Me complace presentaros la publicación del libro Poesía sincrónica, en el que expongo el planteamiento poético y los fundamentos de la actitud que ha dado lugar a los poemas que componen el libro.
El libro está disponible en diferentes librerías online. Dejo indicados algunos enlaces.
Web de la editorial https://www.arrebatolibros.com/producto ... ica-a69018
https://www.casadellibro.com/libro-poes ... 5/12788167
https://www.libreriarayuela.com/es/libr ... CPD0010023
A continuación, comparto con vosotros el texto del planteamiento poético. Resultará orientativo respecto a los poemas que pueda publicar en el Foro de Poemas con el antetítulo de Poesía sincrónica.
Gracias por vuestra atención y espero que pueda ser de vuestro interés.
Un planteamiento poético
Lo artístico comporta una función de entendimiento por parte de quien se enfrenta a sus propuestas. Ese entendimiento supone ir más allá de lo expresado materialmente en el hecho artístico. Implica hacer para sí.
En poesía es una constante. Nada de lo expresado pretende reproducir lo evidente. Incluso en las formulaciones de la poesía más realista, aquella que pretende lo figurativo, encontraremos aspectos y connotaciones de mayor alcance que sus significados.
La voluntad del poeta no es replicar la realidad, sino envolverla con su visión para devolverla al mundo en una manifestación de los efectos que en él produce.
La actitud del poeta ante el mundo sensible determina el hecho poético. La actitud del lector determinará sus consecuencias.
En 1912 Ezra Pound escribió una carta a Harriet Monroe, crítica de poesía del periódico Tribune de Chicago y fundadora de la revista Poetry, en la que le hacía el siguiente señalamiento:
«¿Pero podrá usted enseñarle al poeta norteamericano que la poesía es un arte, un arte con su técnica y sus medios, un arte que, si quiere sobrevivir, debe estar en constante flujo, cambiando constantemente sus actitudes? ¿Podrá enseñarle que no se trata del eco pentamétrico del dogma sociológico impreso en las revistas del año pasado? Tal vez. En todo caso tiene un buen trabajo por delante».1
La Poesía sincrónica plantea una nueva actitud para poner en relación los diferentes acontecimientos que se producen en la mente del poeta desde la idea de lo simultáneo y de cómo afecta esa simultaneidad al hecho expresivo y a su forma de representación. Una nueva actitud que incide sobre el componente sicológico al contemplar los múltiples contextos en que se mueve el poeta: referencias temporales, culturales y ambientales de los momentos en los que actúa su voluntad creativa. Su razón de ser está en la significación y conjugación de los diferentes planos de pensamiento generados durante el proceso creativo, que remiten a una sincronía expresiva, para asignar nuevos atributos al poema.
Al poeta le alcanza todo lo que ve y escucha, lo que toca, lo inmediato que percibe mediante los sentidos, lo que conoce. Solo así puede penetrar en lo sensible del mundo para reconfigurar las cosas y sucesos en su pensamiento. La necesidad expresiva del poeta es ilimitada y no hay razón para acotarla a una acción única, concreta, referida a un solo estado simple, sino que puede ampliarse para reflejar un estado compuesto por los diversos planos de pensamiento entre los que se mueve, dando lugar a una representación sincrónica.
La imaginación despliega toda su potencia cuando se genera desde el conocimiento de lo existente, desde la configuración de un entendimiento del mundo material. Solo así puede adentrase en lo sensible para reconfigurarlo. El sentido de la imaginación es modificar lo conocido, inclinarse entre los ángulos de la materialidad y del espíritu de las cosas, entre los conceptos, para proporcionar al pensamiento otras vías de penetración en lo sensible.
La Poesía sincrónica señala cómo el propio acto creativo de la expresión poética se ve modificado por la concurrencia de los pensamientos: un pensamiento es mediado por otro pensamiento y devuelve una nueva motivación expresiva que afecta a la representación final del hecho creativo. Es una instalación mental que contempla lo próximo y lo remoto, integrándolos en una malla de incidencias entre emociones y sucesos generados en el espacio formal, sicológico y conceptual.
La Poesía sincrónica incorpora en su espíritu el concepto de «ritmo de pensamiento» que Amado Alonso perfiló como «ritmo ocasionado por las ideas»2. Así, la Poesía sincrónica contempla dentro de la voluntad expresiva del poeta la apreciación síquica de las ideas, orientada mediante la significación formal de la simultaneidad de los planos de pensamiento y su operatividad conceptual, para poner en relación los múltiples estados y contextos desde los que opera el creador. Y relaciona no solo los estados y contextos que afectan directamente al motivo generador del objeto poético, sino también los indirectos, que se abren al poeta derivados de la propia experiencia creativa, y, al afectarse todos entre sí, da lugar a una proyección sincrónica que incorpora en el hecho poético una simultaneidad de estados que suponen una ampliación del campo semántico.
Así como la pintura cubista propone una representación en la que incorpora la concepción de diversos planos espaciales del objeto, la Poesía sincrónica incorpora sincrónicamente diversos planos de pensamiento y su temporalidad en un único hecho poético, en un solo poema. Aspectos, microescenas, desde las que se compone una escena integral. Instantes y motivaciones en una manifestación de las múltiples dimensiones y temporalidades en la mente del poeta. La tempestad y la calma a la vez.
La obra de Marcel Duchamp «Desnudo bajando una escalera» propone la representación de lo cinético de forma estática. Descompone el movimiento de una figura en acciones consecutivas acumuladas que se incorporan en el plano temporal de la acción completa. La Poesía sincrónica contempla igualmente la derivada temporal al integrar secuencias generadas en diferentes momentos de la línea de tiempo.
Un pez en el agua es un hecho en un contexto natural, delimitado y reconocible en el que previsiblemente sucederán cosas previsibles. Un pez sobre la encimera de una cocina, fuera de un contexto natural, no resultará extraño a ningún observador porque el nuevo contexto determina la posibilidad de considerar al pez un alimento. Un pez sobre una autopista es un hecho imprevisible que para ser aprehendido por un observador requerirá considerar y poner en relación otros contextos y circunstancias.
En la Poesía sincrónica el poeta se mueve vertiginosamente entre contextos correferentes, traslada, repone, traspone, sustituye y crea acciones. Así, la Poesía sincrónica plantea una aproximación al hecho poético desde la consideración de que un suceso, en un contexto, genera un impulso que se ve mediado en el acto creativo por una sincronía de incidencias concatenadas que comportan múltiples ángulos expresivos vinculados por una continuidad causal. El discurso deja de ser lineal para ser trasversal, el poema ya no es un acontecimiento exclusivamente referido a un suceso único, sino un hecho poético compuesto, relacionado e integral, íntimamente cohesionado por el discurso literario de un ahora expresivo que envuelve y a la vez es envuelto por planos de pensamiento correferentes en constante retroalimentación.
En la cultura occidental se practica la escritura de izquierda a derecha y de arriba abajo, y del mismo modo se practica la lectura, reproduciendo la continuidad marcada por el texto. Román Gubern se refirió a este sistema como «línea de indicatividad». Hablamos de frases y párrafos, de versos y estrofas que leemos consecutivamente. Se puede decir que una cosa lleva a la otra, en un proceso secuencial de los acontecimientos sobre la línea espacio-temporal en la que suceden. Así, se hace patente un hilo discursivo.
No obstante, considero pertinente una nota de Álvaro Pineda Botero extraída de su libro «Teoría de la novela»:
«A raíz de las tesis de Noam Chomsky ya no aparece apropiado referirse al discurso como algo lineal, ya que se debe tener en cuenta que la estructura superficial del lenguaje (Surface Structure) está determinada por una estructura subyacente (Underlying Structure) (ver Syntactic Structures, 27 33). Se trata, más bien, de unidades de formas arborizantes».
En el mismo libro se pregunta:
«¿Qué sucede con el monólogo de Molly Bloom al final de Ulises de James Joyce? ¿O con Finnengans Wake? ¿Qué sucede con la poesía moderna sin puntuación, organizada en la página en forma pictórica y cuya representación no puede ser reproducida por la voz? ¿poesía que en muchos casos rompe la línea de indicatividad tradicional? Son obras que no se hacen como un reflejo de un discurso hablado que las preceda o pueda precederlas, ni están hechas para ser reproducidas por la voz humana, y sin embargo, siguen siendo textos y pertenecen a la literatura».
En la Poesía sincrónica no estamos ante una disposición tipográfica del texto que obedezca a una voluntad estética o enfática, sino ante una concurrencia expresiva. Todos los elementos integrantes del poema resultan equidistantes dentro del conjunto compositivo. Propone una invitación abierta al lector en un juego de interrelaciones para que sea él mismo quien perciba y complete los vínculos, tanto con lo dicho como con lo no dicho, y así construya su propio cierre mental del poema. No es necesario nombrar la escalera para percibir que alguien la está bajando. No es necesario nombrar el techo para percibirlo si nombramos la lámpara suspendida.
El planteamiento de la Poesía sincrónica permite al poeta idear una malla de incidencias y sensaciones síquicas sobre la que extender las emociones. Lev Vygotsky, referente en la sicología del arte, dijo que «las emociones del arte son emociones inteligentes». Consideradas así, las emociones tienden a producir una amplia tonalidad de sentimientos hacia el logro de un estado superior de entendimiento.
La sicología Gestalt sostiene que la mente del individuo otorga un orden preferente a los objetos, sucesos y fenómenos que percibe, y promulga que «el todo es más que la suma de sus partes». Así, la Poesía sincrónica propone un todo no como suma de las partes sino como un todo sincrónico desde sus posiciones relativas.
Desde el punto de vista del análisis lógico del lenguaje, de la forma en que se disponen los elementos y sus referencias en el conjunto del hecho poético, se pueden apreciar y referenciar correspondencias metalógicas entre elementos bajo un modo continuo de expresión suscitado desde los diferentes planos de pensamiento. La disposición de los bloques sintácticos actúa como modificante metalógico al combinar las propiedades de los componentes del poema mediante lecturas alternativas de la composición, sugeridas entre los conjuntos sintácticos y sus relaciones, que proporcionan una ampliación del sistema lógico-formal del lenguaje. Los significantes y significados resultantes son igualmente válidos y consistentes en sus relaciones semánticas y sintácticas.
En consecuencia, la Poesía sincrónica propone una lectura compuesta, relacionada e integral. Inevitablemente, la representación del poema y su lectura es un proceso secuencial pero no delimitado. Será lo que el lector implicado se proponga. Mediante la activación de las «emociones inteligentes» determinará las relaciones de dominio, explícitas, insinuadas u omitidas, para aprehender el sentido de lo propuesto.
Desde su ánimo, su inquietud y predisposición, interpretará cómo guiarse entre las secuencias para encontrar libremente una vía de penetración en lo sensible.
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1 Buenos Aires Poetry - Pipa Passes / febrero 26, 2019 / Ezra Pound.
2 Materia y forma en poesía. Amado Alonso.