Editorial Alaire

Duérmete ya, las horas de la noche
avanzan largas en su atmósfera de establo. Tú no puedes
cambiar solo la mecánica del mundo, el insaciable
afán por el desierto de la vida. Ni lo sueñes.

Ahora duerme dócil y descansa, deja
de escrutar ojos vacíos en las sombras. Tú
has frotado ya tu lámpara, has segado los campos de lavanda,
has unido heridas varias con púas ácidas de fuego,
derramado calor y dignidad sobre tus hijos, has
honrado los códigos del hombre. Ya descansa.

Y sí, recuerda los días de oasis y de fiesta,
las noches distintas —azules de dátiles y estrellas—,
cuando brillaban las bailarinas en las jaimas
y decidías tu ruta libremente, fiándote del mapa.

Pero ahora duerme solo, ya mañana
volverán las caravanas de la seda con el agua.

Me transmite sosiego este poema y entono mi “non mea culpa” ante este estado de arena y de espejismos. Me encantó ver como reflejas el ansiado descanso del caminante, la tregua, lo positivo del viaje y el futuro amanecer.
Ahí andamos.
Encantado de leerte, Pablo, esta mañana.
Un abrazo.

Pues aún estás a medio camino, querido amigo, donde cada día un descubrimiento te espera.
Unos versos preciosos, me gustaron mucho.
Abrazos

Qué pena que no vinieras a T. Te echamos en falta. Para la próxima.

Me han atrapado las imágenes bellas y sensibles querido amigo... como un arrullo al alma...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Poesía de ternura y soledad escrita con la seda de tu verso, amigo Pablo. Mi admiración y abrazo. Por cierto, se te echó de menos en Tarazona... Salud.

Pablo:

Qué delicia, qué serenidad transmite tu poema!

derramado calor y dignidad sobre tus hijos, has
honrado los códigos del hombre. Ya descansa.

A este verso lo debo haber leído no menos de 10 veces...

Un saludo.

Estimado amigo, magnífico poema. Me ha encantado. recibe mis abrazos sinceros.

Amparado en la estructura de un soneto con estrambote compones una bella elegía, un canto sereno de madurez a los fundamentos de la vida; un deambular consciente buscando ratos que nos permitan disfrutar.
Has dejado encabalgamientos de gran nivel lírico por ejemplo:

Ahora duerme dócil y descansa, deja
de escrutar ojos vacíos en las sombras. Tú
has frotado ya tu lámpara, has segado los campos de lavanda,

pero este me resulta extraño:

derramado calor y dignidad sobre tus hijos, has
honrado los códigos del hombre. Ya descansa.

Vaya mi sincero reconocimiento.
Un abrazo amigo.

El poema se siente como la seda del título sobre la piel, Pablo. Tiene una suavidad reconocible en la forma y ese contenido sobre la vida y el tiempo a la que nos has acostumbrado dando ese toque real que hace de la seda, seda. Me gustó mucho la lectura. Gracias por compartirlo.

Un abrazo

Alonso,

gracias por tu amable visita y comentario, amigo. Me alegro que te guste.

Un abrazo.

Gracias Pilar,

siempre vienes puntual a comentar mis cosas. Me alegro mucho que te guste.

Te mando un fuerte abrazo.

Gracias Francisco Enrique,

es cierto, el desierto invita a un ritmo cadencioso y sobrio, y al mismo tiempo lírico, esa era la idea.

Me alegro que te guste.

Gracias Nancy,

me alegro mucho que te haya gustado el poema.

Te mando un abrazo.

Julio, maestro amigo,

un honor verte por mis cosas. me alegro que te guste.

Te mando un abrazo.