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Joan Port escribió:Buenos versos en rico lenguaje eso es indudable en cuanto al fondo, por supuesto
no estoy de acuerdo, pero supongo que eso es otro cantar.
Cualquier revolucion hace crecer al hombre.( Hace humana cualquier civilizacion).
Saludos
Hola Joan,
a mi me parece que el poeta no deja de ser un observador crítico de los elementos que histórica o socialmente rodean su experiencia. en parte este poema se trata de eso, pero no es una condena a la idea del hombre, sino por el contrario, es una manifestación por las ideas. Saludos sinceros.
A mi ciudad, que es muy pequeña, como casi todo, el movimiento hippie llegó con una década larga de retraso (culpa de la dictadura, también, je;) y se nutrió, fundamentalmente, de jóvenes desencantados de las organizaciones de la izquierda política. Los que no se quedaron por el camino, en general, son ahora gente bien adaptada; no en vano se decía que quien no es comunista a los veinte años no tiene corazón y quien lo es a los cuarenta... no tiene cabeza (distinto camino siguieron algunos iconos de la extrema derecha española actual que también en su juventud militaron en organizaciones marxista-leninistas). El problema del movimiento hippie es que estaba sometido a una gran presión por las contradicciones fundamentales a las que se enfrentaba -que eran, en definitiva, las de la izquierda revolucionaria, pasadas por el tamiz de una especie de anarquismo pacifista-, la extracción social de algunos de sus miembros (hijos de familias acomodadas) entre ellas.
El poema es bueno para reflexionar, y en cuanto al estilo, comparto el comentario de Benjamín y estimo que consigues una fusión perfecta de forma y contenido.
Esteban Granado escribió:A mi ciudad, que es muy pequeña, como casi todo, el movimiento hippie llegó con una década larga de retraso (culpa de la dictadura, también, je;) y se nutrió, fundamentalmente, de jóvenes desencantados de las organizaciones de la izquierda política. Los que no se quedaron por el camino, en general, son ahora gente bien adaptada; no en vano se decía que quien no es comunista a los veinte años no tiene corazón y quien lo es a los cuarenta... no tiene cabeza (distinto camino siguieron algunos iconos de la extrema derecha española actual que también en su juventud militaron en organizaciones marxista-leninistas). El problema del movimiento hippie es que estaba sometido a una gran presión por las contradicciones fundamentales a las que se enfrentaba -que eran, en definitiva, las de la izquierda revolucionaria, pasadas por el tamiz de una especie de anarquismo pacifista-, la extracción social de algunos de sus miembros (hijos de familias acomodadas) entre ellas.
El poema es bueno para reflexionar, y en cuanto al estilo, comparto el comentario de Benjamín y estimo que consigues una fusión perfecta de forma y contenido.
Un abrazo,
Esteban
Esteban, el movimiento a mi por lo menos me ha sido ajeno en todas sus veleidades, excepto en lo político, recordemos que la generación revolucionaria en México se comportó y derivó en personajes que por una parte defienden una abstracción pero en la práctica predican otra, yo imaginaba cuál sería la opinión de Savonarola ante una realidad de ministros religiosos sospechosos de pederastia, el poema tiene esa intención, pero además es una intención que vale en un lugar y en un tiempo determinado.
