Editorial Alaire

Pilar Morte escribió:Antes que el búho germinara la noche
y el temor al insomnio tensara la almohada,
probé golosinas de alegría
a un euro, casi gratis,
lo justo para animar rincones del cerebro
donde dormían hojas de marchitos diarios.

Al tiempo que las estrellas
daban luz a rincones cenicientos
yo contaba los pliegues de aquel vestido
recuperado de aquellas luces.

La brisa del pasado
asomó por el tragaluz del tiempo,
pero los recuerdos decían: no insistas, renovaste la sangre,
la impermanencia es el destino.
Has de aceptar que dar un paso
es para enseñar al siguiente
pero nunca detienen meses del calendario.
Tampoco importa lo que no sirvió,
que el color de la ciudad no respondiera
al arco iris de la mente,
que las quimeras se perdieran en grietas de asfalto,

que al abrir cien gotas de agua
no descifrases su misterio.

No hay vidente ni túnel del tiempo
que devuelva los años agotados.
Nunca un segundo se detiene en el siguiente.

Sobrevivir es de la mente
que saneó heridas, guardó la sonrisa,
y sabe que en el testamento de los años
dejamos algunas deudas
por pagar a la vida;

pero no apagó la voz

y al llegar cada alborada sigue poniendo la magia en pie.

Marisa Peral escribió:Pilar, Felicidades por el poema y por el reconocimiento, lo mereces por toda tu obra.
Un abrazo fuerte, compañera.

Pilar Morte escribió:Antes que el búho germinara la noche
y el temor al insomnio tensara la almohada,
probé golosinas de alegría
a un euro, casi gratis,
lo justo para animar rincones del cerebro
donde dormían hojas de marchitos diarios.

Al tiempo que las estrellas
daban luz a rincones cenicientos
yo contaba los pliegues de aquel vestido
recuperado de aquellas luces.

La brisa del pasado
asomó por el tragaluz del tiempo,
pero los recuerdos decían: no insistas, renovaste la sangre,
la impermanencia es el destino.
Has de aceptar que dar un paso
es para enseñar al siguiente
pero nunca detienen meses del calendario.
Tampoco importa lo que no sirvió,
que el color de la ciudad no respondiera
al arco iris de la mente,
que las quimeras se perdieran en grietas de asfalto,

que al abrir cien gotas de agua
no descifrases su misterio.

No hay vidente ni túnel del tiempo
que devuelva los años agotados.
Nunca un segundo se detiene en el siguiente.

Sobrevivir es de la mente
que saneó heridas, guardó la sonrisa,
y sabe que en el testamento de los años
dejamos algunas deudas
por pagar a la vida;

pero no apagó la voz

y al llegar cada alborada sigue poniendo la magia en pie.

Rafel Calle escribió:Con una de tus mejores propuestas vertebradas en poesía de altos vuelos, te deseo un feliz 2021 y mucha salud, amiga Pilar.
Abrazos.