Editorial Alaire

Una épica acaso de otro mundo
nos permite seguir con lo inspirado
con agendas y fechas, citas y quedadas,
bajo un cielo ancestral mientras acaba el día
los girasoles lucen en penumbras soldadas,
la cadena de espíritus soplados en la arena,
cuyas huellas se alzan,
antes de que las aguas las moldeen
y se nutran sus olas de la arcilla incendiaria
del silencio.

Es esa imagen mustia la que asciende con el humo
-El humo nunca solo, no aprendió soledades.
Las reprende con gases en la atmósfera.-
atravesando el rictus de la luna.

A veces desvanece los latidos
-¿Qué sucede en el cuerpo que se eleva?-,
se acopla con sus rasgos y mordazas
al tempo de las vísceras;
es quizá esa señal
-Porque el pulso reitera lo vivido.-,
acaso ruido blanco que acopla los sentidos
y los asocia a estados,
hasta memorizar su propia música
-Suena igual en la piel,
y a veces queda muerta.-.

Imágenes que atrapan. Buen poema. Un abrazo.

Sin dudas, un excelente aporte para el lector más exigente en cuanto a esta modalidad de poesía. Todo un placer amigo .

Gracias miles, Ramón, por tu presencia y comentario.
Abrazos y felicidad.

Gracias miles, Antonio, me enorgullece mucho tu comentario.
Abrazos y felicidad, amigo mío.

Muy buen poema, Ricardo, plagado d e excelentes imágenes muy bien encadenadas, de factura impecable.
Felicitaciones.
Un abrazo y salud

Gracias miles, Armilo.
Agradezco mucho tus generosas palabras.
Gracias por pasar, de nuevo.
Abrazos y felicidad, estimado.

Ricardo López Castro escribió:

Una épica acaso de otro mundo
nos permite seguir con lo inspirado
con agendas y fechas, citas y quedadas,
bajo un cielo ancestral mientras acaba el día
los girasoles lucen en penumbras soldadas,
la cadena de espíritus soplados en la arena,
cuyas huellas se alzan,
antes de que las aguas las moldeen
y se nutran sus olas de la arcilla incendiaria
del silencio.

Es esa imagen mustia la que asciende con el humo
-El humo nunca solo, no aprendió soledades.
Las reprende con gases en la atmósfera.-
atravesando el rictus de la luna.

A veces desvanece los latidos
-¿Qué sucede en el cuerpo que se eleva?-,
se acopla con sus rasgos y mordazas
al tempo de las vísceras;
es quizá esa señal
-Porque el pulso reitera lo vivido.-,
acaso ruido blanco que acopla los sentidos
y los asocia a estados,
hasta memorizar su propia música
-Suena igual en la piel,
y a veces queda muerta.-.

Ricardo, que buen poema intimista -muy sosegado-.
Cuando se consigue en soledad y sus silencios un estado parecido al ensueño-sueño (porque somos todo uno) es la ostia!
Un fuerte abrazo Poeta
salud!

Ciertamente la inspiración a veces parece cosa de otro mundo, quizás el subconsciente sea lo que guía y mueve verdaderamente nuestra existencia (y sin enterarnos). Buen y hermoso poema, Ricardo. Un abrazo amigo.

Tan bello como interesante trabajo, amigo Ricardo.
Abrazos.

Mil gracias javier, por tus acertadas palabras que resumen y sintetizan sentimientos.
Me alegra saberte por mis trabajos.
Abrazos y felicidad, amigo mío.

Luis, no sabes hasta qué punto estoy de acuerdo contigo.
Te pongo un ejemplo:
Cuando una mujer de la que me enamoré, cuestionó mi amor hacia ella, sus palabras marcaron mi forma de enfocar el amor, es decir, creía ciertamente que era incapaz de sentir algo similar al amor.
Y la cuestión es que, hasta que no te percatas de que eso forma parte del subconsciente, no puedes seguir avanzando, aunque sea con pasitos muy pequeños.
Gracias miles por tu aporte.
Abrazos y felicidad, amigo.