Editorial Alaire

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No hemos hecho nada diferente, somos iguales que nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros ancestros, iguales que Adán y Eva, todos humanos, todos con el mal a cuestas por los siglos de los siglos. Antes ya hubo plagas, peste, enfermedades, guerras, terremotos, atroces sunamis. Es el momento de nuevo, toca la condena, el castigo del pecado, la revuelta de lo simple, de lo que se agota, de lo que esquilmamos sin pausa. Gente que dice yo, no tú ni nosotros, maledicencia, egoísmo, desprecio a la naturaleza, guerras por no se sabe qué- o sí, por ambición-, humillación consentida, pobreza consentida, avaricia en los ojos y más avaricia en la sangre. Pero por qué ahora y no ayer o antes de ayer, y hasta cuándo o dónde el castigo. Merecíamos más, merecíamos un tajo en la garganta; necesitamos un hombre y una mujer nuevos, diferentes, limpios como animales que no matan por placer, especie que cuida su entorno porque es su casa y su luz, solidarios, libres, justos... Tal vez, después de esto, quizá aprendamos y volvamos a renacer con una voluntad distinta, pero mientras tanto toca sufrir, toca morir, toca esperar que todo pase.

Un texto muy bueno, Ramón. Profundo, hermoso y con mucha miga.

Tantos factores y posibles causas, todos interconectados e igualmente determinantes.
Creo que la raza humana deberá replantear todas sus actitudes vitales.

Me alegro de tenerte cerca en esta gran misión, querido amigo.

Un abrazo grande.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un texto muy bueno, Ramón. Profundo, hermoso y con mucha miga.

Tantos factores y posibles causas, todos interconectados e igualmente determinantes.
Creo que la raza humana deberá replantear todas sus actitudes vitales.

Me alegro de tenerte cerca en esta gran misión, querido amigo.

Un abrazo grande.

Gracias, Hallie, por tus palabras. Estoy releyendo estos días "La peste" de Albert Camus, una lectura que ayuda a reflexionar sobre la desgracia colectiva y la manera de enfrentarse a ella con la mayor dignidad y solidaridad posibles. Un fuerte abrazo y espero que te encuentres bien.

Que bueno es darse cuenta...y aún más bueno sería que eso implicara un verdadero cambio como dices. Cuanto desearía poder construir un hombre como el que dices de mi mismo... Ojalá no perdamos esa perspectiva.
Fuerte abrazo amigo, un placer venir

Ventura Morón escribió:Que bueno es darse cuenta...y aún más bueno sería que eso implicara un verdadero cambio como dices. Cuanto desearía poder construir un hombre como el que dices de mi mismo... Ojalá no perdamos esa perspectiva.
Fuerte abrazo amigo, un placer venir

Gracias, Ventura , por leer y comentar. Un abrazo.

Completamente de acuerdo. Me leo en tu prosa y sé que merecemos este y algún que otro castigo más para, cuando salgamos (no todos) de esta reprimenda, ajustar las miradas y las prioridades en este mundo compartido.
Un placer concordar en estos cíclicos difíciles momentos.
Un abrazo, Ramón.

Ramón

Esperar que todo pase...sin embargo, algo podemos hacer, buscar la solución, ya
sea en la ciencia, en el cuidado personal, el respeto a la naturaleza y al humano
y si creemos en Dios, la fe y la oración están de nuestro lado..

Magnífico escrito, amigo


Un abrazo fuerte

Alonso Vicent escribió:Completamente de acuerdo. Me leo en tu prosa y sé que merecemos este y algún que otro castigo más para, cuando salgamos (no todos) de esta reprimenda, ajustar las miradas y las prioridades en este mundo compartido.
Un placer concordar en estos cíclicos difíciles momentos.
Un abrazo, Ramón.

Gracias por leer y comentar este texto. Un abrazo, Alonso.

Ricardo Serna G escribió:Ramón

Esperar que todo pase...sin embargo, algo podemos hacer, buscar la solución, ya
sea en la ciencia, en el cuidado personal, el respeto a la naturaleza y al humano
y si creemos en Dios, la fe y la oración están de nuestro lado..

Magnífico escrito, amigo


Un abrazo fuerte

Tienes razón, Ricardo, siempre se puede hacer algo, así sumaremos todos para salir lo antes posible de esta situación. Un abrazo y gracias por leer y comentar.

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Sube para deleite de todos.

Gracias por estar, querido Ramón.