Editorial Alaire

Un excelente poema, Felipe, de gran actualidad en esta primavera que les toca transitar, triste; muy triste, llevado con la maestría que te caracteriza.

Arden en soledad los muertos.
Aún podemos oír cómo, insistente
su ausencia los pronuncia.


Un abrazo, compañero.

Felipe,

Has logrado captar, con la maestría que te caracteriza, ese sentimiento de tristeza ineludible por lo que ahora nos acontece. Como diria Sabina, ¿Quien me ha robado el mes de abril? Quien se ha llevado la primavera sin pedir permiso y porqué llaman a muerte las campanas del dolor? Tantas preguntas para las que no tenemos respuesta, y aun si las tuvieramos, estamos y estaremos ocupados llorando a nuestros muertos por algún tiempo hasta que el solo de nuevo vuelva a brillar.

Saludos afectuosos,

Javier

Excelentes versos, Felipe, muy de actualidad con todo lo que está aconteciendo.
Enhorabuena.

Un abrazo.

Felipe,

otro estupendo poema nos traes, amigo, como dicta tu oficio y tu valía. Muy ajustado a esta primavera atípica de confinamiento, de viento irrespirable y arrabales vacíos. Las imágenes, el vocabulario, tienen la resonancia lírica de los grandes poetas. El ritmo es cuidado y flexible, muy depurado.

A mí me gusta mucho.
Abrazos.

Felipe Fuentes García escribió:
Llegó la primavera en el silencio
con el oculto grito de la savia.
Pero las aves hoy desde su urdimbre
nos han negado el canto.

El viento irrespirable
es una daga que nos siega. Cae
la música a lo lejos como un canto rodado.
Algo se multiplica con su filo impalpable
de destrucción, y el horizonte
ignora su derrota entre los álamos.

Apenas la esperanza como un árbol sin fruto.
–Sellad las puertas con la sangre
del sacrificio– irrumpe la palabra.

Nadie en los arrabales,
pero los termes de la noche rompen
su nido de serpientes amarillas. Es
la llegada de un polen negro que alimenta
las horas invisibles desde el aire.
Es el clamor que alumbra,
con su tizón reseco,
las piras escondidas bajo el humo.

Arden en soledad los muertos.
Aún podemos oír cómo, insistente,
su ausencia los pronuncia.

La mañana desvela los crespones
de un cielo atormentado. El sol
asoma a veces con un signo tardío,
porque hoy es ya ayer en la memoria.
Como nave sin rumbo
un coro mudo increpa al ángel
de la espada de fuego.

Bajo dejos de bruma
o de ceniza
se oscurece el latir que nos sostiene.

Llegó la primavera en el silencio
con el oculto grito de la savia.
Pero las aves hoy desde su urdimbre
nos han negado el canto.

Un retrato fiel del momento que vive el mundo. Un poema para sentir en nuestras entrañas la realidad y lo surreal de la vida. Me conmueve tu gran sensibilidad y talentos, querido Felipe. Abrazos, Roxane

Un poema que nos deja el primer indicio de que la concienciase hace conciencia marcando, no solo la etapa actual, sino la etapa general de la vida. Estos versos, o primeros pasos, llegan hasta el punto en que, incluso, dudamos de nosotros dogmáticamente, y todo hombre-poeta lo da y lo salva en la ya larga extensión del tiempo. Este poema tuyo, amigo Felipe, supone un trabajo mayor bien concebido, conociendo, perfectamente, el uso activo del relato que presentas. Mi más sincera felicitación.

Desde la soledad de mi isla, un cordial abrazo.

José Manuel F. Febles

Felipe Fuentes García escribió:
Llegó la primavera en el silencio
con el oculto grito de la savia.
Pero las aves hoy desde su urdimbre
nos han negado el canto.

El viento irrespirable
es una daga que nos siega. Cae
la música a lo lejos como un canto rodado.
Algo se multiplica con su filo impalpable
de destrucción, y el horizonte
ignora su derrota entre los álamos.

Apenas la esperanza como un árbol sin fruto.
–Sellad las puertas con la sangre
del sacrificio– irrumpe la palabra.

Nadie en los arrabales,
pero los termes de la noche rompen
su nido de serpientes amarillas. Es
la llegada de un polen negro que alimenta
las horas invisibles desde el aire.
Es el clamor que alumbra,
con su tizón reseco,
las piras escondidas bajo el humo.

Arden en soledad los muertos.
Aún podemos oír cómo, insistente,
su ausencia los pronuncia.

La mañana desvela los crespones
de un cielo atormentado. El sol
asoma a veces con un signo tardío,
porque hoy es ya ayer en la memoria.
Como nave sin rumbo
un coro mudo increpa al ángel
de la espada de fuego.

Bajo dejos de bruma
o de ceniza
se oscurece el latir que nos sostiene.

Llegó la primavera en el silencio
con el oculto grito de la savia.
Pero las aves hoy desde su urdimbre
nos han negado el canto.

Felipe

Me acuerdo de otros poemas de aquellos tiempos, te acuerdas?
- algunos gravé en un video- pero éste
es magnífico; y llegó la primavera y nos ha negado el canto, canto
que al final,
llega con su belleza en tus versos..


Un abrazo fuerte, amigo

Hermoso e interesante trabajo, amigo Felipe.
Abrazos.

Memorias del confinamiento del 2020: Acaso la esperanza, de Felipe Fuentes García.

Gustavo Casado escribió: ↑Lun, 13 Abr 2020 20:27 Un excelente poema, Felipe, de gran actualidad en esta primavera que les toca transitar, triste; muy triste, llevado con la maestría que te caracteriza.

Arden en soledad los muertos.
Aún podemos oír cómo, insistente
su ausencia los pronuncia.


Un abrazo, compañero.

Muchas gracias, Gustavo. Valoro mucho tus generosas palabras.
Lamentablemente aún sigue vigente el poema. Espero que este año sea el definitivo para ganarle la partida a esta pandemia.

Recibe un gran abrazo, amigo.
Felipe.

Javier Bustamante escribió: ↑Mar, 14 Abr 2020 3:26 Felipe,

Has logrado captar, con la maestría que te caracteriza, ese sentimiento de tristeza ineludible por lo que ahora nos acontece. Como diria Sabina, ¿Quien me ha robado el mes de abril? Quien se ha llevado la primavera sin pedir permiso y porqué llaman a muerte las campanas del dolor? Tantas preguntas para las que no tenemos respuesta, y aun si las tuvieramos, estamos y estaremos ocupados llorando a nuestros muertos por algún tiempo hasta que el solo de nuevo vuelva a brillar.

Saludos afectuosos,

Javier

Muy agradecido, Javier , por tu amable comentario. Sí, tienes razón, preguntas que nunca tendrán respuesta satisfactoria.

Un saludo muy cordial, amigo.
Felipe.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Mar, 14 Abr 2020 9:00 Excelentes versos, Felipe, muy de actualidad con todo lo que está aconteciendo.
Enhorabuena.

Un abrazo.

Gracias por tu valoración, amigo, y por tu generosa felicitación.

Recibe un abrazo.
Felipe.

Pablo Ibáñez escribió: ↑Mié, 15 Abr 2020 11:55 Felipe,

otro estupendo poema nos traes, amigo, como dicta tu oficio y tu valía. Muy ajustado a esta primavera atípica de confinamiento, de viento irrespirable y arrabales vacíos. Las imágenes, el vocabulario, tienen la resonancia lírica de los grandes poetas. El ritmo es cuidado y flexible, muy depurado.

A mí me gusta mucho.
Abrazos.

Muchas gracias, Pablo, por tus generosas palabras. Las aprecio enormemente, amigo mío. Me alegra que te hayan gustado estos versos.

Un gran abrazo.
Felipe.

E. R. Aristy escribió: ↑Vie, 17 Abr 2020 14:00


Un retrato fiel del momento que vive el mundo. Un poema para sentir en nuestras entrañas la realidad y lo surreal de la vida. Me conmueve tu gran sensibilidad y talentos, querido Felipe. Abrazos, Roxane

Muchas gracias, amiga, por tus siempre generosas palabras.

Te envío un enorme abrazo, Roxane.
Felipe.