Editorial Alaire

Me miro en el espejo de los cien años.
No es que lo desee,
es el tiempo máximo que le doy a la palmera
que nutre mis sentidos,
a las piñas después de exprimir el jugo de la vida

Lo que fue antes y será después de los cien
es lo que soy.
Ni siquiera deseo el sustento
que alargue los pasos,
los justos mientras unos brazos sujeten el cansancio.
Soy en la evolución
la ignorancia que cubre mis huesos.

¿y después de los cien? ¿y antes?
no hay certeza que ayude a abandonar la duda,
solo en los cien vemos caer las hojas y decidimos como mirar.

ll
Mejor dejar el libro de la vida lacrado
si no aciertas a dar color a los errores,
y justificar que no fue intencionado
el negro que escapó de la retina
cuando la lumbre aminoró su luz.

Repasé el diccionario, los adjetivos que cercan el mundo,
la palabra, señuelo del abrazo,
el sonido de la filantropía,
el día que mostré el gesto libre
y se arroparon los fríos.
Aquí, las veces que me miré en la vida
en espejos que no me comprendían.

Pesó la soledad que empujaba el silencio,
pero hoy siento las gaviotas celadoras de la playa
en la que levanté castillos de espuma.

El tiempo reconcilia las neuronas
y dicen que no importa el llanto
si el susurro de las lágrimas se diluye en la paz.

Pilar,

sigues ahondando, amiga, en ese universo tuyo de repasos vitales, rememoraciones, reflexiones de madurez, en un tono que suena a resumen de vida. A mí me gusta mucho, me parece que lo afrontas con una lucidez y serenidad envidiables. Y con alma, sobre todo. Con alma que sabes hacer llegar a los demás.

Abrazos.

Bella y luminosa profundidad que conmueven querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Una honda reflexión sobre la experiencia vital transita por tus versos. Como siempre he disfrutado con la lectura. Un beso.

Pablo Ibáñez escribió:Pilar,

sigues ahondando, amiga, en ese universo tuyo de repasos vitales, rememoraciones, reflexiones de madurez, en un tono que suena a resumen de vida. A mí me gusta mucho, me parece que lo afrontas con una lucidez y serenidad envidiables. Y con alma, sobre todo. Con alma que sabes hacer llegar a los demás.

Abrazos.

Gracias, querido amigo, por tu valiosa palabra

Abrazos
Pilar

Serán los de antes como los de después
Quién lo sabe como dicen los que saben
Un abrazo y mis felicitaciones por el buen verso.

Muy pesimista me ha parecido tu poema, Pilar, pero muy delicado y elegante. Saludos.

Lunamar Solano escribió:Bella y luminosa profundidad que conmueven querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, querida amiga por dejar tu amable huella.
Abrazos
Pilar

Buen poema Pilar. Sigues ahondando en la fuente existencialista con la lírica habitual a la que nos tienes bien acostumbrados últimamente.
Un abrazo

Me ha gustado mucho este poema tuyo. El vuelo de la imaginación llega a mostrarnos la vida desde una óptica intimista que se hace universal. El límite de los cien para encarar la reflexión, la meditación, y ensayar las conclusiones vitales, creo que fue una decisión poética muy acertada. Te felicito.

Un saludo especial.
Óscar

Siempre señalo la naturalidad de tus versos con independencia del objeto que tratas.
El repaso del índice siempre nos descubre páginas nuevas.

Felicidades Pilar, un abrazo.
Ignacio

Como dice Pablo, continúas en esa labor de repaso consciente de la experiencia vital. Esa reflexión que el paso de los años permite a los poetas y artistas en general, expresar una perspectiva del mundo que, aunque particular, puede ser válida para muchos, porque los seres humanos padecemos las mismas o parecidas angustias, miedos y frustraciones.
Y cada vez escalas más altura. Como en este magnífico poema que nos regalas.

Un biquiño, querida amiga.

Pilar Morte escribió:Me miro en el espejo de los cien años.
No es que lo desee,
es el tiempo máximo que le doy a la palmera
que nutre mis sentidos,
a las piñas después de exprimir el jugo de la vida

Lo que fue antes y será después de los cien
es lo que soy.
Ni siquiera deseo el sustento
que alargue los pasos,
los justos mientras unos brazos sujeten el cansancio.
Soy en la evolución
la ignorancia que cubre mis huesos.

¿y después de los cien? ¿y antes?
no hay certeza que ayude a abandonar la duda,
solo en los cien vemos caer las hojas y decidimos como mirar.

ll
Mejor dejar el libro de la vida lacrado
si no aciertas a dar color a los errores,
y justificar que no fue intencionado
el negro que escapó de la retina
cuando la lumbre aminoró su luz.

Repasé el diccionario, los adjetivos que cercan el mundo,
la palabra, señuelo del abrazo,
el sonido de la filantropía,
el día que mostré el gesto libre
y se arroparon los fríos.
Aquí, las veces que me miré en la vida
en espejos que no me comprendían.

Pesó la soledad que empujaba el silencio,
pero hoy siento las gaviotas celadoras de la playa
en la que levanté castillos de espuma.

El tiempo reconcilia las neuronas
y dicen que no importa el llanto
si el susurro de las lágrimas se diluye en la paz.

Vital reflexión, Pilar. Buen trabajo. Abrazos, poeta.

Ramón Carballal escribió:Una honda reflexión sobre la experiencia vital transita por tus versos. Como siempre he disfrutado con la lectura. Un beso.

Gracias, querido amigo, por tu grato comentario.
Abrazos
Pilar

Qué buen poema Pilar, y qué bien transmites ese caminar por las diferentes etapas de la vida.

Yo no quiero llegar a los cien para dejar una huella de ruina y demencia, como la que estamos viviendo en este momento, prefiero que me recuerden útil y autosuficiente.

Leerte siempre me da paz, querida amiga.
Un beso grande.