Editorial Alaire

Marisa Peral escribió:Muchas felicidades por la distinción a tu maravilloso poema.
Un abrazo.

Alejandro Costa escribió:Es imposible hacer sentir la voz del anonimato.
Es como ese chirriar de bicicleta,
oxidada y longeva,
cuando recorre un camino agreste y solitario.

A veces invoco a la luz de los sentidos
suplicando un voto de confianza,
una voz interna
que me haga enhebrar un hilo en la mente,
tantas ocasiones cansada,
tantas otras confusa.

Es demasiado difícil percibir vibraciones,
alterar el pulso cotidiano de un aprendiz de rapsoda,
dibujar una letra que haga brotar una sola palabra,
envolverla y amamantarla con otras
intentando componer un simple verso,
y si acaso se consigue,
encerrarlo en una cajita,
como si de un tesoro se tratara,
con la intención de convertirlo en el alma de un poema.

Y cae un escrito, y otro, y otro,
papeles defenestrados alrededor de una sombra abatida,
de una luz tenue
y un corto lápiz al que apenas le quedan astillas por afilar.

Es tan difícil, tan complicado,
que aún en la mayor de las intimidades,
un verso decente se te antoja inaccesible,
y un poema una utopía.

Y sigo encerrado en mí mismo,
con la tortuosa mudez del anonimato.

Rosa Marzal escribió:Enhorabuena por este merecido reconocimiento, Alejandro.

Un abrazo.

Ángeles Hernández escribió:Soy nueva en el foro y , curiosamente, el primer poema que leo es éste, que retrata de una manera tan bella e ingeniosa, el proceso creativo en el que me veo identificada plenamente. Enhorabuena.

enrique sanmol escribió:Me he sentido completamente identificado con tu poema, Alejandro, tanto con el decir como con esa métrica tan variada escogida para la forma.

Enhorabuena y un cordial saludo

Óscar Distéfano escribió:Me gustó mucho tu poema, compañero. Es una reflexión poética de hoda lucidez, con dosis inteligentes de lirismo. Te felicito por el reconocimiento, justo y necesario. Que lo disfrutes.

Un abrazo.
Óscar

Felipe Fuentes García escribió:

Alejandro Costa escribió:Es imposible hacer sentir la voz del anonimato.
Es como ese chirriar de bicicleta,
oxidada y longeva,
cuando recorre un camino agreste y solitario.

A veces invoco a la luz de los sentidos
suplicando un voto de confianza,
una voz interna
que me haga enhebrar un hilo en la mente,
tantas ocasiones cansada,
tantas otras confusa.

Es demasiado difícil percibir vibraciones,
alterar el pulso cotidiano de un aprendiz de rapsoda,
dibujar una letra que haga brotar una sola palabra,
envolverla y amamantarla con otras
intentando componer un simple verso,
y si acaso se consigue,
encerrarlo en una cajita,
como si de un tesoro se tratara,
con la intención de convertirlo en el alma de un poema.

Y cae un escrito, y otro, y otro,
papeles defenestrados alrededor de una sombra abatida,
de una luz tenue
y un corto lápiz al que apenas le quedan astillas por afilar.

Es tan difícil, tan complicado,
que aún en la mayor de las intimidades,
un verso decente se te antoja inaccesible,
y un poema una utopía.

Y sigo encerrado en mí mismo,
con la tortuosa mudez del anonimato.

Magnífico poema, Alejandro. Mi felicitación por el merecido reconocimiento de la Administración.
Recibe mi aplauso con un afectuoso saludo.
Felipe.

Alonso Vicent escribió:Mucha expresión en este anonimato que nos incumbe.
Faltaba por llegar este otro anónimo coleccionador de versos de “por si acaso” surge algún poema.
Me encantó el poema, con astillas y utopías.
Un abrazo compañero.

Gustavo Casado escribió:Un hermoso poema, Alejandro.

"Es tan difícil, tan complicado,
que aún en la mayor de las intimidades,
un verso decente se te antoja inaccesible,
y un poema una utopía.".

Un placer su lectura.