ama y reina de un cultivo,
en la casa donde vivo
ha mostrado su linaje.
Desde el día que la traje,
no ha parado de brillar
y hasta provoca el cantar
del jilguero enamorado.
Si fue reina del sembrado
hoy es reina de mi hogar.
Y aunque el campo es lo primero
pues sus raíces la llaman,
también sus raíces claman
el cuido del jardinero.
Yo pondré todo mi esmero
en cuidarte hasta la muerte
y si muero por quererte,
dulce muerte habré tenido.
Nada como haber vivido
con la dicha de tenerte