Editorial Alaire

Óscar Distéfano escribió:Preciosa interpretación poética de la catástrofe. Con admirable originalidad e intelectualidad rescatas creencias antiguas, para traerlos a nuestro tiempo como si fueran verdades eternas. A mí me resultó creible tu mundo poético creado con buena utilización del lenguaje y un ritmo doctoral, preciso, con la cadencia de los versos largos, y me ha emocionado. Te felicito por el reconocimiento. En verdad, amigo, considero este trabajo tuyo una obra de madurez, un gran producto de tu creación.

Un abrazo fuerte.
Óscar

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Fueron los más elevados ancianos en sus bosques
antes de convertirse en obligados monjes de la cofradía del tectum.

Desnudos de corteza y musgo se inclinaron sobre sí mismos,
por centurias abrazaron su robustez,
crujiendo oraciones en idioma esencial
para derretir el frío monótono de las nevadas
y proteger la adoración humana a las concavidades pétreas.

Ungidos de brea e incienso
apenas responden al brillo de la esperma en los candiles,
profanada por palomas y murciélagos
la saya de los siglos desdibujó sus vetas.
El bronce tañido acalla los trinos que soplan de cercanos jardines
evocando oníricas danzas de ninfas forestales
y el eco de cilindros metálicos
termina haciendo los acordes finales del silencio
al compás de sandalias gastadas de tanto acariciar piedras.

El ámbito sacro catequizó los maderos
en penitencia perenne por haber sido cruz
y sufren el peso secular de su condena.

Afuera conspiran las gárgolas…
un decreto del averno les ordenó su regreso.
Arden las llamas…

Los más elevados ancianos de bosques extinguidos
expían finalmente su pecado
en gótica hoguera.