crecí escuchando decir a mi madre lo rara que fui, desde mi nacimiento. Según ella, nunca lloraba, me pasaba horas en la cuna, mirando al techo. Mi mamá podía ir a comprar al mercado y yo seguía en el mismo lugar en donde me dejó.
Jamás gateé, y comencé a andar a la edad en la que otras niñas corren. Aquello contrastaba, por la fluidez de mi vocabulario, que era el de una niña tres o cuatro años mayor.
La etapa escolar, fue dura. Era capaz de recitar poesía antigua y de nombrar a los principales poetas españoles y latinoamericanos, y sus obras, mas tenía graves problemas de comprensión con ciertos temas de la escuela, hacia los que no mostraba el más mínimo interés.

Mi infancia transcurrió en la periferia de la Barcelona, posfranquista. Los edificios de malísima calidad, se amontonaban en las subidas de montañas sobre el río Besós.
La pestilencia de sus aguas impregnaba el cemento de las barriadas obreras.

El patio de mi escuela pública, era un hervidero de adolescentes haciendo el amor e inyectándose heroína. Por lo que eran habituales las lágrimas de madres niñas y yonquis.

Recuerdo mirar a mi alrededor y saberme extraña.
Aunque siempre me sentía a salvo, escuchando música de décadas pasadas, con mi cuaderno y mi lápiz de punta a cuchilla.
A mi me parece un escrito que no se contradice con el mio.Somos diferentes, de eso escribiré luego, lo que me parece rebueno es que pudiste ser tu misma,los padres no nos entienden, no es mi caso, pero no gatear y luego caminar es como leer el Arroyito libro para niños y luego leer a Borges.
Traemos conocimentos que escapan al entendimiento.
Si es tu primer intento en prosa y te gusta, yo te leeré.
Abrazos.